Descripción
Usando diferentes formatos y soportes, los libros han sido y son
recursos básicos en los que los docentes de todas las culturas y épocas
han planificado y organizado sus procesos de enseñanza y aprendizaje; y
en los que los discentes han establecido vínculos certeros en su acceso
al saber, a través de un medio informativo que les permite avanzar en
la
conformación de su conocimiento de manera guiada y a su vez, también
autónomamente. Pero es la simple tecnología gutenberiana --los más
grandes avances de la Humanidad han sido aquellos que tienen una
manifestación evidente, pero que necesitan de una mente preclara que
primero los ubique en esa obviedad-- la que permite una difusión amplia
y extensa de las enseñanzas y el saber magistral. Son casi seis siglos
los transcurridos desde el nacimiento de la Imprenta y, en ellos, los
avances se han centrado principalmente en cuestiones meramente técnicas
que han ido permitiendo una mayor calidad de impresión, en la que los
gráficos, imágenes y otros avances tecnológicos como la fotografía han
ocupado un lugar preponderante y, a la vez, han permitido una
disminución de costes de producción socializando el acceso a la cultura
y a la formación personal y colectiva. No obstante, conceptualmente, el
libro, ha permanecido estático en su diseño y estructura organizativa,
y más en ámbitos académicos que, en aras de la precisión y garantía de
la certeza, pergeñan estrictas normas editoriales. Los libros
encuadrados en la tipología “Elige tu propia aventura”, libros del
último cuarto del siglo XX, sí marcan una novedad pues el lector avanza
en la narración según las decisiones que va adoptando, rompe una
secuencialidad y se adentra en caminos diferenciados según su voluntad.
El lector adquiere protagonismo, se convierte en editor de su historia,
si bien ello es posible gracias a la estructura lógica y a los caminos
previamente pensados y planificados por el autor. El libro se acerca al
lector, que lo personaliza, gracias al diseño y voluntad del autor de
aparentar que delega el protagonismo narrativo, de querer compartir
autoría, si bien lo que aborda es una estructura que controla una
finita diversidad en la búsqueda de conectar y lograr comunicar sus
ideas, pensamientos y/o fantasía. Surge o se pone de manifiesto un
metalibro, aunque constreñido en un soporte tradicional de libro.
Imprenta europea del siglo XV
(fuente wikipedia)
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Las TIC nos han acostumbrado a
las lecturas documentales
hipertextuales, pero hemos de reconocer que, para los que somos
inmigrantes digitales, ello nos ha representado un esfuerzo titánico o
al menos muy importante, pues hemos tenido que abordar y lograr una
ruptura mental anclada en la secuencialidad y reflejada en la locución
“leer de pe a pa”, ello simplemente provocado porque nuestro
aprendizaje fue así. Gracias a la interactividad aportada por los
hiperenlaces, la navegación en Internet nos permite avanzar en base a
decisiones, a opciones y elecciones personales, considerarnos y ser
protagonistas de nuestros avances, aunque también nos lleve a
perdernos en los procelosos mares virtuales y terminemos en páginas,
cuales playas desconocidas y vírgenes, en las que una breve reflexión
nos muestra que hemos encallado al encontrarnos preguntándonos: ¿pero
qué es lo que yo estaba buscando?
A poco que naveguemos, de
manera natural, surge la concepción y
diseño de libros que contemplen la interactividad que pueden aportar
las TIC, pero que eviten que ese deambular optativo finalice sin rumbo
por falta de timonel. En definitiva, en una primera fase se traslada a
un soporte digital el esquema antes citado y que en esta situación
podemos nombrar como “elige tu propia aventura del saber”.
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Pero esa primera idea, ese diseño inicial, queda excesivamente
limitado y no aprovecha el potencial educativo que aportan determinadas
herramientas como la posibilidad de generar, controladamente,
contenidos variables mediante la introducción de semillas aleatorias.
Con esta utilidad los libros abandonan su carácter estático y
evolucionan adentrándose en un dinamismo y en una variabilidad de
crecimiento exponencial. Libros clásicos de matemáticas que se adentran
en enseñar conceptos y procedimientos mediante ejercicios como, por
ejemplo, el ampliamente usado “5000 problemas de Análisis Matemático”
de Demidovich y los anti-Demidovich que surgen posteriormente, quedan
conceptualmente potenciados con la pseudo-aleatoriedad, pues un
ejercicio queda transformado y estructurado como un tipo de ejercicio
en el que los datos y enunciados cambian cada vez que el aprendiz
quiera reutilizarlo, pero lo hace de manera controlada y planificada
por el autor, no se resuelve un ejercicio o se observa cómo se
resuelve, sino que se aborda el análisis de situaciones tipo,
adentrándonos en un aprendizaje significativo. Y ese aprendizaje puede
abordarse de manera autónoma contemplando en el libro la corrección
automática, es decir, integrando la posibilidad de realizar una
evaluación de las respuestas del usuario, pudiéndose realizar ésta no
sólo de una manera cuantitativa o correctiva, sino también formativa y
así logrando reconducir posibles desviaciones provocadas por una
incorrecta elección o valoración en la respuesta aportada por el
lector/actor.
Los nuevos libros también permiten incluir contenido multimedia que
facilita la exposición y la conformación de conceptos, pues estos media
permite mostrar tanto el mundo, la realidad que es objeto de estudio,
como su modelo conceptual o simplificado que facilita el análisis y
obtención de conclusiones, es decir, nos ubica en el modelo académico
teórico, pero siempre contextualizado.
Y la metodología implícita en todo texto, si se desea, también puede
quedar reconducida a planteamientos menos conductistas, en los que la
cátedra se desarrolla a través de diseños en los que el discente aborda
investigaciones, experimenta, interáctua con modelos y puede alcanzar
la inspiración ¡Ajá! citada por Martin Gardned y gritar, al igual que
Arquímedes, ¡Eureka! al lograr redescubrir los conceptos enunciados por
científicos anteriores y al experimentar las gratas sensaciones que nos
produce todo descubrimiento; y aprender motu proprio que la Ciencia
está abierta a todos, que no es un cuerpo cerrado sino abierto y ávido
de que seamos copartícipes en su construcción.
Y en esta línea conceptual se aborda este proyecto de nuevos libros
interactivos con Descartes. Libros dinámicos, interactivos, multimedia,
centrados en el aprendizaje y potenciadores de la formación de personas
que aprenden a aprender, que adquieren autonomía y se forman
competencialmente para afrontar su trayectoria vital.
Sobre el título del proyecto iDescartesLibri
El título de este proyecto es un término que hemos elaborado a partir
de la concatenación de la letra
i,
como inicial de la palabra interactividad, y de las palabras latinas
Cartesi (de
Cartesius) y
Libri
(libros). El
significado que queremos trasladar y transmitir es “Libros interactivos
de Descartes” en nuestra lengua
mater
o lengua originaria de la nuestra y de otras muchas más, las
denominadas lenguas romances
.
Antes de que el inglés se estableciera como la lengua
internacional
para la publicación y divulgación del conocimiento, y que hoy en día
permanezca como tal, la lengua franca de comunicación científica fue el
latín. Por ello, René Descartes (31-3-1596, 11-2-1650) escribió parte
de sus obras en ésta y eran firmadas
como Renatus Cartesius. Y tampoco es casual que el primer libro
impreso por Gutenberg, hacia 1454, tuviera al latín como soporte,
fue la Biblia denominada como
la Vulgata.
Y nada es casual en que en el inicio de un nuevo proyecto de la RED
Descartes, en el que se marca como objetivo la búsqueda y reflexión
acerca de nuevos medios de aprendizaje y de transmisión del
conocimiento, nuevos libros, hayamos querido hacer un compendio en el
que englobar y unir en la historia de los libros y de la imprenta a
nuestra lengua mater y a Renatus Cartesius, Descartes, quien desde 1998
lleva dando nombre
a nuestro proyecto y a la herramienta que permite generar los recursos
interactivos que son la base de nuestras acciones. El término
iCartesiLibri nos sirve como
compendio y aglutinante de nuestros objetivos y voluntad de innovación.
Nuestros planteamientos se basan en compartir por y para la
mejora
educativa y consecuentemente los libros que se publican en este
proyecto cuentan con licencia Creative Commons con restricciones
asumibles por la comunidad educativa global que comparte nuestra
filosofía y forma de trabajo. Profesorado que comparte con profesorado
y con todos los estamentos educativos en general.
Cédula
de Excomunión que puede verse en la Biblioteca Antigua de la
Universidad de Salamanca y que advierte que se excomulgará a quien robe
algún libro de la biblioteca.
Y al contrario de lo que se refleja en la cédula de Excomunión, que
puede
verse en la Biblioteca Antigua de la Universidad de Salamanca, nosotros
no proponemos excomunión sino comunión, es decir, participación en una
labor común, colaboración. Por ello, está invitado a "distraer",
extraer
de esta
Bibliotheca iCartesiLibri cualquier
libro que estime le puede ayudar en su labor educativa o en su
aprendizaje. Las TIC permiten realizar copias que no hacen peligrar una
pérdida sino que abonan una ganancia. Pero también queda invitado a
compartir sus avances, logros y obras personales a través
de
este medio
y
proyecto,
háganos partícipes
de sus libros y comparta su
ex libris
con los nuestros.