si es por las "doce campanadas", una uva por cada toque de campana. Realmente, se podrían compaginar las dos motivaciones. Según la tradición, se cree que el que se coma las doce uvas al compás de las campanadas tendrá un año próspero. Ciertas casas comerciales vieron en esta tradición una buena oportunidad de negocio y, a principios de los años 2000, comenzaron a comercializar botes individuales con doce uvas, peladas y sin pepitas. La tradición se ha expandido a otros países, como México, Colombia o Perú, donde se conjuga con otras cábalas de buena suerte como el uso de la ropa interior amarilla.