CONCLUSIÓN
6. Incentivo
Por convención, la primera transacción en el bloque es una transacción
especial que genera una nueva moneda cuyo dueño es el creador del bloque.
Esto agrega un incentivo para que los nodos apoyen a la red, y provee una
forma inicial de distribuir y poner en circulación las monedas, dado que no hay
una autoridad central para crearlas. Esta adición estable de una cantidad
constante de monedas nuevas es análoga a los mineros de oro que gastan
recursos para ponerlo en circulación. En nuestro caso, los recursos son el
tiempo de CPU y la electricidad que se gastan.
El incentivo también puede establecerse con los costes de transacción. Si
el valor de salida de una transacción es menor que la entrada, la diferencia será
una tarifa de transacción que se añadirá al valor del incentivo del bloque que la
contiene. Una vez que un número predeterminado de monedas han entrado en
circulación, el incentivo puede evolucionar enteramente a tarifas de transacción
y estar completamente libres de inflación.
El incentivo también puede ayudar a animar a los nodos a mantenerse
honestos. Si un atacante egoísta es capaz de reunir más potencia de CPU que el
resto de los nodos honrados, éste tendría que elegir entre utilizarlo para
defraudar a la gente robando sus pagos, o usarlo para generar monedas nuevas.
Debería encontrar más rentable jugar siguiendo las reglas, ya que éstas le
favorecen con más monedas que nadie más combinado, que intentando
socavar el sistema y la validez de su propia riqueza.
7. Reclamando Espacio en Disco
Una vez que la última transacción está enterrada bajo suficientes bloques,
las transacciones gastadas anteriores a esta pueden ser descartadas para ahorrar
espacio en disco. Para facilitar esto sin romper el hash del bloque, las
transacciones se comprueban en un árbol de Merkle [7] [2] [5], incluyendo sólo
la raíz en el hash de dicho bloque. Los bloques viejos pueden compactarse al
sacar ramas del árbol. Los hashes interiores no necesitan ser guardados.
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