Para poder conseguir una eficaz gestión tributaria es necesario una identificación exacta de cada contribuyente. Se utiliza para ello una identificación numérica , que en el caso de los españoles es el número del D.N.I.
El D.N.I puede estar sujeto a errores y, para evitarlos, el Ministerio de Economía y Hacienda ha añadido una letra de control al D.N.I.
El código formado por el D.N.I. y la letra de control constituye el Número de Identificación Fiscal de cada contribuyente (NIF).