EL REINO DE
SERENDIPIA
Paco Torres
Profesor de lengua castellana
y literatura y disfrutón del
teatro en horario lectivo y personal.
Córdoba (España)
2024
Título de la obra:
El reino de
serendipia
Autor:
Paco Torres
Portada:
Julie Limonon
Diseño del libro: José Antonio Salgueiro González y Juan Guillermo Rivera Berrío
Código JavaScript para el libro: Joel Espinosa Longi, IMATE, UNAM.
Recursos interactivos: DescartesJS
Fuentes: Lato y UbuntuMono
Fórmulas matemáticas: $\KaTeX$
Red Educativa Digital Descartes
Córdoba (España)
descartes@proyectodescartes.org
https://proyectodescartes.org
Proyecto iCartesiLibri
https://proyectodescartes.org/iCartesiLibri/index.htm
ISBN: 978-84-10368-04-0
LICENCIA
Creative Commons Attribution License 4.0.Hoy, por casualidad, he vuelto a mi infancia. A esos días azules y con sol que diría el poeta. Lo he hecho sentado en una incómoda silla de aula de un instituto público (lo que le da aún más valor al hecho) mientras me sumergía en la representación de "El Reino de Serendipia", obra teatral de mi querido Paco Torres.
Sin necesitar siquiera cerrar los ojos me ha transportado a una ya muy lejana tarde de primavera cuando en el paseo de mi pueblo (que, aunque no lo parezca, es sinónimo de "parque") me topé, sin esperarlo, con una obra de "cristobitas", esa palabra que en el vocabulario andaluz de Antonio Alcalá Venceslada es sinónima de "Teatro de guiñol" y como tal ha perdurado en el tiempo.
Esta vez los títeres no eran de madera o tela de fieltro, sino de carne y hueso. El elenco lo componían un grupo de profesoras -entre las que se había colado un profesor- dispuestos a transportar al alumnado a un reino de fantasía, sin importarles presentarse ante ellos a cara coloreada porque sabían que la musa mayor se nutre de las sonrisas y carcajadas de esos adolescentes sorprendidos por ver a "la de inglés, a la de música o al de educación física" en un papel igual de importante pero muy distinto al docente habitual.
Actrices y actor improvisado que, por amor a la Educación Pública, se transmutan en reinas tan mandonas que terminan siendo reinonas,
princesas bobaliconas al compás de tres notas musicales, servidumbre de palacio con retranca, reporteras intrépidas, hadas más pendientes de besuquear que de cumplir deseos, ogras sin maldad o piratas que en el fondo no tienen el corazón de palo...
Todo un muestrario de personajes a los que no necesitamos ver los hilos para comprobar que ya son marionetas, manoplas en lugar de manos incluidas, poca articulación de brazos, mientras aparecen y desaparecen del escenario con el mismo estilo y gracia que los muñecos que sirvieron de ejemplo.
El niño que hace tiempo fui ocupó mi sitio durante una hora y solo se levantó, porque en el fondo y pese a su fama de travieso es muy educado, para agradecer al autor y director, Paco, que con tan pocos medios y tanta ilusión crearan la magia suficiente para hacer creer que los conejos viven cómodos en las chisteras y los finales felices se dan (aunque solo duren segundos) en la vida.
Y recoger la omnipresente cachiporra para darles en la cabeza sin misericordia a quienes hoy se empeñan en destruir un tesoro como la escuela pública para dar paso a un negocio en el que las sombras no son chinescas sino destructivas.
Gracias Paco y profesoras (a ti también, valiente profesor, pese a tu soledad) por creer y hacernos creer.
Juan Rivera, espectador y enseñante
¿Por qué editar El reino de Serendipia en un libro aparte cuando ya aparece en Mucho Teatro 1? Porque nos hemos enviciado.
Es divertido, esperamos que también útil, que aquellas actividades que se realizan en los centros se pongan a disposición del profesorado que considere oportuno usarlas en su tarea o simplemente leerlas y, si surge una idea de ellas, mejor que mejor.
En este caso queremos presentar no solo la obra que, aunque se ha modificado un poco, ya está en el anterior libro, sino también el proceso que se ha seguido hasta su puesta en escena. Proceso que no es nada fácil, pero que con voluntad y ganas se puede recorrer entre miedos y risas. Miedo porque no salga, risas porque están aseguradas cuando un grupo se pone a llevar a escena una pieza teatral.
Por tanto, animamos a todos los que nos lean, no solo a representar esta obra, sino a trabajar el teatro en vuestro centro. La recompensa es tan grande, cuando ves a tus alumnos en la sala con la boca abierta sin comprender que su profesora pueda ser capaz de interpretar aquel personaje tan, tan…, bueno tan lo que sea.
Por ello, hemos enfocado esta edición en contar y, sobre todo en sugerir, las ideas que pueden llevar a que se materialice una obra de teatro, sea original o de algún autor.
El reino de Serendipia es solo la excusa. Una excusa que nos llena de orgullo y satisfacción compartirla con alumnado y profesorado que quieran lanzarse a la aventura maravillosa del teatro.
Buena suerte a todos y Mucho Teatro.
Córdoba, septiembre de 2024
Toda creación nace, evidentemente, de una idea, pero ¿dónde se encuentra esa idea? ¿Existe una tienda de ideas donde ir a comprarla o alquilarla? Quién sabe. Depende de cada uno. La fuente puede estar justo al lado nuestro, o ser nosotros mismos sin saberlo. Pongamos ejemplos:
Y así hasta el infinito y más allá. (A años luz de tu mirada)
El reino de Serendipia surgió de esta manera: una tarde de viaje en coche oyendo la radio y una tertulia sobre serendipias. Esa palabra, además de preciosa, sugiere mucho. A mí, concretamente, me recordó cuando, de joven, ayudé a una amiga (a cambio de algún billete de mil pesetas) a representar en un colegio una obra de títeres titulada Serendipity.
Pues ya estaba: Serendipia y títeres. Solo quedaba el contexto: un reino. Y adelante. Luego hablaremos de cómo va construyéndose la historia, pero adelantemos que las historias son como la nuestra: se van haciendo sin saber qué pasará mañana. (Vale, hay adivinos que conocen la historia desde que empiezan a escribirla)
En la página siguiente, ofrecemos una actividad interactiva con ideas para vuestra obra.
Completa los siguientes puzles y tendrás otro tema para tu obra de teatro.
Crear un grupo de teatro en un instituto suele ser fácil. Hablo de un grupo de alumnos o, en su caso, de profesores. A todos nos gusta evadirnos de fórmulas matemáticas, de sonetos de Lope, o de cualquier otro alimento curricular que consumimos a diario. Eso sí, hay que advertir que no se trata de una broma, de un capricho, de un “ahora no puedo”. Requiere un compromiso con el resto del grupo. No podemos fallarles. Y cada año, el grupo puede variar: crecer, disminuir, desaparecer. Todo ello exige acomodarse a las circunstancias y dominarlas.
La Blasraca, el grupo que creamos en el IES Blas Infante de Córdoba, ha sido, es y será un grupo maravilloso. Nació fácilmente (había mucha payasa y algún que otro payaso en aquel tiempo), solo hubo que proponerlo y ¡adelante! Ya van unos años payaseando juntos.
Crear un grupo de alumnos es también relativamente fácil. Bien porque sea obligatorio en alguna asignatura de esas que, a veces, surge como los hombres que nacen en el bancal de Amanece que no es poco, (Uno de los pocos y mejores bancos de ideas que existen). Así nacieron los muchos grupos de Mucho Teatro. Pero también son muchos los que, voluntariamente, sacrifican su comida y siesta para preparar durante muchos días y meses una obra de teatro que, apostaría, ya no olvidarán en su vida que participaron en ella.
Animo a cualquiera que esté leyendo esto a intentarlo, no solo en los centros educativos. Hay muchas otras posibilidades: asociaciones culturales, centros de mayores, vecindad, grupos de amigos, equipos profesionales de fútbol, sindicatos de enfermeros, calamares a la romana, caballeros de mesas redondas. Etc. Etc. Etc.
Antes de leer, escribir. Para ello cada uno tiene su propia táctica y, seguramente unas serán mejores que otras. Yo confieso la mía.
¿Quién quiere probar?
Tomemos las situaciones iniciales que hemos comentado anteriormente y veamos por dónde puede ir la ruta marítima hasta el desenlace final.
Reunión de viejas amigas del colegio: Van entrando en grupos o en soledad planteándose el porqué han acudido a esa reunión si ya nada las une. Si cada una tiene su mundo y, a veces, son incompatibles. Van encontrándose. Hay cercanías y lejanías no se sabe muy bien por qué
motivo. En un momento dado, una de ellas sale al jardín del hotel donde se han reunido. La encuentran muerta. Llega la policía y comienza la investigación. Obviamente las dudas se centran en el grupo de amigas. Van surgiendo posibles causas de cada una de ellas (amores, deudas, envidias). Parece ser que la culpable es una de ellas que debía dinero a la asesinada. Llega una última pista. Se resuelve el caso. (Lo dejo para ti).
Tras recibir la carta, la madre la abre y lee: es una amenaza para toda la familia por una cuestión política. Se extrañan sobremanera pues nadie de la familia se ha interesado intensamente en ese tema. Siguen llegando amenazas cada vez mas fuertes. La familia, muy preocupada, recurre a un amigo que es abogado y este se pone manos a la obra para intentar averiguar algo. Un día llega un payaso, vestido de payaso, que les dice que sabe el motivo de las amenazas. Parece ser que, en un futuro, el hijo de la familia será presidente de un país que iniciará la décimo quinta guerra mundial. El payaso ha sido encargado por el comité antiguerras intertemporal para detener esto y está dispuesto a todo. Se resuelve el caso (te lo dejo a ti).
En cuanto a Cáceres y su oráculo. Llega la Navidad, todo el pueblo quiere comprar su décimo para intentar dejar de ser clase media o baja y convertirse en élite. En Cáceres, una extremeña ha hablado en televisión de que tiene en casa una antigua cocina de carbón y leña en la que, a veces oye voces que dan números. La señora aparece en todos los programas de televisión que usan a ciertos personajes para las risas de sus televidentes. Pero alguien le está prestando atención. Una niña murciana les comenta a sus padres que sabe el número que saldrá en el sorteo, el 45678. Sus padres le dan la razón como a los hijos. No se hacen de ello una preocupación, pero la insistencia de la niña los lleva a buscar el número por toda España. Hablan con distintos loteros que se burlan del tema y les ofrecen números diferentes. Finalmente encuentran el dichoso número en Astorga. Lo compran y llega el día del sorteo. Se resuelve el caso (lo dejo para ti).
Y así nace lo que después veremos en las tablas. O no. Claro que, a veces, se entrecruzan el guion, el grupo, el escritor y un día te enteras de que algún o algunos componentes del grupo se lo ha pensado mejor y no quiere participar este año en la obra. O de que algún o algunos compañeros, amigos o lo que sea, se ha interesado en el grupo y quiere participar en él (¡Aleluya!). Toca cambiar la historia, añadir personajes, agruparlos, cambiar esto o aquello. Se llama pulir. Pulamos, pulamos.
Así pasó con El reino de Serendipia. Aparecieron las niñas, apareció Manolo. Y el reino creció considerablemente, hasta convertirse casi en imperio. Ánimo a los escritores que tienen un sillón cómodo en casa y los dedos les saltan por las ganas de ver una historia concluida.
Llegó la hora de ensayar de pie, ¿cómo lo hacemos? Recordamos que estamos hablando de centros de educación y que, en ellos, habrá situaciones de todo tipo con respecto al teatro. Habrá quien esté en un centro que se vuelca con esta actividad, que tiene ayuda de asociaciones, que recibe becas de cualquier organismo. También habrá quien se busque la vida como pueda y se deje la piel y otros órganos en montar una obra de teatro. Por lo tanto, conclusiones generales aquí será difícil; pero, por su mayor dificultad, pensemos en que tenemos menos que menos para montar nuestra obra. ¡Imaginación, querida, imaginación!
Tienes unas cajas de cartón de haber recibido el centro paquetes de folios. Las forras con papel de distintos colores y te montas un escenario que represente una ciudad romana para llevar a escena La olla.
Vas a representar una casa andaluza para La casa de Bernardo Amanecer, pero olvídate de muebles y demás zarandajas. Unos paneles de corcho blanco, los pintas de negro y delante pones unas sillas de enea que seguro alguien tendrá en casa.
Así que no es motivo para echarse para atrás; al contrario, la imaginación produce sueños de colores que, si no lo ha dicho nadie, lo digo yo.
Para nuestro Serendipia estaba claro que había que conseguir un teatrillo de guiñol. Teníamos unas telas negras de anteriores momentos. Echamos mano de ellas y solo quedaba buscar un soporte metálico (En todo centro hay un Antonio Velasco que te lo consigue) que no se cayera (¡ay esos ensayos donde se caía todo!) y para atrás unos paneles que pudieran ser tapados con la misma tela.
Y si hay manitas en el centro (en casi todos los centros hay un José Antonio Rosales dispuesto a echar una mano y dos), pues te montan una cazuela de un corral de comedias que flipas.
¿Probamos?
Ya hemos ensayado varias veces. Esto no va a salir. No nos sabemos el papel, parece poco animada la obra, los alumnos que asistan nos van a ver más como profesorado que como personajes, no sé si la interpretación de mi papel es la correcta. Dudas, dudas y más dudas; pero muchas ganas de seguir para adelante.
Es posible que alguna obra se os quede en el limbo de Talía, sin duda. Motivos variados: el guion parecía asequible, pero la puesta en escena es muy complicada por distintas causas (recuerdo Los caballos no son cabellos por la dificultad de los personajes equinos o Encuentros en la tercera taza por la aparición de algo llamado COVID); el grupo se disuelve en algún momento (esas obras que interpretaban el alumnado de 2º de bachillerato y que, cuando llegaban los exámenes finales, eran tan difícil representar); pero, si hay ganas, alguien siempre dirá: ¿no os acordáis ya del curso pasado que pensábamos que no salía y salió genial? Y sale, ya te digo yo que sale. Solo recomendar que los ensayos sean cuanto antes sobre el tablado (sé que es difícil en los centros) y con el decorado lo más pronto posible.
El reino se ha puesto en escena después de ensayos de diverso tipo:
Y por fin sale, salió. Igual que la vuestra. Divertíos en los ensayos, poneos nerviosos en los estrenos y comentar jocosamente el pospartido.
Y aquí está El reino de Serendipia (Teatro para marionenas). Espero que la disfrutéis:
PERSONAJES
Niñas (1 y 2) Manolo. Baldomera. Reinona. Asistenta. Tesorera. Las Hijas ( La Menor, La Mayor y Fa Sostenido). El Hada Besucona. La Ogra. La pirata Garrapata.
Escenario: Típico teatrillo de marionetas de mano. Negro delante y negro de fondo. De momento no hay nada sobre el telón.
NIÑA 1 Y 2: (Dando palmas): Que empiece ya / que el público se va / la gente se marea / y el público se mea.¡Que empiece ya!
NIÑA 2: Eso, eso, vamos a mear tos juntos como en feria.
NIÑA 1: ¡Bruta! ¡Cállate que, si no, no empezarán! ¡Y compórtate!
NIÑA 2: (Burlona) ¡Quimpirtate, quimpirtate! ¡Aburría! Que eres más aburría que un troncho de ensalá.
NIÑA 1: ¡Chist! ¡Chist! Ya sale, ya sale. ¡Ay qué bonito! ¡Mira cómo se mueve, parece un ángel!
NIÑA 2: Eres más cursi que el balcón del ayuntamiento en semana santa.
NIÑA 1: ¡Chist! ¡Chist! ¡Jolines!
ACTO I
BALDOMERA: ¡Hola, chicos! (desplazándose al otro lado del escenario) ¡Hola, chicas! (En el centro y con cierto enfado) ¡Hola, profes!
Soy Baldomera, la reportera, más dicharachera. He venido a este reino para hacer un reportaje. ¿Sabéis cómo se llama? El reino de Serendipia. ¿No lo conocéis? Sí, hombre. Está por allí, al lado de aquello, donde se come muy bien, que venden recuerdos en plata. Bueno, es igual. Un reino donde reina una mala, mala, malísima, reina: La reina Reinona. Vive con sus tres hijas: La Menor, La Mayor y Fa Sostenido.
BALDOMERA: Las hijas no son muy malas de momento, pero se dejan llevar por la madre y, de vez en cuando, pintan en un museo, se lavan las manos en una charca, se comen la corteza del queso y hasta cantan por Pitingo en las fiestas. En fin, nada no solucionable.
Parece ser que el reino está chungo de pasta. Y yo he venido porque hay denuncias de los habitantes de que les están quitando hasta los junquillos de las puertas. Voy a estudiar la situación y, si eso es así, la denunciaré ante el Tribunal Superiorísimo de la Galaxia.
Voy para allá. Detrás de esta montaña, está el castillo de Serendipia. ¿Qué no hay montaña? ¡Manolo! ¡Sube la montaña! (Aparece sobre el fondo la montaña) ¿Castillo tampoco? ¡Manolo el castillo, que tengo que estar en todo yo!
(Entra Manolo con el castillo y la montaña en la mano)
MANOLO: (Luce gorra y palillo en la boca) (viene de la barra del bar de arreglar el país) Empiezo a estar harto de tanta exigencia. Yo tengo mis derechos de trabajador asalariado del gobierno aunque no me reconozcan los trienios. ¿Ahora qué órgano genital femenino quieres tú?
BALDOMERA: Su excelencia no sabía que la obra comenzaba a esta hora, ¿verdad? Era más importante sostener la barra del bar. Ya estás poniendo el castillo y la montaña. Los acabo de nombrar y he hecho el ridículo delante de estos espectadores tan generosos que me lo han perdonado.
MANOLO: (Al público) ¿Y vosotros a qué habéis venido? ¿No tenéis algo más importante qué hacer que dar trabajo a este humilde obrero que necesita un descanso cada dos descansos?
MANOLO: ¿No hay por ahí una raíz cuadrada que reclame vuestra presencia? ¿Una tabla periódica para que surfeéis con ella y me dejéis a mí tranquilo? ¿O un balón de baloncesto que os ayude a rebajar las calorías del donut que os habéis zampado? ¡Cagoentó!
(Mientras cuelga el castillo y la montaña, sale Baldomera que volverá a asomar la cabeza cuando esté Reinona)
MANOLO: ¡Ea! ¿Está ya contenta la señora “periodista”? ¡Y encima se ha largado sin decir ni adiós! ¡Qué poco respeto con la clase trabajadora! A ver si puede ser que me dejen ya tranquilo durante la obra. Me voy, que empieza.
(En Off)
REINONA: ¡Ostras! ¡Ostras! ¡Cómo que no hay ostras para el desayuno de la reina! ¡Quiero mis ostras y mi Mirinda! ¡In-me-dia-ta-men-te!
(Aparece Reinona con cara de muy malas pulgas)
REINONA: (Moviéndose nerviosa a un lado y a otro) ¡Tres segundos para que esté aquí mi plato de ostras y mi refresco! ¡Dos segundos! ¡Uno y no está! ¡A las diez en punto ejecución en la plaza pública de todos aquellos cuyo apellido empiece por T!
REINONA: ¡A las 11, recital en directo por televisión de José Manuel Soto! No quiero que nadie se me subleve en este (recalcando) mi reino. ¡Que venga la asistenta a recibir los primeros golpes! ¡Que traiga con ella la cachiporra! ¡Quiero mi ca-chi-po-rra!
(Aparece Asistenta)
ASISTENTA: Señora, aquí su cachiporra. (Agachando la cabeza). Aquí mi cabezorra. Deme usted mazamorra.
REINONA: No te quedarás sin tu ración diaria. Pero espérame un momento que tengo a mi lado un mochuelo que se va a llevar el primer premio. (A Baldomera, persiguiéndola mientras la cachiporrea) No quiero prensa en mi reino. ¡Fuera, chinche! ¡Toma, mastuerza! ¡Hala, a tomar viento, juntaletras!
(Mientras corren)
NIÑA 2: ¡Dale, dale! ¡Ponle la cabeza como un colador de los chicos!
NIÑA 1: ¡Por favor! ¡Qué violencia! ¡Hablad, hablad entre vosotras! Sed positivas. Que nos os domine la cólera.
NIÑA 2: ¡Eso ,eso, colerá, mucha colerá! ¡Ponle la cabeza colerá!
NIÑA 1: (Por encima del hombro) ¡Per favore!
(Sale Baldomera, después de unos cuantos cahiporrazos.)
ASISTENTA: (Pensando en voz alta) Cada día tienes más práctica. Me toca ahora, es su táctica.
REINONA: ¡Te vas a buscar ostras a donde haga falta! ¡Toma! Te lo apunto en la cabeza para que no se te olvide. Tres apuntes, que uno se queda corto.
ASISTENTA: Muchas gracias, mi señora. Mi memoria es su servidora. Pero la Tesorera me dijo que no mintiera. Ya no queda dinero ni para papel del trasero.
REINONA: ¿Qué me dices, insensata? (Mientras la golpea) ¡Sal y busca a la Tesorera! Se ha gastado mi dinero en viajes para sus amantes. ¡Qué cara tiene y qué cara me cuesta su calentura!
(Sale Asistenta)
REINONA: ¡Sin ostras! ¿Desayunar sin ostras? Volvemos al pasado. Tostaditas y café. ¡Jamás! ¡No lo permitiré! (Llamándola) ¡Te-so-re-ra!
(Aparece Tesorera despidiéndose a besos de alguien que no se ve)
TESORERA: (Entre besos) Sí, Reinona, aparezco. ¿Me llamaba? Estaba terminando unas cuentas. (Se vuelve y se encuentra con la porra en primer plano). ¡Reinona! ¡Baja el mástil!
REINONA: ¡Algún día me va a importar muy poco la caja B y te voy a romper las narices! ¡Con que unas cuentas, ¿no?!
TESORERA: La cosa está “mu” malita, Reinona. Estamos en crisis. No queda ni un céntimo en la caja A y la B no está accesible desde que la guardamos en la cueva del ogro.
REINONA: ¡Calla! Desgraciada. Quieres que se enteren mis súbditos y se levanten.
TESORERA: Ningún problema, jefa. Están entretenidos con la última emisión de Cien islas para sus vacaciones. Siguen creyendo que algún día las disfrutarán.
REINONA: ¡Bien! Ahora explícame por qué hoy mi asistenta no ha podido comprar las ostras de mi desayuno.
(Baldomera asoma la cabeza)
BALDOMERA: ¡Caja B! ¡Telebasura! ¡Derroche! ¿Pero qué reino es este?
REINONA: ¿Otra vez la cucaracha? ¿Te voy a romper la crisma? (Sale detrás de ella, corriéndola a garrotazos)
TESORERA: ¿Por qué? Dice. Se tiene una que reír. (Saca una libretita) Últimos gastos del reino:
Una palangana de oro para los vómitos reales.
Mil pares de zapatos de cocodrilo y otros mil de cebra blanca. Cuatro millones de discos de José Manuel Soto. Trescientas maletas para no viajes. Un álbum de fotos del cardenal Richelieu.
Y luego están las hijas, ¿qué no las conocéis? Una maravilla. Está La Menor, La Mayor y Fa Sostenido. A cuál más derrochona.
La Menor se ha comprado a costa del reino, una colección de cucharas con un agujero en medio para comer sopa porque no le gusta nada. A 1000 euros la cuchara.
TESORERA: La Mayor, es una apasionada de los coches de carrera. El último, un Ferrari con las ruedas cuadradas para no salir de la cochera.
Y Fa Sostenido, que canta como un ladrillo afónico, se ha comprado un karaoke automático. 325 mil eurazos.
(La interrumpe Niña 2)
NIÑA 2: ¡Cállate ya, que hablas más que un profe! ¡Garrotazos, queremos garrotazos!
NIÑA 1: Perdónala, personaje ejemplar, no sabe lo que dice. Continúa, per favore.
TESORERA: Mirad, ahí viene La Menor a pedirme cuentas.
LA MENOR: (Gritando) ¡Eh! ¡Tú! ¿Dónde están mis cucharas? ¡Mama! ¡Mama! ¡No me da mis cucharas! ¡Dale garrote! ¡Dale garrote!
TESORERA: Niña, calla. Te daré tus cucharas cuando lleguen.
LA MENOR: (Llorando como loca) ¡Mis cucharas, mis cucharas!
(Asoma la Asistenta y, sin que se dé cuenta, le arrea un garrotazo que la hace callar)
(Niña 1 aplaude con ganas)
ASISTENTA: ¡Cucharas, cucharas y te retiraras!
(Por el otro lado entra La Mayor, mientras se retira Asistenta para no ser vista)
LA MAYOR: ¡Tesorera! ¿Has visto a La Menor? Venía a buscarte para que le dieras sus cucharas y antes quiero yo mi Ferrari. Ni se te ocurra darle a ella primero lo suyo.
TESORERA: Verá. Es que como lo pidió con las ruedas cuadradas, pues tardará en llegar un par de años al menos.
LA MAYOR: ¿Un par de años? ¿Estás loca? ¡Mama! ¡Mama! ¡No me da mi Ferrari! ¡Dale garrote! ¡Dale garrote!
TESORERA: ¡Calla! Tendrás Ferrari cuando llegue. No grites más.
(Asoma la Asistenta y de nuevo garrotazo que arregla la situación)
(Niña 1 aplaude fuerte)
ASISTENTA: ¡Toma Ferrari! ¡Y te vas con él de safari!
(Entra Fa Sostenido que siempre cantará)
FA SOSTENIDO: Adorable Tesorera, quiero cantar con el karaoke. A mí me gusta cantar, cantar, cantaaaarrrr.
TESORERA: (Imitándola) Canta, canta; pero sin karaoke que está la cosa “mu” malita, “mu” malita, “mu” malitaaaaaa.
FA SOSTENIDO: ¡Mama! ¡Mama! Si no me da karaoke, arréale con el garrote.
(Asoma Asistenta y garrotazo reparador)
(Niña 1 con aplausos y risotadas)
ASISTENTA: En lugar de karaoke, toma un buen estoque. Y mejora la rima que eres “mu” mala, “so” prima.
TESORERA: (A Asistenta) Vámonos pronto, que vendrá Reinona y como vea a sus hijas durmiendo de esta manera se cabreará mucho.
ASISTENTA: Yo me voy a la cocina.
TESORERA: Y yo me voy con mi “prima” (guiñando el ojo al público).
NIÑA 1: Qué bien se lleva con la familia, ¿verdad?
NIÑA 2: ¡Sííí! ¡Mejor con la que se arrima! (sonrisa obscena)
ACTO II
BALDOMERA: He subido tres montañas, nadado tres ríos, patinado dos glaciares y la vieja seguía persiguiéndome. ¡Qué pulmones! Pero no podrá callarme, seguiré investigando qué ocurre en este reino y denunciando la corrupción.
(En Off)
REINONA: ¿Dónde estás, cucaracha?
BALDOMERA: Perdonadme, voy al baño.
REINONA: (Entrando con garrote y dirigiéndose al público) Busco cucarachas. Quiero pisotearlas delante de vosotros. ¿Habéis visto alguna? ¿Por dónde se ha ido? ¿Por aquí? ¿Quizás por aquí? No me engañéis que os destrozo el meñique. Seguiré buscando, pero volveré por vosotros.
(Sale riendo como bruja malísima)
(Aparece La Menor)
LA MENOR: Vaya sueño me he echado antes de dormir la siesta. Me estoy volviendo costumbrista. Pero ¿dónde estoy? Esto no es mi habitación. ¡Mama! ¡Mama! ¡Quiero mi habitación, pero ya! (Entra Manolo con aspecto de siesta infinita. Recoge los dibujos de montaña y castillo y coloca el de una habitación) Ahora sí. ¡Hermanas, hermanitas! ¡¿Ande coño andáis?!
(Aparecen La Mayor y Fa Sostenido con evidentes síntomas de “haber dormido” también)
LA MAYOR: Creo que me han pinchado un tranquilizante de caballos.
FA SOSTENIDO: (Siempre cantando) A mí me duele la cabeza como de resaca de anís.
LA MENOR: Hermanita, cantas como el Fary recién resucitado. ¿Te lo he dicho alguna vez?
FA SOSTENIDO: Me importa una mierda.
LA MAYOR: Bueno, vale. A qué venían esos gritos. Llevo una mañana que no aguanto nada. La Tesorera me ha negado mi Ferrari y me jode mucho.
LA MENOR: Por eso. A mí no me ha dado mis cucharas y tendré que comer sopa como los inferiores.
FA SOSTENIDO: Y yo no tengo karaoke como podéis ver (pausa) y oír.
LA MAYOR: Parece que tenemos problemas económicos. Me lo ha chivado la melonera.
LA MENOR: ¿La frutera?
LA MAYOR: No la de… (gesto de tetas grandes).
FA SOSTENIDO: Yo lo noto en que nadie viene a despertarme con una canción.
LA MENOR: Te bastas tú sola para despertar todo el castillo, hermanita.
LA MAYOR: Llamemos a mama. A ver a quién colgamos de los pies para arreglar esto.
LA MENOR: De acuerdo. Pero no en mi habitación. Fuera este decorado y que aparezca el del salón real.
(Manolo, hecho migas, procede al cambio entre gruñidos, rascamientos y cualquier otro gesto propio de su profesión)
(Así ocurre)
(Aparece Reinona)
REINONA: ¡Ay, hijas mías! ¡Qué hambre tengo de cucarachas! ¿No habréis visto alguna? ¡Eh!
FA SOSTENIDO: Mama, mama. No nos enredes más. ¿Qué está pasando en el reino? No tenemos ni para cagar.
LA MENOR: Eso es verdad. Pregúntaselo al frutero que me dio tres kiwis para limpiarme.
REINONA: No hay dinero.
FA SOSTENIDO: (Cantándolo) No hay dinero.
LA MAYOR: (Imitando muy mal el canto de su hermana) No hay dinero.
LAS TRES HERMANAS: No hay dinero.
REINONA: No hay di-ne-ro.
LA MENOR: ¿Y ahora qué hacemos?
LA MAYOR: ¿Y ahora qué hacemos?
FA SOSTENIDO: ¿Y ahora qué hacemos?
REINONA: La única solución posible está en el Hada.
LA MENOR: ¿Madrina?
LA MAYOR: ¿Mágica?
FA SOSTENIDO: ¿Morgana?
REINONA: El Hada Besucona.
LAS TRES: ¿Eh?
(Entra el Hada Besucona haciendo honor a su nombre)
HADA: ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola! ¡Besitos! ¡Besitos! ¡Besitos!
NIÑA 2: ¡Hostias! ¡Tira "payá" que te denuncio!
NIÑA 1: ¡Qué cariñosa! ¡Qué linda!
NIÑA 2: Pues queda tú con ella, que te va a limpiar el chasis de arriba abajo.
NIÑA 1: ¡Chist!
(Al ir a besar a Reinona, garrotazo)
REINONA: ¡Quita, bicho!
HADA: ¿Y para qué me llamas? Cada día eres más rancia, Reinona. No hay quien te aguante. ¿Ni un besito a tu Hada favorita?
(Después de una carrera de besito—cachiporra)
REINONA: ¡Quédate a la distancia de mi porra o te la encajo en la cabeza! Te he llamado porque quiero que ayudes a mis hijas en una misión.
HADA: ¡Olé! ¡Por fin! ¡Una misión! (Imita la música de 007 y hace el tonto a la vez)
LAS TRES HERMANAS: ¿Una misión? ¡Jo, qué pereza!
REINONA: Silencio. Es la única solución que tenemos para encontrar dinero. Escuchadme las cuatro. Hay un volcán.
HADA: El volcán del Patapán.
REINONA: Va a estallar dentro de poco. Y dentro estaba escondido el tesoro de la Pirata Garrapata.
HADA: Tesoro enorme. Enorme tesoro.
REINONA: Ella irá a recuperarlo, pero antes estaréis vosotras. Lo cogéis, os lo traéis y a gastar otra vez. Plan perfecto
FA SOSTENIDO: ¿Plan perfecto? Me extraña, me extraña mucho.
HADA: Avísales del ogro. Bueno, de la mujer del ogro.
LA MENOR: ¿La Ogra?
LA MAYOR: Obviamente.
FA SOSTENIDO: ¿Qué ogro? Tengo alergia a los ogros, y más a las ogras.
REINONA: La Ogra Malogra que cuida el tesoro por encargo de la pirata Garrapata. Tenéis que engañarla para poder haceros con el dinero.
LA MENOR: Mama, mama. Tengo ganas de empezar. Rápido que saquen el volcán.
MANOLO: (En off) ¡Voy! ¡Que estoy miccionando!
(Entra con el dibujo correspondiente y abrochándose la bragueta. Se lleva el dibujo del salón real y, al salir.)
MANOLO: ¡Patapún, patapán, que estalle pronto el volcán! ¡Patapán, patapún que no quede ningún!
FA SOSTENIDO: ¡Joder!, ¡qué lejos! Ponedlo más cerca.
MANOLO: (Que ya se iba pero tiene que volver) ¡Vaya diita me estáis dando! (Se marcha)
(Así ocurre)
HADA: En marcha mis “salvaoras”. Lo que no puede el valor lo puede la avaricia.
LA MAYOR: Como dice el lema de nuestro reino: La avaricia es justicia.
LA MENOR: ¡Adelante! ¡Quita, mama, que te arrollamos!
(Desaparecen todas)
NIÑA 2: ¡Que salga la Ogra! ¡Que salga la Ogra! ¡Que salga la Ogra!
NIÑA 1: ¡Cuánto entusiasmo! ¿Te está gustando mucho?
NIÑA 2: ¡Esto es una mierda! ¡A ver si un bicho malo lo levanta!
NIÑA 1: ¡Cómo eres!
ACTO III
(Aparece Ogra vigilando el volcán de lado a lado del escenario. Tiene una desmesurada barriga)
OGRA: Sin otra cosa que hacer
Que vigilar el volcán
Me aburro como alemán
Y solo quiero comer.
El día que aparezca mi esposo del viaje que hizo para comprar tabaco, dejo el volcán, me pongo a dieta de ensalada y me voy a Ibiza a disfrutar de la jubilación.
NIÑA 2: (Cantando como en fútbol) ¡Esa Ogra! (palmas) ¡Esa Ogra! (palmas)
NIÑA 1: ¡Chist! ¡Chist y contrachist!
(Aparece Pirata Garrapata)
GARRAPATA: ¡Ogra!, ¡otra vez protestando del trabajo! ¡Mira que es fácil! Para un lado, para otro; mirando, mirando, y que no se acerque nadie. Estos días te quiero más atenta que nunca. El volcán está a punto de explotar y mi tesoro puede volar con la explosión. Yo estaré preparada, pero hay mucha rata en este mundo. Vigila o te cuelgo del palo de mesana en cuanto averigüe lo que es.
OGRA: ¡A sus órdenes, mi pirata Garrapata! No dude de mí. ¿Me puede traer un bocadillito de ciervo? El calorcito de los vapores del volcán da mucha hambre.
GARRAPATA: Y el frío de los témpanos también te da hambre. Si es que… Ahora mismo vengo. No cierres ni un ojo. (Sale)
OGRA: Sin otra cosa que hacer
Que vigilar el volcán
Me aburro como alemán
Y solo quiero comer.
(Entra Hada)
HADA: Hola, Ogrita, ¿qué tal? ¿Cómo va la vida? ¡Uy! ¡Cuánto has adelgazado desde la última vez!
OGRA: ¿Y tú de quién eres?
HADA: Soy el Hada Besucona. Me das un besito, un besito, un besito… (Corren)
OGRA: ¿Un besito? Un garrotito, Hada malhada. (Corren en la otra dirección)
(Besito, garrote; besito, garrote hasta que los jadeos paran las carreras. Aplausos y risas de Niña 2)
OGRA: ¡Ni tengo edad, ni soy atleta! ¡Para ya, maldita! ¿Qué quieres? ¿Por qué me visitas?
HADA: Ay, Ogrita linda! Vengo para que te tomes unos días de vacaciones. Soy de la asociación EVADETE, En Vacaciones Detente Tente.
OGRA: No la he oído nunca. Me quieres engañar. Y no me gusta. (Gruñido de Ogra enfadada)
HADA: Claro que no.
HADA: Las organizaciones humanitarias no interesan en nuestra sociedad. Todo lo que sea para beneficiarnos no les gusta a nuestros gobernantes.
OGRA: ¿Y cómo funciona?
HADA: Tú te vas a la playa. Yo me quedo en tu lugar. A la vuelta yo me voy y tú te quedas.
OGRA: No parece muy complicado. Y la jefa qué dirá.
HADA: Tenemos un bufete de abogados que te cagas. No hemos perdido ni una reclamación.
OGRA: ¡Puf! Las reclamaciones de mi jefa cuestan un ojo de la cara, y yo solo tengo uno.
HADA: Mira, aquí vienen mis abogadas preparadas para cualquier cosa. Pasad, queridas.
(Entran las hermanas disfrazadas de abogadas)
LA MENOR: El período de vacaciones anuales retribuidas no sustituible por compensación económica será el pactado en convenio colectivo o contrato individual. En ningún caso pueden ser inferiores a 30 días naturales.
LA MAYOR: En caso de desacuerdo entre las partes, la jurisdicción competente (mediante procedimiento sumario y preferente) fijará la fecha que para el disfrute corresponda y su decisión será irrecurrible.
FA SOSTENIDO: (Siempre cantándolo) Cuando la fecha esté precisada en convenio colectivo o por acuerdo entre el empresario y los representantes de los trabajadores, o hubiera sido fijada unilateralmente por aquel, el trabajador dispondrá de un plazo de 20 días, a partir del día en que tuviera conocimiento de dicha fecha, para presentar la demanda en el juzgado de lo social.
HADA: ¿Ves, Ogrita? Ve con ellas que te van a asesorar muy bien. No te preocupes de Garrapata. Yo la distraeré.
(Salen con ciertas reticencias de Ogra)
HADA: Primer paso dado. Voy a ver si engaño a Garrapata. Que viene por ahí.
NIÑA 2: ¡Hada! ¡Mientes peor que yo con las notas! ¡No te va a creer! ¡No te va a creer! ¡No te va a creer!
NIÑA 1: ¡Calla ya! ¡Córcholis!
(Entra Garrapata)
GARRAPATA: ¡He visto a Ogra con otras tres individuas! ¡Traigo una mala leche que no es ni normal! ¿Ves esta cachiporra? Es mi mala leche. ¡Ven aquí! ¡Toma, toma, toma! (Persecución)
HADA: ¡Para, para, para! (Se revuelve para besarla) ¡Qué pares, animala! ¡Dame un besito, un besito!
GARRAPATA: ¡La madre que me…!
HADA: ¡Bruta! ¡Soy la prima de Ogra! Me la tienes muy cansada. Lleva sin vacaciones ni se sabe. Así que he venido a sustituirla mientras ella va a ver a su tía, mi madre.
GARRAPATA: ¡La madre que me…!
GARRAPATA: ¡Ella no tiene familia! ¡Es una Ogra!
HADA: ¡Que sí tiene! ¡Y tú deberías ocuparte algo más de la tuya! ¡He conocido a tus sobrinos, los piratitas de Cartagena! Y están deseando conocer a su tía, la famosa Garrapata.
GARRAPATA: ¡Ay, no me digas! ¿tengo sobrinitos? ¿De mi hermana Antonia? ¿En Cartagena? ¿Y es pirata también? ¡Qué familia tengo más divina!
HADA: Vete a buscarla, que sale un barco en diez minutos. Yo me quedo aquí vigilándote tu teso…, tu volcán.
GARRAPATA: ¿No me estarás engañando?
HADA: ¡Que no, tontina! ¡Hala, un besito y a embarcarte!
GARRAPATA: ¡Quita, mochuelo! ¡Nada de besos! En quince días estoy aquí. Vigílame el chiringuito o, cuando vuelva, te cuelgo del palo de mesana que ya sabré lo que es.
HADA: ¡Adiós, adiós! Dale recuerdos a la familia.
(Sale Pirata)
HADA: ¡Ea! Solucionado. A esperar que esto explote, y por lo que suena, no será muy tarde.
(Sonido de tripas revolviéndose)
NIÑA 2: ¡Hostias! ¿Qué es eso? ¡Os habéis pasado con los efectos especiales! Suena como la barriga de mi abuelo cuando se tuerce en la silla.
NIÑA 1: ¡Anda, pero si te has asustado! ¡Con lo valiente que tú eres!
NIÑA 2: ¿Asustarme de esta tontería? ¡Tú no conoces a mi abuelo!
VOLCÁN: (En Off) ¡Ufff, se fue la pesada de la Ogra! ¡Por fin un cuesco en libertad! ¡Ahí va!
(Suena tremendo)
NIÑA 2: (Buscándolo) ¡Abuelo, abuelo! ¿Dónde estás?
(Entra Baldomera)
BALDOMERA: En directo, para todos ustedes, la noticia del pedo más grande de la historia. Aquí pueden ver lo que ha arrojado el volcán Patapán tras el zambombazo.
(Van apareciendo imágenes de lo expulsado: calcetines, una foto enmarcada del rey de Arabia, una bufanda del Córdoba … Se puede añadir todo lo que se quiera, pero finalmente aparecerá un cofre.)
HADA: ¡Aquí está! ¡Hermanitas, vámonos! ¡Solucionado!
(Aparecen las hermanas y la Ogra recién salidas de una fiesta)
LAS CUATRO: (Cantando) El vino que tiene Asunción. Ya no tiene vino que esta lo bebió. (Se señalan unas a otras entre risas)
LA MENOR: ¡Qué tía más maja eres, Ogra!
LA MAYOR: Eres mi hermana.
FA SOSTENIDO: Te queremos “bucho”.
OGRA: Vosotras sois increíbles. Os adoro.
LA MENOR: Te vienes al reino con nosotras.
LA MAYOR: Te vamos a hacer presidenta del reino.
FA SOSTENIDO: Los reinos no tienen presidenta.
LA MENOR: Eso lo arreglamos en cuanto lleguemos.
LA MAYOR: Tú hablas con mama, que a mí me da la risa.
FA SOSTENIDO: Hablaremos con los serendipios y que ellos decidan.
LA MENOR: Eso. Y tú (a Ogra) A partir de ahora te llamarás Orla...
OGRA: ¿Eh?
LA MENOR: Orla, no. Olgra.
OGRA: ¿Eh?
LA MENOR: Olga, joé. Que me trabo.
(Aplauden todas y salen contentas como llegaron)
HADA: Pero, pero, pero ¿esto qué es? ¿Y ahora qué hago yo? Anda. Aquí está el cofre del tesoro. ¡Garrapata, Garrapatita! ¡Guapa! ¡Ven, que tengo una cosita!
GARRAPATA: ¡Olé! Ese es mi cofre. Ese es mi tesoro. O me lo das, o te arreo un garrotazo de los que se recordarán en la historia.
HADA: Te lo doy, sí. Pero si me das un besito, y lo compartes conmigo. Que te lo he estado guardando de las malas pécoras que querían llevárselo. Casi me arrancan las alas.
GARRAPATA: (Pensándolo) Vale. Pero sin besito. (Pausa) Al menos de momento. Vámonos a las Bahamas, Hadita preciosa.
(Salen)
(Asoma Baldomera)
BALDOMERA: Esta historia no va a acabar como esperaban mis jefes. Me voy para el reino para ver el final. ¡Castillo, por favor! (Manolo aparece para llevarse volcán y colocar el castillo)
MANOLO: ¡Venga, cucaracha, vamos que quiero ver yo el final también!
(Salen los dos)
NIÑA 2: ¡Ojú! ¡A ver si es verdad que llega el final porque tengo el culo para colocar un cuadro! ¡Qué jartura!
NIÑA 1: ¡Ay, pues a mí me está pareciendo ideal!
ACTO FINAL
(Reinona por un lado, por el otro Asistenta que porta la garrota)
ASISTENTA: Siguen sin venir, mi señora. Aquí tiene usted su cachiporra. (Le ofrece la garrota y agacha sumisa la cabeza)
REINONA: (Dándole garrotazos a cada sílaba) Mi te-so-ro. Mis di-ne-ros. Mis os-tras.
ASISTENTA: No es bueno hablar silabeando, duele más que juntando. ¿Puede usted señora pronunciar las frases como un cantar?
REINONA: (A cada sílaba, golpe) ¿Dón-de es-tán mis hi-jas? ¡Bús-ca-las! ¡A-vi-sa a la Te-so-re-ra!
ASISTENTA: ¡Te-so-re-ra! Ven, por tu madre; antes de que me taladre.
(Entra Tesorera)
TESORERA: (Despidiéndose de alguien que está dentro) Ahora vengo, cariño, no te tapes mucho.
ASISTENTA: (Acariciándose la cabeza) ¡Aquí cada una recibe distintas vacunas!
REINONA: ¡Llevamos tres días sin ostras! ¿Qué sabes de la misión?
TESORERA: Sin ostras, sin luz, sin gas, apenas alimentos. Estamos en quiebra, mi señora.
REINONA: Déjate de problemillas. ¿Dónde está el tesoro de la pirata Garrapata?
TESORERA: Según mis informes. El volcán Patapán ha hecho honor a su nombre el otro día. Sus hijas y el Hada deben estar a punto de llegar al reino con los dineros.
(Música de fanfarrias)
ASISTENTA: Creo, si no me equivoco, que entran por la puerta cuatro cocos.
LAS HERMANAS: ¡Oé, oé, oé! ¡La Olga al comité!
LAS HERMANAS: ¡Oé, oé, oá! ¡La Olga a gobernar!
REINONA: ¿Qué decís? ¿Dónde está mi tesoro?
LA MENOR: Aquí, delante de ti. Se llama Orla.
OGRA: ¿Eh?
LA MENOR: Olgra.
OGRA: ¿Eh?
LA MENOR: Olga.
LA MAYOR: Nuestra nueva presidenta.
ASISTENTA: ¿Eso qué es lo que es?
FA SOSTENIDO: Una persona que gobierna con amor y dedicación a su gente. Y, si no, pues a tomar…
REINONA: (A Asistenta) Trae la cachiporra, que voy a repartir yo amor a mi gente.
LA MENOR: (Adelantándose a coger la porra) De eso nada. Serás mi mama, pero se acabó.
LA MAYOR: Hemos encontrado otro tesoro: La bondad y la entrega de Olga. Así que, sintiéndolo mucho, mama. Los garrotazos van a cambiar de dirección.
FA SOSTENIDO: (Cantando como nunca) Y con esto concluye el reino de Serendipia. Garrotazos a la mala y triunfo de la esperanza.
(Entre garrotazos y golpes a Reinona van desapareciendo del escenario)
(Asoma Baldomera)
BALDOMERA: ¿Sí?, ¿central?, ¿central? ¡Cómo! ¡Que estoy despedida! ¡Que no tenía que haber hablado de todo lo que ha ocurrido! Pero si soy periodista. Periodista. Sí, lo seguiré siendo. No me despedís, me marcho. Adiós.
MANOLO: (Al público) ¿Vais a recoger vosotros esto? ¿A que no? Pues hala, desfilando para clase que me tengo que tomar el cafelito y la tostada.
(Niña 1 y Niña 2 se levantan y salen del brazo de Manolo)
OSCURO
F I N
También podemos visualizar la obra El reino de Serendipia en Youtube, si se prefiere.
Aprovechamos este espacio para recordar que puedes crear tus propios vídeos interactivos usando el Proyecto Plantillas de RED Descartes. Concretamente, en la sección vídeos interactivos del proyecto, encontrarás un modelo, el tutorial y el archivo para descargar la plantilla deseada y que se ajusta a tus necesidades y las de tu alumnado.
También podemos visualizar la segunda sesión de la obra El reino de Serendipia en Youtube, si se prefiere.
Portada: Julie Limonon
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Página 71: Risa maligna, de Marcelo Henderson Salles en Procomún. Banco Multimedia de INTEF Licencia CC BY-NC-SA
Página 83: El ataque de las bestias, en Procomún. Banco Multimedia de INTEF Licencia CC BY-NC-SA
Página 89: Ventosidad, en Procomún. Banco Multimedia de INTEF Licencia CC BY-NC-SA
Página 95: Adaptación de "Fanfarria de metales", en Procomún. Banco Multimedia de INTEF Licencia CC BY-NC-SA