Tres paisas en el País Vasco
Diario de viaje
Juan Guillermo Rivera Berrío
Red Educativa Digital Descartes de Colombia
Córdoba (España)
2021
Título de la obra:
Tres paisas en el País Vasco. Diario de viaje.
Autor:
Juan Guillermo Rivera Berrío
Código JavaScript para el libro: Joel Espinosa Longi, IMATE, UNAM.
Recursos interactivos: DescartesJS
Fuentes: Lato y UbuntuMono
Red Educativa Digital Descartes
Córdoba (España)
descartes@proyectodescartes.org
https://proyectodescartes.org
Proyecto iCartesiLibri
https://proyectodescartes.org/iCartesiLibri/index.htm
ISBN: 978-84-18834-15-8
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons 4.0 internacional: Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual.
El Proyecto Descartes nació en 1998 como una herramienta de apoyo para la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, pero dada su versatilidad y la incorporación de nuevas funcionalidades, atrajo otras disciplinas como la Física y la Química.
Años después, emergen proyectos como Pizarra Interactiva y @prende.mx que ofrecen contenidos digitales en la lengua materna (español) y GEOgráfica como un aporte al aprendizaje de la geografía mundial. Actualmente, desde la Red Educativa Digital Descartes se ofrece a la comunidad académica una variedad de contenidos en disciplinas como matemáticas, física, química, ciencias naturales, lengua, lengua inglesa, resistencia de materiales, estática, artes visuales, ciencias administrativas, ciencias computacionales y ciencias sociales y humanas; es decir, la Red Educativa Digital Descartes amplía su campo de intervención a cualquier disciplina, incluso la literatura.
Una primera muestra de esta última disciplina, la literatura, es el libro “Tres paisas en el País Vasco”, en el que se relata las interrelaciones de tres colombianos con los europeos en general y el pueblo vasco en particular. Estos tres antioqueños (paisas) visitan por primera vez el viejo continente y, también, por primera vez conocen, perciben y sienten el clima en la estación de invierno. Tanto el choque cultural como el térmico, hacen que su estadía en el País Vasco tenga algunas complicaciones, situación que lleva a uno de ellos a describir el día a día en tierras extrañas o, como afirma el autor: ¡con ese puto frío no provocaba sino escribir! Es comprensible y lógico que quien vive en Medellín (Colombia), la conocida como "la ciudad de la eterna primavera", experimente ese shock térmico que penetra hasta sus huesos, que se aferra a él y que no le abandona.
En el mes de enero de 2007 tres estudiantes del programa de doctorado "Estudios de ciencia y tecnología y gestión de la innovación tecnológica", desarrollado por la Facultad de Filosofía de la Universidad del País Vasco, iniciamos una pasantía de tres meses en la ciudad de San Sebastián (Donostia).
Los tres paisas de la pasantía visitaban por primera vez Europa y, también, por primera vez enfrentaban el frío europeo. Tanto el choque térmico como el cultural, me motivaron a escribir un diario de viaje, que diera cuenta de las dificultades que un montañero antioqueño (paisa) tenía que enfrentar para lograr lo objetivos propuestos en esta pasantía académica.
En este libro transcribo el diario de viaje, acompañado de fotos y vídeos tomados con una cámara sencilla de la época (2007). Los relatos no son de corte académico, sólo traté de describir cómo tres paisas convivieron con una comunidad cerrada como la vasca que, además de su idioma euskera, presentan otras barreras que evitan cualquier relación externa, por ello, la mayor interacción se logra con otros pasantes de Argentina, Chile y México.
Días antes al 15 de enero, la ansiedad me invadía, me enviaba al lavabo (sanitario), no me dejaba dormir. Bueno, no sé si era ansiedad, quizá un poco de temor, mezclado con una añoranza anticipada. Sí, ya añoraba mi tierra, mi familia, mi rutina diaria.
Se inicia el proceso no deseado de despedidas. Lágrimas en los ojos de mi hija, un gran beso de mi esposa y un “quiero ir contigo” como estocada final propinada por mi nene de tres años.
Realizamos nuestro primer viaje (Medellín–Bogotá), sin ningún contratiempo. Previamente habíamos aforado las maletas con destino a San Sebastián, así no tendríamos que preocuparnos por ellas en todo el trayecto. En Bogotá nos trasladamos del puente aéreo al aeropuerto El Dorado (servicio que presta Avianca). Allí cometimos un error, nos sentamos muy cómodos al final del bus. Nos tocó entonces la incómoda cola de emigración. Lenta cola. He ahí el error.
Luego de salir de allí, nos dirigimos a un sitio permitido para fumarnos el enésimo cigarrillo del día, no sin antes llamar a Medellín e informar que, hasta Bogotá, todo muy bien. La verdad no era tanto el interés de informar, sino de escuchar nuevamente las voces de los seres queridos dejados atrás. Es ese apego, ese arraigo a la tierra y la familia el que nos impide disfrutar desde un principio, el sueño de muchos, un viaje a España, a Europa.
Luego de una comida rápida, nos dirigimos a la sala de espera, ya el reloj indicaba las cuatro de la tarde. Allí tampoco se presentaron inconvenientes, excepto por otra larga cola para revisión de pasaportes y una que otra pregunta, entre ellas la clásica ¿A qué va a España? Al ingresar al avión, comprendimos el porqué de la cola, el inmenso avión de Iberia tenía capacidad hasta 400 pasajeros.
Luego de varios intentos en el baño, desistí, es imposible con tanta gente esperando, de alguna manera el cuerpo se bloquea. Allí termina el día con un chaval que dejó poca oportunidad para dormir en el transcurso de la noche.
El día 16 nos sorprendió con nuevos eventos, el temido frío de invierno se presentó con una temperatura de 16º, soportable para este trío de paisas, pero la sorpresa fue el aeropuerto de Barajas. Inicialmente caminamos un largo tramo buscando la puerta K, ayudados en gran parte por una banda eléctrica, luego de pasar inmigración, bajamos en ascensor del nivel 2 al nivel -2 para dirigirnos a un tren que nos llevaría a nuestra puerta K de embarque a San Sebastián (SS).
Luego de otro control, nos desplazamos por otro enorme espacio, buscando la famosa puerta K. Nos dimos cuenta entonces que la puerta K, era toda esa gran sala, desde la cual se despachaban vuelos a toda España k75 (Zaragoza), k84 (Bilbao), k83 (SS), … En el aeropuerto por fin pude descansar en el baño y muy al estilo de Shakira, antes de abordar a SS, "ahí te dejo Madrid". Si, le dejé a Madrid, toda la mierda reprimida del 15 de enero.
Al llegar a SS seguimos con nuestra buena suerte, luego de fumarnos un cigarro, apareció un taxi con un enorme baúl. Nos montamos los tres, nos ahorramos un taxi. Si en Medellín los taxistas tienen fama por correr, en SS no se quedan atrás. Bueno, las excelentes autopistas podrían ser la justificación, sin embargo, el acceso a nuestro apartamento es de calles estrechas e igual el taxista seguía manobriando a una buena velocidad. Pero llegamos sanos, salvos y más mamados que un chupo.
Nuestro destino final era un vetusto edificio en el barrio Larratxo de San Sebastián, situado en las partes altas de la ciudad y colindando con un cementerio, era lo más parecido al convento en el que AndoniAndoni Ibarra es el director del doctorado, él y el filósofo mexicano León Olivé (fallecido en 2017) son mis directores de tesis; es decir, me tocó bailar con la más fea. estudió su doctorado. Ahora (11:37 p.m. hora española) nos disponemos a dormir, algo sudados, oliendo a “mico”, pero es que a 11º C y sin saber cómo diablos funciona el calentador, no se baña nadie. El agua no chorrea, cae en tronquitos. Nos tocó a lo muy europeo, agüita untada con la mano, y a dormir chavales.
Mañana les contaré que ocurrió en nuestra primera visita a la cátedra. No pudimos llamar a Andoni para avisar que llegamos, pero es que con el corre-corre y en el proceso de aprendizaje de cómo se usan las tarjetas del teléfono, se nos perdieron algunos euros, casi no rescato 0,50 euros (cerca de $1500) que se me quería tragar una cabina de Telefónica. Ojo en el aeropuerto, tomad agua, una Coca Cola de 500 ml me costó 2,50 euros ($7500), en el Supermercado, aquí en SS un litro me costó algo más de un euro.
He mejorado de la gripa. Quince días antes de viajar se había incubado el desgraciado virus, lo curioso es que ocurrió días después de inyectarme la vacuna antigripal. Pero, he mejorado, ya no toso tanto. Bueno me duelen los pulmones, pero es por la tos de los días anteriores.
Hoy nos levantamos muy animados a conocer la cátedra y sus ocupantes. La noche anterior la esposa del casero nos explicó como funcionaba el calentador. Mejoró la temperatura del agua, ya no sale a tronquitos, pero fría como un demonio. Bueno, se que me dirán que el demonio es caliente, pero lo de los tronquitos también es una forma de expresar el frío del agua, todo cuanto tocamos en el apartamento es frío. Nos iremos acostumbrando, hoy logramos meter la cabeza en la ducha.
De acuerdo con el mapa de Raúl, intentamos ir caminando a la Cátedra. Una vez supimos que estábamos perdidos, tomamos el bus (ruta 13), le dimos al conductor la dirección, y 3,30 euros. Estábamos a unos 300 m.
Pero no fue la primera vez que nos perdíamos, la noche anterior ocurrieron dos situaciones similares. Una vez instalados, decidimos salir a caminar para conocer los predios vecinos. Cuando estábamos un poco cansados, decidimos regresar tomando un supuesto atajo, lo que ignorábamos es que San Sebastián no tiene un trazado urbano cuadriculado, sus calles son curvas y curvas y más curvas. Nos perdimos, obviamente. Al rato, luego de identificar la vía principal que antes habíamos tomado, logramos llegar al apartamento. Aún no satisfechos, mis dos compañeros de viaje decidieron ir a comprar algún vinillo para la noche, al regreso intentaron abrir sin éxito el portón del edificio, finalmente optaron por llamarme desde el citófono, sólo así se dieron cuenta que estaban en otro edificio.
Bueno, íbamos en lo de la Cátedra. Al llegar tocamos la puerta, no abrieron. Nos sentamos a fumar un cigarro y mientras fumábamos vimos alguien que entraba por el lado lateral del edificio, esa es la entrada a la Cátedra. Inicialmente nos encontramos con un portero o tal vez vigilante del edificio, le anunciamos quienes éramos y a quien queríamos ver. No sabía de nosotros ni de Andoni, ni de Rakel, no sabía nada de nada. Luego nos dijo que era nuevo allí. Al rato logró ubicarnos con otra joven, también nueva, que sí sabía de nosotros. Ella y un joven filósofo de nombre Igor, nos mostraron las diferentes dependencias del edificio, entre ellas la sala de edición de la revista THEORIA. Finalmente nos dejaron instalados en la biblioteca.
Arma el siguiente puzle para conocer el edificio de la cátedra.
En la biblioteca nos habilitaron dos equipos de cómputo que nos permitieron abrir correos y enviar el diario anterior a éste. Igualmente tuvimos acceso a un teléfono fijo. Inmediatamente sacamos las tarjetas de teléfono compradas la noche anterior y llamamos a nuestro amado Medallo. Una maravilla, por sólo 5 euros teníamos 190 minutos para hablar con nuestros familiares. La tarjeta maravillosa es “speak”, para que lo tengan en cuenta los próximos pasantes.
En la cátedra conocimos a Gloria, una ingeniera chilena que pasa por su quinto año en San Sebastián y a Ariel un politólogo argentino.
En la tarde decidimos ir a mercar. Otra experiencia interesante. De la cátedra nos venimos caminando, ya éramos expertos en la ruta, fuimos a un gran grupo de grandes superficies, entre las cuales está el supermercado Eroski. Mercamos como buenos amos de casa: carne, huevos, aceite, pan, queso, whisky, brandy… Lo del brandy es para mi tos, lo del whisky no sé para que lo compraron mis compañeros. Bueno, teníamos ocho bolsas de mercado y un largo recorrido. Llegamos al apartamento peor que la noche anterior, y aún faltaba preparar el almuerzo. Decidimos abrir dos latas, una de frijoles (alubias) y otra de lentejas, y almorzamos.
A las 5:00 p.m. nos fuimos para conocer el boulevard. Conocimos lo lindo que es San Sebastián. Ya veréis las fotos. Caminamos, caminamos y caminamos. Cuando ya las pocas fuerzas que teníamos se nos estaban extinguiendo, tomamos el autobús de regreso. Nos bajamos en la estación equivocada, algo así como a ocho cuadras. Caminamos, caminamos y caminamos hasta que por fin llegamos, casi a rastras, al apartamento.
A eso de las nueve de la noche se presentó el casero “Joseba” y nos explicó dos pequeños detalles.
Una perilla del calentador que permite reducir el agua y aumentar el calor de ésta y nos mostró el balcón (estábamos fumando en la ventana de Héctor). Lo del balcón remató el día. Héctor y yo corrimos a fumarnos un cigarro en el balcón, Fernelly se fue a llamar por teléfono. Héctor cerró la puerta del balcón, con ambos dentro del balcón. Al ver que Fernelly se demoraba, decidimos (je, je) que Héctor escalara y se lanzara a la grama que linda con la fachada posterior del edificio. Luego de cierto temor logró hacerlo y una vez de pie en el exterior, llegó Fernelly.
Bueno, son las 11:12 p.m., mañana será otro día. Mañana nos visitará Andoni.
He empeorado de la gripa, pero el chichón en la cabeza ya no me duele tanto. La noche de ayer por el Boulevard no fue buena idea, empeoró mi estado gripal, me la pasé tosiendo y sonándome la nariz todo el día. Dicen que la próxima semana va a ser de invierno duro, se esperan las primeras nieves de esta estación. Ahora estoy temprano en el apartamento con un antigripal, dice el farmacéutico que es excelente, no quiero recibir la semana que viene en este estado. Es curioso, a diferencia de nuestra tierra, se recomienda consultar al médico o al farmacéutico. Me atendió una joven vasca con aires de médico, me hizo varias preguntas sobre mi estado y posibles contraindicaciones para finalmente recomendarme el antigripal apropiado. Lo del chichón fue un porrazo que me di con la esquina de una puerta del gabinete de la cocina, una pinta de sangre y un chichón fue el resultado de este estúpido golpe. Pero en general estoy bien físicamente, excepto tal vez por las rajaduras en los pies, Héctor me está haciendo las curaciones que nuestros incipientes conocimientos en medicina lo permiten: Isodine para desinfectar y microporo para amarrar las rajaduras.
Hoy tomamos la ruta corta a la Cátedra, encontramos el mapa que nos había dejado Juan, excepto por un pequeño desvío al principio (unas 100 gradas adicionales), dimos con la ruta señalada. En realidad, preferimos la ruta larga.
En la Cátedra nos sentamos en nuestro puesto de trabajo firmemente decididos a escribir sobre nuestra tesis doctoral, no sin antes leer correos, responder algunos, tomar tinto (café), fumar, observar los transeúntes de la avenida José Elosegi.
Así nos dieron las doce del día, momento oportuno para llamar a la familia. A la una de la tarde, iniciamos nuestro trabajo doctoral, pronto empezaron a llegar los comensales, era la hora del almuerzo. En la biblioteca, lugar donde nos instalamos, hay una gran mesa que se utiliza para el almuerzo y como fin último compartir experiencias. Allí estábamos los tres paisas acompañados de cuatro argentinos y las dos jóvenes vascas recién contratadas.
Los argentinos eran los más conversadores, excepto por una psicóloga de nombre Liliana que se la pasó la mayoría del tiempo callada. Los más efusivos eran el politólogo Ariel y el sociólogo Javier Castro, con algunas intervenciones de Julieta, la esposa de Javier. Hablaron de la autonomía del país vasco, de los deseos frustrados de los vascos franceses, de los impuestos, de los conductores, incluso de Napoleón y el rey Luís XIV de Francia, todo mezclado entre una que otra intervención nuestra y de las jóvenes vascas Rakel y Mayelen. Uno de los comentarios que más nos llamó la atención es la tendencia de los europeos a tener hijos después de los 30 años, dicen que países como Francia pagan los primeros tres años de manutención de los hijos, aún así los índices de natalidad siguen siendo bajos.
A eso de las cuatro de la tarde, Javier nos dio una clara descripción de lo que es la Cátedra “Sánchez Mazas”.
La Cátedra, administrativamente, es un centro de difusión o comunicación de la ciencia y la tecnología que depende directamente del rectorado de la Universidad del País Vasco, es decir es un lugar desde el cual se programan eventos al público lego, por ejemplo temas como la nanotecnología, células madre,… En otras palabras, las dos jóvenes vascas son realmente los actores principales de la Cátedra, los demás hacen parte de otros programas que dirige Andoni Ibarra: la revista THEORÍA, los proyectos de investigación subvencionados por el gobierno vasco y nos los doctorandos.
En los proyectos de investigación están los cuatro argentinos. Nos contaba la psicóloga Liliana que el gobierno destina recursos para la investigación, sin ningún tipo de control del gasto, sólo al final del tiempo financiado (entre 4 y 5 años) se exigen los resultados.
En la foto anterior, en el centro está Javier, a su derecha Julieta y a su izquierda Liliana. Al lado de Julieta aparecen el mexicano Luis Carlos y Mayelen, y al lado de Liliana se encuentra el vasco Igor.
De regreso a “casa” ya se escuchaban los tambores en algunos sitios de la ciudad, es la preparación a la fiesta patronal de San Sebastián, la cual se celebra con algo que llaman “la tamborrada”, el viernes y el sábado que es festivo sonarán los tambores en toda la ciudad.
Bueno, es todo por hoy. Ahora me tomaré el medicamento para la gripa, lo curioso son los efectos secundarios que aparecen como reacciones adversas (nunca lo he visto en un medicamento vendido en Colombia). Dice textualmente: El efecto secundario más frecuente es la sedación y somnolencia (eso si lo he visto en los antigripales colombianos) … molestias gastrointestinales (bueno hoy tuve un poco con el yogur vencido que nos tomamos al almuerzo), estreñimiento, confusión, euforia, alteraciones visuales, sequedad de boca y dificultad para orinar. También se han descrito erupciones cutáneas, urticaria y reacciones alérgicas graves, así como alteraciones sanguíneas.
Bueno, si mañana leen este diario, nada grave ha ocurrido.
Hasta pronto, estoy algo confuso, no veo bien la pantalla y tengo mucho sueño.
No se presentaron efectos secundarios, amanecí mucho mejor. Temía quizá por el estreñimiento; pero no, pude usar el nuevo papel higiénico que compramos ayer. La verdad ya estaba cansado de usar el papel de cocina. Mis compañeros de viaje lo compraron confundiéndolo con el papel "Familia" de nuestra tierra, pero no los culpo, al día siguiente compré más papel de cocina, mi culo no me lo perdonó.
Volvimos a dejarle a doña Rosa el dinero para el gas, con la esperanza que esta vez si aparezca el carro distribuidor. La señora Rosa es nuestra vecina más cercana de piso, muy formal y atenta, como familia sólo le hemos conocido tres hermosos perros pequeños, en los pocos días de trato me ha parecido que cambia cotidianamente el color de su cabello, ayer le vi un verde encendido y hoy apareció con un color rojizo, el cual combinaba más con sus perros. San Sebastián tiene algo más de 150 000 habitantes (vecinos) y una población, no censada, pero si numerosa de perros; en las noches salen amos y perros al paseo necesario de toma de aire y evacuación intestinal de estos nobles y tal vez únicos animales por esta estación.
De nuevo en la Cátedra. De nuevo la ansiada consulta de correos, con la esperanza de encontrar unas letras amigas de la ya añorada tierra. No nos fallaron, desfilaron ante nuestros ojos el listado de correos de amigos, familiares y compañeros. Eso nos demandó tiempo, para leer, sonreír, sentir que, aunque lejos, los nuestros siguen siendo nuestros.
Hoy sí avanzamos en nuestro programa de doctorado, logré escribir seis líneas. Dice Héctor que hizo otro tanto. Buena producción para estos cuatro días de pasantía. Fernelly, por su parte, está preparando un artículo, el cual no sólo le será útil para su trabajo de tesis, sino que será un aporte para la próxima revista TECNO LÓGICAS del ITM.
En el almuerzo nos acompañaron Ariel, Javier Castro (hoy conocimos el otro Javier, el chileno, un poco loco o quizá loco del todo, habrá tiempo de saberlo), Liliana, Rakel e Igor (el filósofo de la mente). El tema de hoy fueron los profesores. Se habló de Mormann, Olivé, Ana Rosa, Broncano y Echeverría. Salieron bien librados Ana Rosa y Echeverría, no tanto por su calidad de filósofos, sino por su calidad docente. Ya todos sabemos de las monótonas y casi soporíferas clases de Mormann y Olivé. De Ana Rosa conocemos sus dotes como expositora y el trato con sus “monitos”. También se tocó el tema de los colegios mixtos y de cómo es posible que aún existan colegios sólo de hombres o mujeres. Héctor dice que sólo es comparable con las cárceles.
En la tarde estuvimos consultando sobre Hendaia , el pueblo francés más cercano a San Sebastián, nuestro paseo de mañana. Mayelen, residente en esa localidad, nos dio algunas indicaciones, entre ellas que es un pueblo muy pequeño, por lo que trataremos de visitar Saint Jean de Luz, una hermosa ciudad (según todos los que la han visitado) cercana a Hendaia. Esperamos no perdernos.
A eso de las 7:30 p.m. nos llamó Andoni, se disculpó por no haber estado con nosotros en estos días. La próxima semana nos reuniremos y formularemos nuestro plan de trabajo. Por ahora no estamos muy urgidos de este plan, sólo queremos poner los pies sobre la tierra, a veces creo que todavía se niegan a bajar del avión que nos trajo a estas tierras.
Regresamos al apartamento, no sin antes aprovisionarnos de algunos líquidos para el fin de semana y una que otra provisión. En la famosa fiesta de San Sebastián, con “tamborrada” a bordo, no habrá comercio y será imposible adquirir cualquier otra cosa que nos haga falta.
Llegamos al apartamento. No vino el carro del gas.
Hoy la cena la preparó Héctor, exquisita, arroz mezclado con salchichas y chuletas de cerdo, dos tomates y una lechuga. Pero prefiero que siga cocinando Fernelly, Héctor me dejó la cocina vuelta un chiquero, hasta dejó pegar la única olla que tenemos. A falta de gas, luego de lavar los platos y el pegote de olla, tuve que esperar un buen rato a que se me descongelaran las manos. Compraré guantes.
Bueno, fue todo por hoy, ya nos vamos a la tamborrada.
1:30 a.m. Acabo de llegar de la tamborrada. Niños, jóvenes y viejos se reunieron en los bares y en el parque de Larratxo (pronunciado como larracho). A las 12 de la noche se inicia la fiesta, la cual dura 24 horas. Muchos de ellos iban vestidos de un traje y gorro blancos, vestidos de cocineros. Otros simplemente con el gorro. Por otra parte, algunos se vistieron con uniformes militares de hace algunos siglos. Dicen, luego lo constataremos, que esta indumentaria es en memoria a los vascos que se opusieron al dominio de Napoleón. Igual es conocida la fama de la cocina vasca, los mejores chefs del mundo son vascos.
Inician con algunas melodías al son de los tambores o los barriles (los tambores los usan las personas vestidas de militar), luego se reúnen en algún bar a beber y seguir tocando sus tambores o a escuchar y moverse al ritmo de alguna canción de moda. Una de esas canciones nos hizo sentir orgullosos de nuestra tierra… tengo, tengo la camisa negra… Pero fue un orgullo distinto al que se siente en Colombia con los éxitos de nuestros compatriotas. Ahora entiendo el orgullo de los colombianos en el exterior. Nos hizo vibrar de emoción, con unos deseos inmensos de gritar a aquellos vascos, que festejaban al son de Juanes: nosotros somos paisas, igual que él.
Lamenté tener que retirarme de este festejo, por fin vimos a los vascos alegres, algunos ya borrachines. Tal vez sea la única ocasión de ver reflejada una sonrisa en los rostros generalmente adustos de nuestros, por ahora, vecinos. Pero… el catarro, el maldito catarro. Bueno, dormiré un poco, el día de hoy es largo y prometedor.
4:00 a.m. No he dormido un culo, mis compañeros aún no llegan.
A las 4:30 a.m. aparecieron contagiados de la inusual alegría vasca.
Raúl tenía razón, es más fácil conquistar un vasco que a una vasca, qué mujeres tan agrias y esquivas. Pero que no se piense mal, no estamos tratando de conquistar alguna.
8:00 a.m. Me he levantado a lavar ropa. Nunca he usado una lavadora (eso lo hace mi esposa). En el primer intento salió mojada y enjabonada. Las instrucciones de la esposa del casero no funcionaron. Apreté todos los botones de mil maneras, finalmente logré que escurriera, salio con un poco de jabón, así la tendí, no quiero que la cuenta de energía se suba mucho. Aprenderemos algún día.
11:00 a.m. Por fin se levantaron mis alegres compañeros. Nos hemos quedado un rato viendo en TV la transmisión de la tamborrada de niños. El tambor mayor se lo ha ganado el colegio de la Asunción, vecino de la Cátedra. Pero estoy harto de tambores, como sea nos vamos ya para Hendaia.
8:05 p.m. He regresado de nuestro paseo a Francia. En la estación Herrera tomamos el Euskotren, el cual llaman “el topo”, calificativo que obedece a la gran cantidad de tramos bajo tierra. Luego de pasar por unas 7 estaciones (Errentería e Irún, entre otras), llegamos a Hendaia (Hendaye en francés). Hermoso pueblo, con su bahía repleta de botes. Allí almorzamos pizza y Coca Cola a precio de Barajas (volví a pagar 2,50 euros por una gaseosa).
De allí nos fuimos en autobús a Saint Jean de Luz, otro pueblito francés a 20 minutos de Hendaye. Mucho más hermoso y más francés. Allí nos topamos con el profesor Nicanor Ursúa. Luego de un efusivo saludo, nos invitó a que próximamente hiciéramos un recorrido en su coche por algunos pueblos de Navarra, incluido su pueblo natal.
En Hendaye se me dañaron las gafas y en Saint Jean se me volvió a bloquear el culo. Me traje tres gafas previendo algún daño y a sabiendas de que por aquí no iba a encontrar un “Sanandrecito” para su reposición, a los 5 días ya fallaron las primeras. En Saint Jean pregunté a una dama francesa en mi mejor tono paisa por una toilette (pronunciado toalet según mi traductor Fernelly), luego de seguir sus indicaciones (las de la dama, que también hablaba español), llegamos a un servicio público discretamente escondido, mis compañeros se quedaron atrás a esperarme. Era deprimente, me recibieron tres jóvenes de un aspecto extraño, ojo rojos y picarones, mal vestidos y con tremendos cigarrillos de marihuana en la mano. Ingresé al tal “toalet”, ellos me dijeron algo en francés, sólo entendí algo así como “popié” y sus carcajadas, en lo del popié tenían razón, a eso iba y en lo de las carcajadas también, allí no cagaba nadie con algún sentido de pudor, no tenía puerta y estaba algo popiado. Se me bloqueó el culo.
Bueno, ya estamos en el apartamento, desbloqueado, y preparándonos para una nueva jornada.
Nada especial, nos levantamos tarde. Hicimos algo de aseo, llamamos a casa, un café y largas horas de descanso, encerrados en el apartamento. No provocaba otra cosa, en San Sebastián los domingos cierran todo (excepto los bares), a esto se suma el frío tan verraco del día de hoy, tanto que a veces no sabía (a la hora del cigarro), cuando había dejado de expulsar mi última bocanada de humo. En las noticias anuncian nieve para mañana en toda la costa cantábrica, dicen que el invierno apenas comienza (un mes retrasado).
La TV española tiene el mismo problema que la TV colombiana, excesivo tiempo en comerciales. En los noticieros el tema central (desde que venimos) ha sido el atentado en Barajas con el consecuente cierre de diálogos con ETA. Hoy ha llamado la atención una reyerta en un municipio madrileño, cerca de 40 muchachos latinos se enfrentaron (o atacaron, según otras versiones) a otros jóvenes españoles; el resultado fue 4 heridos (uno colombiano) y 7 detenidos (2 colombianos).
Bueno, hoy tampoco provoca escribir. Mucho frío, mucha saudade.
Salimos muy animados para la Cátedra. Una vez salimos del vetusto ascensor sentimos el tremendo frío del exterior. El termómetro marcaba 7 grados. Lo peor es que apenas está comenzando el invierno y las temperaturas seguirán descendiendo, nos dicen que puede llegar a 5 grados bajo cero.
Al llegar a nuestro destino, empezó a llover. Ahora a las 9:25 p.m. no ha cesado de llover, los cálidos días, parece que demorarán mucho en volver.
El día fue gris, muy gris. Comprendo ahora la advertencia de Juan de llevar un buen paraguas, el que porté el día de hoy, varias veces se volteó al revés (con las varillas hacia arriba), daba risa, tenía que ponerlo contra el viento para que volviera a su posición normal.
Decidimos en la tarde ir a la biblioteca de la Universidad, con la idea de prestar algunos libros y quedarnos en el apartamento leyendo. Perdimos la tarde.
Luego del chapuzón y de varias vueltas, dimos con la biblioteca. Preguntamos por la señora Idiondo (según instrucciones de Andoni). No nos podía atender.
Preguntamos a las personas que atendían en la recepción de la biblioteca si podíamos prestar libros. Nuestros carnés estaban "de baja". Debíamos llevar copia del pasaporte, resguardo de matrícula y llenar un pequeño formulario. No portábamos el pasaporte ni resguardo de matrícula. Nos dirigimos a la oficina de la señora Inmaculada Obeso (pista que nos dio Juan). Muy formal la señora, nos dio un certificado, el cual es aceptado en la biblioteca. Mañana iremos con el pasaporte.
De regreso entramos un momento a la Cátedra para llamar a la familia. Es un ahorro grande, la tarjeta desde el teléfono fijo de la cátedra rinde 5 veces más que desde un público. De regreso optamos por venirnos caminando, la lluvia estaba ligera, la que llamamos “moja bobos”. Los bobos se mojaron a 4 grados de temperatura. Entramos a un minimercado y compramos algunas provisiones, el hambre era mucha. El pollo del almuerzo, además de parecer un chicle no llenó nuestros estómagos.
Dado el cansancio, decidimos cocinar un arroz, destapar una lata de sardinas y otra de fríjoles. Extraña mezcolanza, Pero el problema no fue la mezcla tan rara, sino el arroz tan raro, parecía alpiste, pequeñito y colorado (creímos que venía con la cáscara). Luego de una hora de cocción lo bajamos y a comer. Comer arroz duro con fríjoles y sardina, pero era tanta el hambre…
Hoy Fernelly se dio el quinto totazo (tortazo) con la lámpara de la sala (una araña de 5 bombillas). Nos preocupa mucho. Nos preocupa que se desprenda. Ha cesado de llover, tenemos un dejo de esperanza de que mañana el sol nos sonría.
Se ha dañado uno de los calentadores.
Aún faltan 51 días para terminar este canazo. Ya lo habíamos previsto antes de venir, esto es un canazoCanazo, en Medelín, significa cárcel.. Encerrados en nuestra propia nostalgia, las largas caminatas a la Cátedra se constituyen en el patio de la cárcel. El bongoComida de la cárcel., mejor descripción fue la comida de ayer. Con el invierno vienen los accidentes de transito en las autopistas y los trancones. Mayelen nos decía ayer, si vais a Pamplona (nuestro próximo paseo programado) corréis el riesgo de no poder regresar. Esto es un canazo.
Pero que esto no sirva para desanimar a los próximos pasantes. A nosotros nos tocó el invierno. Es como poner en frigorífico el alma ya congelada.
Desayunanos lomito de merluza y jugo de naranja, excelente desayuno. Todos los días compramos jugo de naranja, está muy barato, en la TV mostraron a los cultivadores quejándose por el bajo precio. Salimos rumbo a la Universidad con pasaporte en el bolsillo. El sol efectivamente nos sonrió, pero para la foto. En la U nos dirigimos inicialmente a la cafetería (bar o taberna) por unos “solos” o cafecitos para paliar un poco el frío tan atroz que nos entraba por cualquier resquicio de nuestras ropas.
Me había puesto camisilla, camisa, buzo y chaqueta, aún así el frío se colaba. Debajo del bluyín llevaba calzoncillo corto (el normal) y largo. Aún así temblábamos y tiritábamos. No me he puesto los guantes, con la lavada de platos mis manos ya se aclimataron. Héctor iba más abrigado, camiseta de manga larga, buso, chaqueta, bufanda y gabán, además de guantes, dos pares de medias y gorra; nos decía que cuando iba a orinar, se le complicaba mucho su “búsqueda” con tanta ropa encima.
Pero hoy fue un buen día, nos atendió muy bien la señora Idiondo, nos puso “en alta” los carnés y le ordenó a alguien que nos diera una inducción (orientación) en la biblioteca. ¡Que biblioteca!, nos extasiamos consultando, buscando en los estantes, hojeando, leyendo; un gran espacio para las obras de Aristóteles, otro para Platón, Descartes. Esta es la biblioteca de Filosofía, Psicología y de Ciencias Sociales, en el mismo campus hay otras bibliotecas como la de Derecho. Cuenta con un gran salón mediateca con películas en DVD y VH, se pueden prestar hasta videos para el ocio. En otra salita hay una fotocopiadora para piratear lo que necesites, sólo se debe llevar una tarjeta que se compra un piso más abajo.
Fue un buen día, porque necesitábamos algo para leer en la noche. El día anterior había seleccionado desde la Cátedra tres libros, allí estaban, que alegría. En la noche podré leer “Purity and danger” y “Risk and culture” de la filósofa Mary Douglas, complementado con “Risk” de la antropóloga Débora Lupton. Me interesa aclarar, de primera mano, la noción de riesgo desde el relativismo cultural de estas dos autoras. Por su parte Héctor se devoraba los estantes de Sociología y Fernelly, bueno Fernelly allí no encontró lo que buscaba, su problema es relacionado con innovación, así que tendrá que esperar el viaje a Bilbao o pedir que se los traigan a la biblioteca de San Sebastián.
Seguía lloviendo. Pero no importaban ya los 4 grados de temperatura, ni que el paraguas se me volviera a voltear, iba con mis libros. Llegamos a la Cátedra a leer correos, llamar a la familia y enviar el diario de ayer. Me encontré un mensaje de mi prima Ángela, mañana volverá a llamarme, la semana pasada insistió en que la visitara, pero vive en Alicante, a 12 horas de acá. Regresamos al apartamento con otro semblante y quizá entrando en la etapa de la resignación.
Hoy no nevó por aquí, pero si hubo mucho granizo. Las noticias anuncian que lo peor está por venir. Que incluso la cota de nieve puede bajar al nivel del mar. Si así ocurriese, unas fotos y a encerrarse en el apartamento.
Bueno, es todo por hoy. Me toca lavar la loza, sigo sin guantes, pero ya me estoy acostumbrando al gélido chorro de agua. Si el jueves no llega el gas, exploraré ¿cómo diablos se usa el lavaplatos eléctrico?
Nos despertamos algo tarde, tal vez por estar degustando los libros prestados el día anterior. Al asomarme a la ventana para calibrar la lluvia que nos esperaba, noté que ésta se presentaba en forma extraña. Al observar con más detenimiento, comprendí lo que ocurría, estaban cayendo copos de nieve, nevaba. Llamé a Fernelly y a Héctor para presenciar lo antes nunca presenciado, nos extasiamos por unos momentos, hasta que Fernelly nos trajo a la realidad, con una frase cortante: ¡Esto se putió!
La nieve es hermosa. Parodiando un poco al también latino José Luis Rodríguez: ¡Era bella, insoportablemente bella, pero fría, hijueputamente fría!. Muy fría, estábamos a cero grados. A pesar de ello, tomamos fotos, filmamos la nieve caer, posamos para la postal. Dicen los meteorólogos que esto ocurrirá en el resto de la semana. A diferencia de Max (nuestro meteorólogo), parece ser que éstos no se equivocan, anunciaron una semana cálida y así ocurrió, dijeron que el lunes iba a llover y llovió, para rematar, pronosticaron nieve a una cota a nivel del mar y acertaron en un 100%.
Dadas las condiciones meteorológicas, abordamos un bus. Los buses en San Sebastián (Donostia para el resto del diario, su nombre en euskera) son muy cómodos, algo similar a los buses de transmilenio en Bogotá, las paradas (paraderos) indican la hora en que el bus pasa, y a esa hora pasan. En nuestro recorrido, me la pasé observando la nieve caer, los edificios, los coches, los paraguas y cuanta cosa podía soportar la blanca nieve.
Otro video de la nieve, tomado desde el balcón del apartamento, es el siguiente. ¡Ah!, pero debes descubrirlo, armando el puzle.
Era una nueva Donostia, como lo dije antes, de postal. Todo se prestaba para el romanticismo latino, mi romanticismo. La noche anterior me dormí escuchando un programa radial sobre el novelista de esta tierra, el donostiarra Pío Baroja. Recuerdo un pasaje que afianzó mis apegos: Le preguntó que si lloraría si el se fuese lejos, ella dijo que no. Dio la vuelta y se marchó, por sus mejillas rodaban ya las lágrimas. Sintió la mano de ella en su hombro y le oyó decir, si tu te vas lejos no lloraría, me moriría.
En la Cátedra, la rutina ya relatada. Para el almuerzo decidimos buscar un sitio para comer algo, así fuera un bocadillo o sándwich.
Todo el mundo nos había advertido de los altos costos de la comida (luego del cambio a nuestra moneda), ya lo habíamos vivido. En la U, el día anterior, almorzamos por casi 9 euros. Pero no importaba, teníamos hambre y no habíamos preparado nada, parece que nuestro cocinero ya se está hartando. Yo particularmente, estaba más hambreado. Ayer Héctor preparó la ensalada y se le ocurrió adornar el tomate con salsa de tomate (je,je) y mostaza. Odio la mostaza. Finalmente, mi desayuno fue pobre, los fríjoles que se veían exquisitos, sabían a cebolla junca (de rama). Odio la cebolla de rama.
Nos encontramos un restaurante a unos trescientos metros de la Cátedra, restaurante OrazabalEn la Figura 9, al final aparecen dos fotos del restaurante. Posteriormente corrijo su nombre., en la entrada anunciaban “menú a 9,50 euros”. Cincuenta céntimos más que en la U. Entramos, se veía muy elegante, algo tímidos anunciamos que queríamos comida (en España al almuerzo se le dice comida).
Nos ofrecieron como primera entrada, crema de legumbres, arvejas y otra crema que no entendí. ¡Que lentejas tan sabrosas! Como segunda entrada pollo o chuletas. ¡Que chuletas tan sabrosas! Adicionalmente ofrecieron agua, vino o Coca-Cola. Bueno, la Coca-Cola no es tan buena como la de Francia. Mis compañeros si se bebieron toda la botella de vino, por los mismos 9,50 euros.
Mi vida en estos días ha sido de muchos choques. El choque térmico, el choque emocional y ahora, el choque gastronómico. Es un tremendo choque, pasar de la comida de nuestro inexperto chef, a la exquisitez de un chef vasco.
Que Dios los bendiga, que Dios nos bendiga.
Hoy madrugamos más que los días anteriores, Andoni nos citó a las 9:00 en la U. De nuevo en nuestro recorrido nos dedicamos a mirar caer la nieve (ya bajamos a -1 grado), excepto Héctor que aprovechó los 45 minutos de viaje para continuar durmiendo. Es más rápido ir a Hendaye que a la U, nuestro apartamento se encuentra ubicado en el extremo oriental de Donostia, mientras que la U se halla en el extremo occidental.
El Conserje de la facultad nos llevó a la oficina de Andoni, su despacho es una oficina pequeña que sólo permite la atención de un estudiante, luego de un efusivo saludo nos desplazamos al seminario de Filosofía y Lógica, allí nos pusimos al tanto de los próximos eventos a los cuales podíamos asistir. Mañana estamos invitados al curso que imparte Leticia Minot, la editora de la revista argentina "Representaciones", la próxima semana viene León Olivé a impartir su curso, excelente oportunidad para discutir mi trabajo con él. Por su parte, Nicanor Ursúa nos invitó a que expusiéramos nuestra propuesta a unos estudiantes de pregrado, yo lo haré en febrero.
De la U me fui a la Cátedra, mis compañeros se quedaron para explorar más la biblioteca y entrevistarse con Nicanor y Thomas. Quería escuchar la voz de mis seres queridos, estaba nostálgico. Allí tuve una charla con Anot, un filósofo vasco que está terminando su tesis doctoral sobre el riesgo, entre acuerdos y desacuerdos logré algunas sugerencias para mi trabajo, él ya lo terminó, está en el proceso de traducción del euskera al español.
El gas no apareció. Estamos preocupados, con el poco gas que tenemos nos hemos estado bañando, pero la lavada de platos y de dientes a -1 grado es bastante mortificante. Presiento que las próximas bañadas serán en loción.
Terminamos el día celebrando el cumpleaños de Fernelly con algunas copas, dejé las drogas por el trago.
A eso de las 11:00 p.m., a -2 grados fui a la cabina telefónica, ésta se encuentra a unas 150 escalas del apartamento, estamos convencidos que Andoni escogió el apartamento lo más lejano posible de cualquier distractor, hemos visto salidas de teléfono en el apartamento, lo más posible es que hizo retirar los aparatos telefónicos. Desde nuestro balcón, lo único que se puede observar son las tumbas del cementerio vecino. Quizá Andoni crea que en un ambiente tétrico y aislado produciremos más. Yo pienso lo contrario, me he gastado buenos euros llamando a casa, sólo así mi espíritu se anima y me permite trabajar con renovados bríos. En la U nos decía que estuvo ocho meses en Alemania estudiando su doctorado, alejado de todo, sin distractores. Pero nosotros no soportaríamos la ausencia de esos distractores, la voz de mi nene preguntándome todos los días que si lo quiero, frase de reproche por mi ausencia. No, somos distintos, somos demasiado emocionales. No soy sólo yo, hay que oír a Fernelly cantándole una canción de Barney a su niña cada vez que la llama… Te quiero yo y tú a mí… o a Héctor agazapado en su escritorio, hablando con sus seres queridos. Es nuestra herencia latina.
Es todo por hoy, espero que mañana sea un día más productivo.
Hoy iniciamos con pie derecho, llegó el gas, salió el sol y pude comunicarme con mi familia al celular. Ellos andan de veraneo por la Pintada (¡que dicha!) y yo de invernadero a menos de cero grados. A pesar de la salida del sol, la nieve seguía impávida, las montañas continuaban pintadas de blanco. En una de las fotos de la Figura 11 se pueden observar las montañas cercanas transformadas en nevados. Esta foto la tomé desde el autobús cuando pasaba por Alza, barrio vecino en la parte alta de Donostia.
Mi paraguas, mis gafas y mis tarjetas de teléfono se han constituido en mis tres grandes tesoros, los cuido constantemente con celo. Mi paraguas es el único sobreviviente de los cuatro que teníamos en el apartamento, mis compañeros desfilan cada uno, sin inmutarse, con medio paraguas por las calles de Donostia, cuando tenga oportunidad les tomaré una foto.
De las tres gafas, sobrevive una, a las dos primeras se les desprendió un lente, parece que no pudieron soportar el frío tan tenaz de esta tierra.
En algunos correos me he percatado que JairoJairo Osorio es un compañero de trabajo, escritor y editor de libros. desea que este diario sea más académico. Bueno, esa no es mi intención. Sólo deseo tres cosas, primero que los compañeros que nos sucederán se enteren de algunos detalles a tener en cuenta en su pasantía, segundo, que mi familia se entere en una forma sencilla, no académica, de mis alegrías y tristezas por estos lares y, tercero, es una terapia la verraca para pasar la fría noche donostiarra. Sin embargo, describir la cultura de los vascos es tarea que se puede consultar en miles de páginas de Internet, incluso de los desfiles realizados en la fiesta de la tamborrada de la semana pasada. En la red, se pueden encontrar fotos de diferentes edificios como el del ayuntamiento o el palacio de Miramar, este último era el sitio de veraneo de la reina María Cristina, viuda de Alfonso XII. Describir la arquitectura de los cientos de estilos, fruto de una historia de cerca de mil años, no es mi tarea, quizá la de un arquitecto. Pero ahí están las fotos, hablan mejor que yo.
Otro sin embargo. Para ilustrar un poco el sitio de mi actual residencia, suministraré algunos detalles (consultados en Internet). Donostia etimológicamente se origina al contraer las palabras Don Sebastián (San Sebastián) a Donebastián y finalmente Donostia. Algunos hijos ilustres de esta tierra son Pio Baroja, los filósofos Fernando Savater y Xabier Zubiri, el pintor Gonzalo Chillida, el escultor Eduardo Chillida y el grupo musical La Oreja de Van Gogh. Se cree que la ciudad fue fundada en el año 1014, con la construcción del monasterio de San Sebastián.
A continuación, arma el puzle de "el peine de los vientos" de Chillida.
En la tarde almorcé de nuevo en el restaurante Orazabal, alubias rojas, bistec y una botella de vino tinto. Me la bebí entera (igual que ayer), esos 11º de alcohol ayudan un poco a mi ya congelado cuerpo. Aquí por obligación, hay que echarle alcohol al organismo. Ahora escribo acompañado de un brandy de Jerez (36º).
Con las buenas noticias de hoy, más animado, he podido avanzar en mi agenda de trabajo. Bajé una decena de artículos de dos autores recomendados por Anot (un artículo lo bajé de la base de datos Thomson del ITM, gracias Beatriz por el acceso), hice una sinopsis del pensamiento de los sociólogos del riesgo Beck y Luhmman y adelanté un poco en la escritura de mi primer capítulo de tesis.
A las 7:20 p.m. salí corriendo a tomar el bus. Quería llegar a Larratxo antes de que cerraran los minimercados, para comprar algunas provisiones. Tomé como siempre la ruta 13.
A eso de las 11:00 p.m., las llamadas anheladas, estábamos a -3º. Ya estoy usando los guantes, pero incluso con ellos las manos siguen congeladas. Mas tarde noté que mi anillo de bodas había desaparecido de mi dedo, luego apareció en uno de mis bolsillos, no sé si será el frío o estoy adelgazando, pero ya no se sostiene en mi dedo, pronto tendré que hacerle otro hoyo a mi correa.
Bueno, es todo por hoy. Seguiré con mi Brandy y tal vez leyendo, un poco, algunos artículos consultados. Hasta mañana. Los envidio.
Ha aumentado la temperatura, estamos a 5º, pero el frío es insoportable, tanto que hemos optado por no salir. No se imaginan lo que es subir 150 escalones con el frío penetrándote por todos los poros. La foto de la derecha muestra la vía de acceso a nuestro edificio (extremo derecho), esta vía se encuentra en obras, por ello el problema del gas. Se pueden observar también los contenedores de basura, uno amarillo, uno verde y otro azul. Aquí la cultura del reciclaje es alta.
En la tarde, Fernelly y yo decidimos ir a la Cátedra a llamar nuestra familia y a enviar uno que otro email. En el camino de regreso pasamos por un minimercado, allí perdí uno de mis tres tesoros, mi paraguas de $15,000 comprado en un ÉXITO de Medellín. Una hora después regresé al minimercado a preguntar por mi paraguas, la dependiente me respondió con estas tres palabras "no me suena", que yo recuerde no le había puesto campanitas a mi paraguas. En España, las dos palabras más recurrentes son "vale" y "venga", ambas parecen significar "de acuerdo" o un simple "OK". La primera vez que escuché "venga" fue a nuestra vecina de colorido cabello, lo dijo desde el portal de su apartamento, cuando me decidí a aceptar su invitación (venga), esperando mínimo un café, me encontré con la puerta en mis narices.
Regresamos a eso de las 5:30 p.m. a leer, ver TV, y a maldecir el frío. A las 10:00 p.m. me senté a ver el partido Real Madrid–Villareal. Un partido aburridor, no estaba Ronaldo, Riquelme ni Pirés, sólo un puñado de muchachitos del Villarreal que le hicieron la vida imposible al equipo de Capello. Ganó el Villareal. Quizá el derby vasco (Real Sociedad – Athletic Bilbao) de mañana sea más entretenido. Tampoco tenemos programado salir.
Bueno, a falta de actividades que contar, va otro poco de historia de esta fría villa:
Una importante emigración gascona (burguesía de armadores y comerciantes de Bayona), pronto ocupó y rigió la vieja Izurum romana, al amparo de las murallas, que por entonces ya se conocía como villa de San Sebastián. Los nombres de estos emigrantes gascones aparecerán en las listas de los miembros del cabildo municipal hasta principios del siglo XV, y aún hoy en día existen calles (Narrica, Embeltrán, ...) de procedencia gascona. La villa de San Sebastián nace para ser puerto de Navarra, e inicialmente cumple su misión como tal. Pero no habían transcurrido muchos años, cuando en 1194, al acceder al trono Sancho el Fuerte en Navarra, se plantea una crisis entre ésta y San Sebastián.
Gipuzkoa (una de las tres provincias del País Vasco, cuya capital es Donostia) a partir del año 1200 rinde vasallaje al rey castellano Alfonso VIII, enemigo de Sancho el Fuerte (https://es.wikipedia.org/wiki/).
Nos hemos levantado tarde (igual que ayer). En mi llamada a la Pintada, me decía mi esposa que estaban a 32º, ¡Que envidia! Nos separan 10,000 Km y 27º. En el parque de Larratxo se observaba mucho movimiento. Los vascos con sus familias salen a saludar a sus vecinos, se les ve caminar con su barra de pan bajo el brazo, conversando, los niños jugando y, los bares y panaderías atestados.
Nuestros programas favoritos en la TV son las noticias y el canal Natura (algo así como National Geographic). En los noticieros nunca hemos oído algo sobre Suramérica, parece que, para estos países europeos, no existiera. Existe un alto compromiso con los países africanos, ayudas económicas permanentes buscan paliar un poco las grandes penurias por las que pasan muchos de estos países. En estos quince días, las noticias más reiteradas son: La bomba de Barajas, la solicitud de excarcelación del etarra de Juana, la orden de detención de 32 miembros de algunos grupos vascos por sus nexos con ETA, la guerra interna entre los grupos palestinos Hamas y Al Fatah y el ya polémico enfrentamiento entre jóvenes latinos y españoles. De Colombia, nada.
Hoy hice el almuerzo, algo rápido pero que llenara nuestros estómagos. Un puré de patatas (mi especialidad) y arroz revuelto con huevos. Una vez almorzados decidimos ir a la playa de la Concha. Anduvimos por toda la playa hasta llegar al extremo más alejado, sitio en el cual está el museo de Chillida. El puzle de la Figura 12 devela el famoso peine de los vientos de este escultor, se que chillo un poco con la escultura, pero también tomé fotos desde diferentes ángulos de las esculturas allí empotradas.
En total tomé 105 fotos en la Concha, de sus edificios antiguos, modernos y contemporáneos, de su playa, su islote y sus montañas. En la siguiente escena interactiva, destapa todas las parejas para que puedas ver algunas fotos de La Concha.
En nuestro paseo por la Concha nos encontramos a Liliana (la psicóloga) y a la profesora Leticia Minoth, igual que nosotros, iban de caminada. De regreso entramos a un bar a tomarnos un solo y ver el final del derby vasco. Ganó el Athletic.
Como cosa rara, nos perdimos buscando el paradero de la ruta 13. Presiento que nuestro viaje a París será toda una odisea.
Mañana se cumplen dos semanas de haber dejado nuestra tierra. Estoy de acuerdo con lo que dice una vieja canción: un año no es un siglo… ¡Es una eternidad!
Volvimos a menos de cero, pero ya nos estamos acostumbrando, excepto cuando nos levantamos de nuestra tibia cama, al abrir la puerta, es como si entráramos a un cuarto frigorífico.
Luego de mis choco Krispis, bajé a la Kutxa (se pronuncia cucha y es un banco de Gipuzkoa), para cargar el monedero, tal como me lo había explicado Juan. El monedero es nuestro carné de la U. Fue una transacción sencilla, no sé por qué no lo habíamos hecho antes, un bus te cuesta 1,10 euros, con el monedero 0,70 euros.
En la foto de arriba, se observa parte de la Concha, el edificio más cercano es el hotel Londres. La poca gente en la playa, generalmente son parejas de enamorados, jugueteando en la playa, escribiendo su nombre o simplemente abrazados besándose.
Hoy conocí tres miembros de la Cátedra, los cuales estaban de vacaciones en su tierra. El mexicano Luís Carlos Medina, el barranquillero Darío Arteta que se me ofreció para cualquier gestión con extranjería, dice que su experiencia lo ha vuelto ducho en el asunto. Gracias al filósofo argentino Gabriel (no recuerdo su apellido), descubrí dos cosas importantes: primero, cómo diablos se configuraba el portátil para acceder a la red de la U, por fin me conecté; y segundo, me invitó a un café, pero no al bar donde solemos tomar "solos" a 1,10 euros, en la Cátedra hay una máquina dispensadora de café por sólo 0,25 euros. Esta información, mas lo del monedero hará rendir un poco más los ya exiguos fondos de mi bolsillo.
De nuevo en mi restaurante favorito. Una exquisita sopa de legumbres, caliente como me lo recomendó mi prima Ángela, solo que en la primera cucharada varias lágrimas salieron de mis ojos, al observar a mis comensales vecinos noté como soplaban la bendita sopa. Como segundo plato, un filete de merluza. En el primer bocado, se me fue la respiración, mi cara se puso roja, con cierto disimulo y esfuerzo fui al baño y luego de varios golpes de pecho y fuertes tosidos, arrojé la gran espina que se había atrancado en mi garganta. El filete me lo dieron con espina dorsal incluida. Antes de iniciar mi comida, observé algo que confirmaba una información de mi prima, casi todos mis vecinos (incluido yo) estaban moqueando. Anteriormente me había consumido toda la droga para la gripa, pero resulta que ya no tenía gripa, sino la moqueadera de invierno. Aquí uno no suda, moquea. Lo interesante es que todos se suenan con la servilleta de la mesa, con gran naturalidad, dejé de ir al baño y “donde fueres has lo que vieres”. Finalmente dejé en la mesa cerca de una veintena de espinas y una servilleta moqueada.
Llegué a las 6:30 p.m. al apartamento. No prendieron las luces. Intenté reseteando los breakers, y nada ocurrió. Observé que el piloto de la TV estaba encendido, la estufa también funcionaba, concluí que eran los circuitos de iluminación. Bajé a la cabina a llamar a Juan para que me orientara al respecto, me dijo que a ellos nunca les había ocurrido eso. ¡Definitivamente es nuestro sino! Bueno, lo importante es que funcionan los tomas, pensé. Me fui a mi cuarto a encender el calefactor, no funcionó. Cuando ya estaba decidido a dormir en el cuarto de estudio (donde si funcionaba el calefactor) y luego de una larga exploración al apartamento (con encendedor en mano), encontré el problema. Un cargador de pilas dejado por Héctor, estaba echando chispas, luego de retirarlo, se hizo la luz, dos horas después. Como siempre vino a mi mente la ya trillada frase, “uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde”.
Que alegría sentí cuando el apartamento se iluminó. En mi mente ya se había configurado el escenario de una fría, oscura y aún más nostálgica noche.
Hoy nos levantamos con nuevos bríos. A pesar de la baja temperatura, íbamos a un día con muchas actividades. Cargar los monederos de Fernelly y Héctor, ir al correo a enviar un paquete a Barcelona y a clase con Leticia Minoth. Para la rutina ya establecida, eran muchas actividades. La sesión con Leticia fue interesante, se discutió un artículo de Ibarra y Mormann sobre representaciones y el de Olivé que establece tres tipos de representaciones: las objetivas en la ciencia, las subjetivas que son constitutivas de la ciencia y las subjetivas de carácter ideológico. Su exposición tomó como referencia la tecné y la praxis de Aristóteles, en la primera ubica los agentes intencionales, en general los científicos, el pragmatismo por excelencia (allí se encuentra Olivé, según Leticia). Pero no quiero cambiar el rumbo de este diario, así que dejemos la filosofía para un diario más académico.
El grupo de Leticia está constituido por seis estudiantes de primer año de doctorado y por tres entrometidos paisas (los que más participaron en la sesión). Uno de los integrantes es Paula, una antropóloga paisa, los otros cinco no los he conocido aún, se que uno es un físico astrónomo, otro es matemático y el que aparece en la foto de perfil, un filósofo español. Leticia es quien levanta la mano.
En la U nos entregaron las invitaciones al acto de entrega de certificados DEA, transcribo parte de la invitación: Desde el Vicerrectorado de Estudios de Grado y Posgrado se quiere hacer un reconocimiento público a los alumnos que han obtenido el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en el año 2006[…] se ha pensado en un acto que se celebrará en el Palacio Euskalduna (Bilbao), el próximo 23 de febrero de 2007 […] donde se entregará un diploma de Suficiencia Investigadora […] tiene limitación de aforo…
Hay que avisar antes del 9 de febrero cuántos invitados llevaremos. Bueno, hablaré con mi vecina Rosa, no conozco alguien más cercano para que me acompañe a recibir este primer logro del doctorado.
Mi almuerzo hoy fue sin contratiempos, en la primera entrada me ofrecieron cuatro cosas de las cuales, no entendí ninguna, pedí la primera que decía al final "… con patatas". Cuando venían con la sopa, observé con horror que las patatas estaban cubiertas con algo que parecía cebolla de rama. Pero no fue así, era sopa de habichuelas con patatas. Amo las habichuelas.
Se que parece imposible que las dolencias antes relatadas me estén ocurriendo. Aquí va otra para la colección. En las noches anteriores me ha dado una rasquiña debajo de las rodillas y, un poco arriba de las rodillas (quiero evitar las vulgaridades). En un principio asumí que era uno de los efectos colaterales anunciados en el antigripal, es decir urticaria, eso que por nuestra tierra llamamos "carranchil" o "siete luchas". Anoche noté a Héctor rascándose por todo el cuerpo, me confesó que igual llevaba algunas noches en la misma situación. Según Héctor, es una alergia al frío para la cual había traído una droga recomendada para tal mal, Loratadina. No sé si la droga cura la alergia, lo cierto es que te pone a dormir como un lirón y te olvidas de la alergia.
Para terminar, algo más del sistema de transporte urbano de Donostia. Raúl nos había informado que es premio europeo en transporte, y vaya que lo merece. Ya había comentado de su puntualidad. En algunos paraderos, aparece un aviso electrónico anunciando la hora de llegada del próximo bus. La capacidad es de treinta pasajeros sentados, cuatro de ellos destinados a personas con discapacidad. Los que van parados, incluso van cómodos. El bus tiene una puerta de entrada y dos de salida. Se puede pagar en efectivo, con monedero o tarjeta débito. Tiene dos pantallas en las cuales aparecen mensajes educativos, las noticias más importantes de la semana, o la estación próxima de parada. Tienen además calefacción.
Bueno, estamos ahora cenando una lasaña calentada en microondas. Sólo para molestar a nuestro chef Fernelly, le hemos dicho que ni la comida preparada le está quedando bien. Sólo por molestar.
Hasta mañana
Son 16 días en esta tierra, 17 lejos de casa. El frío sigue igual, tenaz. Trato de no utilizar mucho el mouse en este momento, parece un bloque de hielo. Anoche probé por segunda vez un cajero cirrus, el cambio fue a $2,975 por euro, más $12,000 por la transacción. Puedes retirar hasta 400 euros por transacción. Sigo rascándome, especialmente en la noche. El barranquillero Darío me recomendó una crema humectante, dice que el frío reseca la piel y el resultado es la erupción que actualmente me atormenta.
En la mañana fuimos al banco (a la cucha) a pagar los abonarés de los certificados del DEA. Al cajero no le gustó para nada las 13 transacciones que debía realizar. Lo interesante de la ida al banco, es la plena confianza que se tiene en la máquina. El cajero te recibe el dinero, sin mirarlo lo introduce en la máquina. Igualmente, cuando alguien retira, digitan el valor, recogen el dinero (sin verificarlo) y se lo entregan al cliente. Recordaba en Colombia a algunas personas que cuando van a un cajero electrónico, cuentan con desconfianza el dinero entregado.
Hoy fuimos a la máquina expendedora y compramos capuchino a 30 céntimos. El capuchino no es el mismo que conocemos, es una taza de chocolate caliente. Cerca de la una de la tarde nos fuimos para la U, hoy teníamos invitación a almorzar. ¡Que comida tan agradable! El profesor Nicanor Ursúa y la Secretaria de la Facultad de Filosofía Inmaculada Obeso nos invitaron al club de tenis, restaurante de la playa de la Concha. Fueron dos horas de compartir experiencias, hablamos de la familia, de los vascos, de los sitios de recreación, de algunos sitios de España, de las cidrerías, de las comidas, incluso de Andoni. Hoy comí caldo de pescado, lomito de salmón y vino. El salmón no tenía espinas. A eso de las cuatro, regresamos a la U. Mis compañeros se fueron a clase con Olivé y yo para la Cátedra.
A continuación, presento algunas fotos de nuestra reunión en el club de tenis:
En la Cátedra adelanté un poco más en mi trabajo, ya puedo hablar no de seis líneas, ahora son seis páginas de producción intelectual. Conversé un rato con el filósofo argentino Gabriel, me contaba que su tesis gira en torno a los métodos de producción científica. Está recurriendo un poco a las matemáticas, otro poco a la inteligencia artificial y algo de heurística.
Por fin las noticias se refirieron a América Latina. Fidel y Chávez acompañaron las noticias más importantes del día. Los meteorólogos no pronostican buen tiempo para el resto de la semana, corrientes frías del norte pronto amargarán más nuestra gélida estadía, aún así decidimos salir este sábado, inicialmente a Hendaye a comprar los tiquetes a París y luego a cualquier lugar del mundo… del mundo francés más cercano.
A propósito del club de tenis, se llama Wimbledon. En una de las fotos de la Figura 16 se observa (luego de los setos de pino) la estación del funicular, el cual realiza el trayecto al cerro que se ve al fondo (monte Igueldo). Dice Imma que desde allí la vista de Donostia es magnífica. Iremos en el próximo día soleado, si es que se presenta. Nicanor tiene un carro Seat, en Donostia los autos más frecuentes son el Seat, Volkswagen, Peugeot, Ford, Mercedes, Skoda, Nissan, Corza y por obvias razones, el Renault (hoy vimos un Renault 4).
Como cosa rara, alguna torpeza tenía que cometer. Esperando el bus para la U (ruta 24), me monté en el bus equivocado (ruta 13), cuando Fernelly me lo advirtió, ya había pagado el pasaje (con el monedero).
Es todo por hoy. Mañana no tengo más programación que nuestra rutina. Héctor se entrevistará con Olivé en las horas de la noche y quizá Fernelly vaya a Bilbao a entrevistarse con Mikel.
Hasta mañana.
Bueno, febrero es corto, los días aquí son cortos, pero… las noches, largas, frías e insoportables. Hoy Fernelly se portó bien con nosotros. Carne de cerdo, huevos, un pan con un buen queso y el ya acostumbrado jugo de naranja, fue el desayuno que nos preparó. Se le veía muy animado, buena ropa, buena loción, mucho acicate. Hoy iba para Bilbao.
Héctor y yo nos fuimos para la Cátedra, allí tuvimos una larga charla con Javier Castro. Hablamos del proyecto conjunto con el ITM, sus avances, sus alcances y posibles proyectos de cooperación con otras regiones, que permitan conformar una red de estudios en torno a los sistemas regionales de innovación.
Almorzamos en Olazar (corrijo el nombre anterior, no es Orazabal). Ya nuestros compañeros nos habían advertido del excesivo tiempo (para nosotros) que se toman los vascos para comer, ayer lo vivimos con la invitación de Nicanor y hoy a partir de una observación de la camarera, una vez hubimos consumido el primer plato: !Vaya que rápidos, tenéis hambre o estáis de prisa!, le contestamos que estábamos de prisa. Lo que en un principio creía que era la razón de este tiempo, hoy cambió radicalmente. Pensaba que los vascos y en general los españoles, se tomaban su tiempo pues, además de comer, le dedicaban tiempo a su familia y amigos. No es así del todo. Me detuve a observar con más detenimiento como comían nuestros vecinos comensales. La hora del almuerzo generalmente es familiar, de no ser posible, con amigos o compañeros de trabajo, pero lo que me llamó la atención fue la forma de comer. Degustan la comida. Un señor más cercano, inició el rito para mi desconocido. Luego de empezar con su primer bocado de estofado, lo mismo que estábamos comiendo nosotros, esperé a ver cómo lo engullía, pero no se lo tragó, al menos en el tiempo que yo esperaba. Mascaba, mascaba y mascaba. Parecía mascando chicle. Luego de un rato, cuando ya hubo exprimido hasta la última gota de los jugos del estofado, tomó su copa de vino (tinto) y tragó. Pero también le dio tiempo al resto de su aparato digestivo a que degustara el bocado, comenzó a hablar con los dos amigos con los que estaba. Allí entendí porqué dos horas son necesarias para una comida vasca.
Luego me evalué, comparé cómo es nuestro rito a la hora del almuerzo. Empecé por ahí, aquí lo llaman comida, nosotros le decimos almuerzo, como si fuera el sinónimo de "de prisa". Me vi en la cafetería de mi trabajo almorzando, vi a mis compañeros almorzando… de prisa. Las cucharas suben y bajan… de prisa. Las bocas se mueven, mascando poco y tragando mucho... de prisa. Hasta los platos los recogen… de prisa. Nuestro rito es el reflejo de nuestro estilo de vida… de prisa.
Aquí los europeos se casan después de los 30, nosotros, para no quedarnos “vistiendo santos”, lo hacemos… de prisa. Tenemos nuestros hijos de prisa, los atendemos de prisa, hacemos nuestro trabajo de prisa. Quizá debamos volvernos a la pregunta de la camarera y entender que la mejor respuesta hubiera sido tenemos hambre. Hambre de comunicación, hambre de amor familiar, hambre de conocimiento, hambre de tolerancia, hambre del estilo de vida vasca, hambre…
Lo del vino también tiene su sentido, desde que estoy almorzando con vino mi estómago se ha estabilizado. En Olazar nos dan un vino de un tal marqués de Dos Palacios de Badajoz, en el club de tenis nos dieron un vino navarro.
La foto corresponde a la Universidad del País Vasco en Donostia (la U). El edificio de color habano es la facultad de informática, al lado derecho está la cafetería. La cabina telefónica que se observa no sirve para llamar a casa, a no ser que te quieras gastar un buen número de monedas en ello.
Mañana tendremos sesión con Leticia en la mañana y con Olivé en la tarde. A esta última sesión de Olivé sí asistiré, hablará sobre el riesgo.
Hasta mañana pues.
Anoche Fernelly nos contó de su estadía en Bilbao. Dice que fue muy bien atendido por Mikel, Borja y Araujo. Le prestaron 6 libros y lo colmaron de atenciones, incluso lo acompañaron hasta la estación de buses. Mikel acababa de salir de una incapacidad… gripe (En España gripa es cuando un motor se atasca… el motor de mi coche se ha gripado). En Bilbao hay una epidemia de gripe, parece que Fernelly se la trajo en los libros, hoy Héctor ha estado muy enfermo. Le di los “Dolex gripa” que aún me quedaban y le preparé un limonadita caliente, no quiero que se enferme mucho, no he visto un “Kliniko” por aquí cerca. Bueno, excepto por el kliniko veterinario que está aquí a unos pasos, en última instancia allí lo llevaremos. En su regreso, Fernelly se quedó dormido en el bus, si no es por el conductor, lo hubieran regresado a Bilbao.
La foto anterior fue tomada en la biblioteca de la Cátedra, sitio dónde trabajamos todos los días. La mesa grande es donde nos reunimos a comer con los demás miembros del Centro.
Al lado derecho se aprecia el portátil con el cual escribo estas líneas, ese es mi puesto de trabajo. Al fondo, detrás del tablero se ubican Gloria (la chilena), Fernelly y más al fondo Héctor.
Luego de comer, Héctor y yo nos fuimos a la última sesión de Olivé. Estaban con nosotros, una mejicana de profesión nutrióloga (dice que sólo en México tiene esa denominación, en los demás países generalmente son nutricionistas o dietistas), un ingeniero cubano, doctor en informática (no en Cuba, en Francia, está realizando su segundo doctorado), un ingeniero eléctrico argentino de nombre Javier y radicado en Inglaterra, un filósofo español y la paisa Paula. Discutimos mucho sobre el Riesgo, de ética, de responsabilidad, de control, de la percepción del público lego, de las políticas públicas, de la confianza en los expertos, de la comunicación y la divulgación. En estos dos últimos temas centré mi discusión con Olivé. Me dio la razón, en parte, sólo en parte. Javier me pidió que le ayudara en el trabajo que elaborará para Olivé, su tema… el riesgo.
En el descanso me escapé a una sala para comunicarme con la familia. Saqué el portátil y me conecté al Messenger. Hable más de una hora con mis seres queridos, me ahorré unos euros por este sistema, lo interesante no es el ahorro, parecía que estuviera en casa, vi y oí a mi nene jugando, peleando con su hermana, mi hija discutiendo, mi señora regañándolos, la perra ladrando. Parecía en casa. Cuando volví a mi realidad, ya todo el mundo se había marchado.
Regresé al apartamento, encontrando a Héctor en la situación inicialmente relatada. Aquí parece que todo el mundo tiene gripe. El conductor del bus en el que regresé frenaba de vez en cuando, para poder toser y sonarse.
Esperemos que mañana sea de más ventura.
Nos levantamos tarde. Héctor más agripado, Fernelly un poco trasnochado, ayer se la pasó conociendo la vida nocturna de Donostia, estuvo en una pitxada o pichada con Paula (comiendo pinchos, mal pensados). Ella le enseñó algunos trucos para la cocina. Le habló un poco más de las costumbres de los chavales de esta tierra, habló igualmente de las facilidades que le dio la UdeAUniversidad de Antioquia. para hacer el doctorado (es profesora de esta Universidad), se queda cinco años por aquí, terminando sus estudios. Próximamente se casa.
Cerca de las dos de la tarde nos decidimos y nos fuimos a Hendaye, con la intención de ir a Biarritz (otro pueblo francés) o a algún otro pueblo por conocer. Comprendimos luego que debíamos madrugar más. Las fotos, a continuación, fueron tomadas en el viaje a Hendaye en el "topo".
En Hendaye nos acercamos a la estación francesa de trenes (SNCF) y averiguamos por los tiquetes a Paris.
Dimos fechas, horas y las comodidades que queríamos. Nos demoramos mucho para comprar anticipado (a los próximos pasantes, háganlo a la semana siguiente de llegar). El tiquete de ida nos costó 54 euros y el de venida a 79 euros (éste lo pedimos a las 11 de la noche y con litera). Fernelly y yo pagamos con tarjeta de crédito. Otra vez la confianza, el taquillero no nos exigió documentación alguna. Una vez impresos, le solicitamos que cambiara el tiquete de ida, el cual estaba para las siete de la mañana (aquí de noche), le solicitamos uno para las 10 de la mañana. Otra vez la eficiencia. Nos cambió todos los tiquetes. París está más cerca… y nuestras próximas extraviadas también.
Nos dirigimos a la estación de buses para nuestro paseo a Biarritz, eran ya cerca de las cuatro de la tarde, el próximo bus pasaba a las cinco. Decidimos entonces dar una larga caminata por Hendaye. Conocimos Hendaye y la protesta de nuestras piernas.
De regreso a Donostia, a eso de las siete de la tarde (aquí se dice tarde), decidimos ir a mercar a Eroski, ya habíamos hecho una lista. El mercado anterior nos enseñó a hacer lista. La primera vez, compramos de todo cuanto veíamos. Las consecuencias… Restaurante Orazar. En la estación Herrera le pregunté a un señor si había una ruta más corta a Eroski (estábamos mamados), nos invitó a ir con él, ya que iba a ese sitio. Me fui caminando y hablando con él, a su paso (¡Qué paso!). Me decía que iba a Eroski a tomarse tres vinos, me habló de la Donostia de hace 30 años, tenía barrios pobres, la situación era mucho más complicada, mucho paro (desempleo). Él terminó pagando su piso (apartamento) hace poco, a intereses del 15%, ahora están al 5%. Habló del invierno, de un colombiano oscuro (negro) que conocía y de la corrupción del gobierno. El camino corto, resultó ser un camino mucho más largo, nos demoramos 30 minutos desde Herrera. Las caras de mis compañeros reflejaban, no sólo su cansancio, sino su protesta unánime hacia mí.
Eroski estaba colmado de gente, la mayoría mercando, unos tomándose un vino o comprando ropa y otros simplemente dándose un paseo. Compramos lo que decía la lista y otras cosas más. Una olla, dos cocas para llevar el almuerzo y comidas listas para calentar: pizza, lasagna, croquetas de pollo, bocados de merluza, enlatados de alubias, callos y lentejas, incluso harina de maíz para las arepas (en la foto, Fernelly asando arepas).
Regresamos al apartamento, vimos el partido Valencia–Atlético de Madrid y luego a dormir. Estábamos exhaustos.
Hoy hemos tenido pocas actividades físicas, dedicamos el día a las actividades mentales. Los domingos en Donostia y sus alrededores son para descansar, nadie trabaja, excepto los taberneros y conductores del servicio público. Nos dedicamos al aseo, a cocinar, ver TV y a leer. Por contraste, Héctor se dedicó a dormitar y a maldecir el virus incubado.
Exploré el mapa de París que nos habían dejado Juan y RaúlJuan Fernando y Raúl fueron los primeros pasantes del doctorado, luego seguimos nosotros.. Ubiqué la estación de nuestra llegada “Gare Montparnasse” y la confronté con el “hotel Jarry”, que ambos nos recomendaron.
El tren nos deja en el sur y el hotel está en el norte, al pie de la estación norte, a unos 10 Km. Bueno nos quedan tres posibilidades: la primera tomar el bus de la ruta 38 (consultado en el mapa); la segunda, que nos extraviemos (como cosa rara) y; la tercera, cambiar de hotel. Mañana consultaremos otro hotel. Esta última posibilidad está más cercana a nuestra decisión, toda vez que la estación de partida “Gare D’Austerlitz” también está en el sur, a unas cuadras de Notre Dame. Todo dependerá de los costos.
Hoy el chef he sido yo, me tocó secar el arroz (no se me pegó como la ocasión anterior, le cogí el punto), cocinar espaguetis con atún y algunos huevos revueltos. Fernelly hizo los fríjoles y se marchó todo el día para la Cátedra y a trotar un poco. Como dicen en nuestra tierra “antioqueño no se vara”, a falta de chef primero, entró chef segundo y pudimos saciar el apetito de nuestros estómagos.
El resto de la tarde me la pasé leyendo un libro de Beck, Giddens y Lash, “Modernidad Reflexiva”. Por fin pude entender, que entiende Beck por riesgo. Ya tengo los elementos suficientes para terminar la primera parte de mi primer capítulo de tesis. Tal como se lo prometí a Andoni, esta semana tendrá el primer resultado de mi pasantía.
Entre lectura y cocina, me ha llamado la atención la noticia de gripe aviar en Inglaterra (en una ocasión, expuse algo al respecto en el Rincón del Riesgo). Me ha llamado la atención, porque reflexionando con Héctor, parece que se trata de una posible epidemia de comportamiento anómalo, es decir, no sigue un patrón similar a otras epidemias. Hace unos cuatro años se inicia en Vietnam, con 4 personas muertas; en 2004 los muertos fueron 32, extendiéndose a Tailandia; en 2005 los decesos fueron 41, afectando a China e Indonesia (país más afectado hasta la fecha); en 2006 la cifra de muertos era de 64, con presencia en países africanos y un brote en España (sin consecuencias en la salud humana).
El total en estos cuatro años es de 141 muertos. Ahora está en Inglaterra, la noticia iba acompañada del anuncio de la muerte de una mujer en otro país africano.
El artículo lo había titulado De un brote a la pandemia, ésta última denominación porque se ajusta a su definición: “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países”. Bueno, no quiero ser alarmista, es sólo para la reflexión. Tal como lo dice Beck, de la “sociedad industrial” hemos pasado a la “sociedad del riesgo”, de los riesgos residuales a los riesgos globales, en su transición está lo que ha denominado “modernidad reflexiva”. Prometí no ser académico en este diario, pero mi diario habla de nuestras actividades diarias, hoy fueron de análisis y reflexión… Hasta mañana.
Hoy madrugamos (10 a.m.) para pagar la renta del apartamento, comprar tarjetas de teléfono y jugo para el almuerzo. Ya en la Cátedra hablamos un rato con la psicóloga Liliana, nos dio saludos especiales de Leticia, quien antes de viajar a Argentina nos dejó las dos revistas de Representaciones, publicadas a la fecha, una copia del último libro de Ekai (otro vasco filósofo de la mente) y el correo para establecer un contacto más permanente.
Hoy, en el almuerzo, nos acompañaron el mexicano Luis Carlos, el barranquillero Darío, los argentinos Ariel y Liliana y los vascos Igor, Rakel y Mayelen. Se habló de la próxima reunión con Andoni para programar los seminarios de los jueves, de las clases de Olivé y de la programación de Ciencia en Acción para este mes (eventos de divulgación de Ciencia y Tecnología). Al terminar de comer, Ariel nos colaboró con la reserva del hotel en París, habitación triple… Hotel Jarry. Nos indicó en el mapa como acceder al metro y la ruta que deberíamos tomar. No nos extraviaremos.
El resto de la tarde la dedicamos a consultar algunas fuentes adicionales para nuestro trabajo. En las salidas para el cigarro, tenemos oportunidad de interactuar con otros empedernidos fumadores. Gabriel hoy nos hablaba de Córdoba y Buenos Aires mientras fumábamos, Liliana de lo costoso que era la capital comparada con Córdoba y el vigilante (curioso personaje) de sus padres y su historia laboral.
El vigilante nos ha dejado impresionados, casi nunca se le ve en su puesto de trabajo, cuando lo hace está pegado al teléfono, comiendo o entretenido con su computador. Se ha comprado un portátil de 1000 euros, con procesador de doble núcleo y con tarjeta de TV. Nos decía que antes trabajaba en RENFE (empresa de trenes española), pero que el “hijo de puta (me gusta como lo pronuncian los españoles), cabrón” de su jefe le hacía la vida imposible. Decía que su anterior jefe no lo dejaba comer, ni ver TV.
En la Cátedra come, bebe (en el bar del frente), ve TV, sale a fumar y llama por teléfono. Ésas sí son las condiciones laborales que él necesita, ya que, dice el vigilante, su condición de diabético no le permite estar mucho tiempo de pie. Me gustaría verlo trabajando en Medellín.
En la noche decidimos destapar una lata de callos. A falta de abrelatas, le dimos con un cuchillo, una vez destapados leímos las instrucciones. Calentar al baño maría antes de destapar. ¡Que zoquetes! Es el problema de muchos de nosotros, nunca leemos instrucciones antes de actuar.
Decidimos entonces, calentarlo en el microondas, a los dos minutos escuchamos unas pequeñas explosiones. Los callos habían invadido las paredes del microondas. A pesar de todo, ¡que callos!.
En la foto de la izquierda, se aprecia el ascensor (txirrita) que estrenarán nuestros próximos compañeros. En realidad son dos ascensores, que permitirán subir desde el parque de Larratxo, al edificio que se ve al fondo, nuestro edificio, nuestro frío hogar.
Hasta mañana.
Hemos pasado de la resignación a la costumbre. Es costumbre levantarnos tarde, es costumbre bañarnos lo más rápido posible (si te quedas en el baño, aún con agua caliente, te congelas), es costumbre el desayuno de nuestro chef, es costumbre que el carro del gas no pase, es costumbre maldecir el clima, es costumbre nuestra rutina diaria en la Cátedra, es costumbre moquear, es costumbre añorar la tierra, nuestras extraviadas y nuestra anterior perplejidad.
Es costumbre no usar guantes. Fernelly y yo nos habíamos comprado unos guantes de cuero (piel) en Medellín, en una tienda de motos. En Donostia Fernelly los usaba, a mi me estorbaban, notaba como la gente observaba los guantes de Fernelly, parecía un boxeador. No le había querido decir nada, se sentía tan a gusto con sus guantes, su gorro y todo el ropaje adicional para soportar el frío. Sólo cuando NicanorNicanor Ursúa es un profesor del doctorado, filósofo de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la UPV-EHU, imparte Teoría del Conocimiento e Historia del Pensamiento Económico le expresó “vaya, no exageres”, ha dejado de usar guantes.
La comida estuvo hoy muy concurrida. Cuatro colombianos (nuevamente Darío), tres argentinos, un mexicano y tres vascos. Javier Castro fue el que más habló. Cuando no está él, es Ariel el que se sienta en la palabra, son muy conversadores los argentinos, excepto por Liliana. Luís Carlos les echó una puyita, ¿saben cuál es el significado del ego? Es ese pequeño argentino que todos llevamos dentro, respondió Luis, sin esperar otra respuesta. Pero no lo tomaron a mal, parece que ya están acostumbrados a ese tipo de bromas. Javier hablaba de cómo el gobierno vasco pagaba a los campesinos para el sostenimiento de las ovejas, su objetivo era no perder la identidad de la región como criadora de ovejas, es muy importante para el turismo, que siempre a la vera de los caminos se vean las ovejas.
En la foto se ven algunos niños disfrazados de campesinos vascos, nótese los cayados de pastor, las boinas tradicionales de la región y las chaquetas modernas de la globalización. Se habló de Ekai (el otro filósofo de la mente) y de sus excentricidades (ahora se encuentra en México, en la UNAM), decían que era común verlo sin camisa y descalzo (en cueros), tanto en la Cátedra como en otros sitios de Donostia.
Hoy llamé a mi nene y me dejó un poco apachurrado. Tengo el alma bastante aporreada. ¿Cómo te llamas? Me preguntó. Le dije que era el papi. ¿Mi papá?, me respondió con cierto tono de sorpresa. Esperaba la pregunta de siempre ¿Tú me quieres? pero no. Quiero pensar que es sólo otra forma de protestar mi ausencia.
Antes pensaba que eran los efectos del antigripal, luego me convencí que era resequedad por el frío, pero hoy descubrí la causa de la erupción en mi piel. Después de hablar con mi hijito Juan Esteban, me ha vuelto a dar rascadera, llevaba varios días sin el problema, el poder del alma o de la mente si se prefiere. Mañana hablaré con mi psicóloga Liliana.
Hoy nos hemos quedado todo el día en la Cátedra. Ya mi producción va por las 13 páginas, hasta antes de hablar con mi muchacho. Me he bloqueado de nuevo, espero que la razón triunfe sobre el corazón y pueda levantarme de los impactos emocionales.
Pero es duro, y no sólo es mi espíritu enamorado de la familia y la tierra, igual le ocurre a mis compañeros. No hemos podido arrancar, siquiera un poco, las raíces profundamente enterradas durante tantos años de arraigo.
En la siguiente foto (debes armar el puzle) aparece la chilena Gloria, sentada en su pelota. Dice que la usa porque de esa manera no estará estática en su puesto de trabajo. El movimiento permanente de su cuerpo le evita el cansancio y el estrés. Todos los días se traslada a la Cátedra en su bicicleta. Es una joven estudiante bastante dedicada a su doctorado, una vez se sienta, sólo se levanta para marcharse a su casa. Javier, el otro chileno, anda por Ámsterdam y luego dará una pasadita por Alemania, dice que es por asuntos de su tesis doctoral.
Bueno, por hoy, aquí termino. Me nombraron el chef del arroz. Voy a darle una miradita, entre rascada y rascada.
¡Agur!
Hoy hemos madrugado más que de costumbre. Yo por la rasquiña, mis compañeros quizá porque los desperté. El desayuno fue de prisa, Krispis con leche. En la Cátedra hemos averiguado con Liliana los datos necesarios para viajar a Pamplona. Este fin de semana salimos, pase lo que pase. Llueva, truene, nieve o relampaguee, nos vamos para Pamplona. De paso la invitamos a que nos acompañara. Aceptó. En la foto aparecen Héctor y Liliana, al lado de un letrero que dice: Erretzea debekatuta dago… prohibido fumar, debajo del letrero (en el recipiente que se observa) echamos las colillas.
En la Web consulté un poco sobre la capital de Navarra. Es una ciudad pequeña como Donostia, tiene cerca de 200,000 vecinos. Se encuentra a unos 70 minutos y geográficamente está ubicada a 400 m sobre el nivel del mar, entre los pirineos y las montañas cantábricas. Quería seguir consultando, pero llegó el técnico de sistemas. Otro extraño personaje.
Antes de llegar a España, o mejor al País Vasco, había solicitado el servicio de alguien de sistemas para configurar el equipo que traía (aquí le dicen incidencia). Bueno, a los ocho días vino y no se asomó por este piso. Insistí vía telefónica, no sólo para mi equipo sino para el que va a usar Héctor, me remitieron a la página de la UPV, desde la cual finalmente configuré mi equipo, pero con la ayuda de Gabriel. Ocho días después apareció para tratar de configurar el equipo de Héctor. Necesita tarjeta de red, dijo el técnico y se marchó. Hoy apareció con la tarjeta de red. He aquí lo simpático del personaje. Me preguntó que si tenía un destornillador, increíble, pensé, un técnico de sistemas sin destornillador. Bajé al primer piso, a preguntarle al vigilante (el otro simpático personaje) por un destornillador, sacó una enorme caja de herramientas, la abrió y sólo había allí un pequeño alicate. Cuando regresé a darle la mala noticia, ya había destapado el equipo, cómo… no sé. El caso es que se quedó cerca de dos horas bajando (desde mi equipo) los drivers necesarios para configurar la bendita tarjeta de red. Un técnico de sistemas sin los drivers necesarios. Me fui a almorzar, al regreso, el equipo estaba funcionando (en red), pero Gloria estaba echando chispas, había dejado un caos en la red, conflicto de direcciones o no sé que diablos, Gloria no podía imprimir, su Internet estaba lento, a todos los noté algo alterados.
No sé si será por el partido de Francia–Argentina, pero muchos se fueron a casa temprano. Ahora entiendo por qué le dicen incidencia, es todo un suceso, casi una emergencia.
Hoy, Héctor y yo nos fuimos para Olazar, nos habíamos prometido una comida a la semana en nuestro restaurante favorito. El único que conocemos a ese precio. Pedimos hoy, además de la crema de legumbres, el bacalao, nos lo había recomendado Imma. Parecía que nos habíamos puesto de acuerdo: Mascábamos, mascábamos y mascábamos y luego el vino. Trozo tras trozo en el mismo ritual. Luego de mucho rato, terminamos y nos miramos, coincidimos en la misma apreciación. Fue un gran placer, un enorme placer, el cómo disfrutamos de ese bacalao. Ente otras cosas, era la primera vez que comíamos este tipo de pez. La trucha, el bagre, bocachico, tilapia, mojarra y de vez en cuando una sierra, eran los sabores que teníamos de los peces. Pero este fue distinto, no sé si era por ser bacalao o simplemente por el rito, o por ambas cosas.
Nos hemos quedado hasta tarde en la Cátedra, ahora son las 8:30 de la tarde. No sé si será por el retraso que nos propició el técnico o porque el bacalao nos llenó de una energía desconocida. A propósito de comidas, he descubierto que la sopa anterior no era de habichuelas sino de judías, con razón me parecía una cebolla de rama.
Bueno, son casi las 9:00 (creo que de la noche). Me despido con una foto tomada en el parque Larratxo (150 escalas abajo de nuestro apartamento). En la esquina, al lado de la caseta, está el bar de Antonio, un buen amigo de farras de Héctor y Fernelly. En el edificio que tiene la tela, se encuentra “tabacoak”, lugar en el cual compramos las tarjetas y los cigarros, al lado está el cajero cirrus (haz clic en la imagen, para ampliarla).
Anoche preparé un revoltijo de arroz con “bonito”. Excelente cena y un gran descubrimiento de otro bocado español, el bonito. Similar en color y textura al atún, pero con un sabor muy distinto.
En la noche suelo acostarme con mi radio a escuchar la Radio Nacional de España. Hay un programa que llaman “la noche menos pensada”, con variedad de temas: literatura, arte, cine, política, etc. Anoche, el tema fueron los cuentos de terror. Excelente tema para acompañar mi entorno, el cementerio de al lado, el fuerte viento que golpeaba mi ventana y la tenue oscuridad de mi cuarto. El cuento que más me llamó la atención fue el siguiente: Una noche, un hombre pasaba por el parque de su pueblo y encontró a la muerte sentada en un banco, al notar cierto gesto de amenaza, corrió despavorido a la hacienda. Allí le pidió a su amo que le prestara su caballo más veloz. El amo sorprendido le preguntó para qué quería el caballo, el hombre le relató su terrorífico encuentro y que quería huir a Fisterra (Finisterre), el pueblo del fin del mundo. Una vez marchado el hombre, el amo se dirigió al pueblo, hallando allí a la muerte. Por qué has amenazado a mi siervo, le preguntó a la muerte. Yo no lo he amenazado, me he sorprendido de verlo aquí, esta noche debo recogerlo en Fisterra, respondió la muerte.
Hoy Fernelly nos preparó, de nuevo, arepas de maíz, ¡cómo extrañamos nuestras arepas paisas! Para la comida llevamos lasagna y una ensalada que preparó Héctor, es el experto en ensaladas. Luego de comer en la Cátedra, Darío (el barranquillero), nos invitó a un café y luego a caminar un rato. Nos contó su historia de luchas y sufrimientos en los últimos dos años que lleva en Donostia. Darío es psicólogo, abogado y graduado en dos maestrías, abandonó familia y trabajo para realizar el doctorado. Ha cuidado personas con discapacidad, ha sido recolector de manzanas, instructor de Internet y un sinnúmero de actividades en procura de sostenerse y continuar con su doctorado.
El mes pasado murió su padre. Su historia refleja la tenacidad de un ser humano por el logro de sus metas personales. En la foto de abajo aparece Darío en el medio, atrás está la Cátedra, al lado de la Iglesia de La Asunción.
En nuestra caminata conocimos el barrio Intxaurrondo, justo detrás del paradero de buses que está al frente de la Cátedra. Muy cerca de la Cátedra. Hago la observación porque hemos caminado demasiado para comprar algunas frutas para la comida. Nos ha faltado curiosidad.
En la siguiente foto, tomada en Intxaurrondo, en el edificio blanco hay un supermercado (TODOTODO) y una sidrería (luego hablaré de las sidrerías).
En el edificio de la derecha hay una sucursal de la Kutxa y otra de la Kaitxa (Kaicha), en la cual hay cajeros cirrus. Se encuentra también una librería, en la cual compré una tarjeta para el teléfono y una cajetilla de cigarrillos Kool. La parte inferior de la foto es la entrada a una de las estaciones del ferrocarril español RENFE. España y Europa en general están bien comunicadas a través de este medio de transporte, el ferrocarril.
Hoy Andoni nos ha pedido cuentas. Mañana, Héctor y Fernelly tienen cita con él, yo la programé para el lunes. Bueno, de las 13 hojas que llevaba, hoy las reduje a 12, pero avancé en la delimitación de mi problema y en la depuración del escrito que le presentaré el lunes, eso también es un avance. Igual estoy preparado a que esas 12 páginas se sigan reduciendo, una vez Andoni le haga la crítica pertinente.
Entre comida y salidas al piso de fumadores, hemos interactuado más con Igor, Gabriel y Liliana. Igor no fuma, pero hoy nos acompañó, no le quedaba otra alternativa, ya que llevaba bastante rato esperando al vigilante. Nuestra apreciación anterior de este curioso personaje (el vigilante), coincide con las que ellos tienen de él. Hablamos de fútbol, Gabriel y Javier son los únicos argentinos de la Cátedra que conocen de fútbol. Hablamos de los próximos carnavales de Donostia, de la muerte de la hermana de la princesa de Asturias, de la calidad en la educación española, del maltrato a la mujer vasca, de la honestidad y solidaridad del vasco, de la subvención del gobierno Andaluz a una operación de cambio de sexo, de …
Bueno, ya Fernelly me está regañando porque acabó de servir la cena… Bacalao.
Hasta mañana.
El clima de estos días ya no es tan pesado. No sé si será el clima o es que nuestros cuerpos se han adaptado. Lo importante es que he superado mis achaques, excepto tal vez por el corrimiento en la encía, que ayer logré drenar con una aguja y por la infección en la oreja, la cual todavía no amerita la intervención de la aguja. De resto, todo bien, ya no moqueo tanto y los días cada vez me parecen más llevaderos.
Hoy ha sido un día de dedicación a la tesis. Así que pondré un poco más de historia de esta villa.
En Enero de 1489 un incendio redujo a cenizas la villa. Este desgraciado acontecimiento tuvo como medida la construcción en piedra de la villa. Este incendio sería el último de la época medieval de San Sebastián. Ya no se producirá una quema total hasta 1813.
Tras la catástrofe de 1489, más que de una reconstrucción de la villa hay que hablar de una nueva forma de vida de la colectividad donostiarra. A partir del último cuarto del siglo XV, San Sebastián, de ser un emporio mercantil, pasará, por su situación estratégica, a ser plaza militar; y su puerto principal, Pasajes, pasará de ser esencialmente comercial, a cumplir las funciones de base naval de la Escuadra Cantábrica, fuerza marítima que mantendrá durante siglos (hasta el XIX) la lucha contra las escuadras francesas, holandesas y británicas.
El siguiente vídeo sería publicado en 2014 por Alba S. Torremocha, se trata de una obra para conmemorar el bicentenario del asedio, quema y reconstrucción de Donostia.
Salimos de la Cátedra alrededor de las 8:30 p.m. (ya no sé si es noche o tarde). He recogido la ropa lavada en la mañana y estamos preparando nuestra cena. Para variar un poco, arroz con cualquier cosa. Esperamos con grandes expectativas nuestra visita a Pamplona. Mañana espero que este diario presente menos monotonía.
Hasta mañana.
Hoy madrugamos bastante. Nos bañamos rápido, nos vestimos rápido, desayunamos rápido… y llegamos tarde a nuestro punto de encuentro con Liliana. Habíamos quedado de encontrarnos a las nueve menos 15, llegamos a las nueve mas 15. Nos tocó el bus de las 11. Mientras tanto, caminamos las dos horas por Amara, fuimos a la catedral, tomamos algunas fotos, algún café…
En el camino a Pamplona tomé fotos de la campiña vasca de Navarra. Mi primera sorpresa fue la cantidad de túneles, desde 200 m a 1800 m de longitud, me recordaban el túnel de occidente, por otra parte la excelente señalización y la ausencia total de avisos publicitarios, en España están prohibidos, supongo que en el resto de Europa también. Esta ausencia de avisos es compensada por la excelente dosis de comerciales en los canales de TV.
Una vez arribamos a la terminal de buses, nos desplazamos al casco viejo de la ciudad. Pamplona es una ciudad pequeña y lo único para observar es su parte antigua, el casco viejo. El resto de la ciudad es como cualquier otra ciudad moderna, edificios, urbanizaciones, comercio, etc. Incluso el mapa turístico concentra los puntos de interés en este sitio.
Recorrimos sus callejuelas estrechas (por donde sueltan los toros). Nos topamos con los caldeleros, un grupo de hombres y mujeres con atuendos especiales, disfrazados unos, vestidos con estilo gitano otros y, uno que otro traje típico de la región. Bailaban y tocaban una especie de castañuelas (ver Figura 24). Dicen que con este baile anuncian los carnavales de la próxima semana… y los muy despistados fuimos una semana antes.
En nuestra larga caminata (habíamos reservado tiquetes para las 8 de la noche), aprovechamos para caminar, caminar y caminar, también para conversar mucho con Liliana. Hablamos del doctorado, de Argentina, de su estadía en Italia, de su familia, de la nuestra… Algo que me ha dejado sorprendido es el parque automotor utilizado para taxis, las mejores marcas, hoy vi algunos Skodas de última generación, Octavias y Flavias. En Buenos Aires, decía Liliana, los coches utilizados como taxis, son viejos, desvencijados y despintados.
De nuestras pláticas con Liliana, nos enteramos de algunos detalles antes no contemplados por nosotros… La ignorancia si es muy bella. Por ejemplo, no sabíamos que podíamos hacer trasbordo de buses por el mismo costo, quizá Juan o Raúl alguna vez nos lo mencionaron, pero seguramente no prestamos la debida atención. Ayer Héctor se quedó media hora esperando la ruta 24, para ir a su cita con Andoni. Mientras esperaba pasaron tres buses de la ruta 13. De saber la información que nos dio Liliana, Héctor hubiera tomado la ruta 13 y luego la 5 o la 25 para ir a la U, por el mismo costo. Otro detalle, Fernelly va los domingos a la Cátedra a consultar correos. Con nuestro portátil (el cual tiene tarjeta inalámbrica), basta ir al bar de Antonio, el cual tiene servicio WiFi, Donostia tiene ese servicio por toda la ciudad.
En la Figura 25 se observan el ingreso al mirador de las murallas (me pueden ver con mi tradicional chaqueta azul, parado en un camino de piedra al lado de paredes de piedra) y el almacén del Corte Inglés.
De no ser por tres jovencitas peruanas hubierámos perdido el bus. Como cosa rara, nos extraviamos. Me sigue preocupando Paris.
En Pamplona observamos algunas diferencias con Donostia. La temperatura del día de hoy estaba en ocho grados, como en Donostia, pero no se sentía frío, el aire no era tan húmedo y no venteaba tanto. Se notan algunos indigentes, en Donostia no he visto ninguno. Por sus calles es frecuente toparse con los inmigrantes africanos, uno de los problemas actuales de España y, lo que más nos sorprendió, fue la soledad de sus calles, sólo en la noche (cuando estábamos extraviados) empezaron a salir de sus casas los navarros de Pamplona.
Comimos en un restaurante elegante de la parte antigua, la cuenta también fue elegante. Pero ya no nos quejamos, nos hemos acostumbrado a que todo nos cuesta el triple o un poco más. Fernelly comió lenguado, Liliana carne de ciervo y Héctor y yo solomillo a la plancha. Cuando me preguntaron que cómo lo quería, respondí que muy bueno, luego de que me precisaron la pregunta, dije que medio – medio. El tal medio – medio, es prácticamente carne cruda. Pero muy sabroso el condenado solomillo.
En Pamplona me di cuenta de otro detallito, que nos hubiera ahorrado costos. Las tarjetas para llamar a Colombia, reducen bastante sus minutos cuando se llama de una cabina. Los sábados, domingos y en las noches, usamos cabina. Existe una tarjeta llamada 100x100 que duplica el número de minutos. Todo estos detallitos son importantes para quienes nos sucederán en esta pasantía.
Bueno, ya estamos en casa, usamos trasbordo. Hoy la hemos sentido como nuestra casa, llegamos cansados de tanto caminar por Donostia, por los ocho niveles del Corte Inglés y luego por el pequeño casco viejo de Pamplona.
Presiento que el diario de mañana sólo hablará de lo mucho que hemos dormido.
En la siguiente escena interactiva, puedes observar algunos videos tomados en nuestra visita a Iruña (Pamplona).
Hoy nos hemos levantado a eso de las 10 de la mañana, hicimos algunas labores caseras y nos fuimos para la Concha. Tomamos la ruta 13 Buenavista, esta ruta pasa por Pasajes o Pasaia (el puerto histórico al que hice alusión en el diario del 9 de febrero). En la Figura 26 se observan algunas imágenes del puerto, el paradero de buses de la estación Herrera y nuestro restaurante "Villa Olazar".
En el boulevard hicimos trasbordo al bus de la ruta 16, íbamos para Igueldo o Igeldo, uno de los cerros tutelares de La Concha. El día estaba despejado, la temperatura era de 18 grados, sentíamos calor. Una vez nos bajamos del bus, subimos al cerro en funicular. Tomamos muchas fotos, la vista era espectacular, comprendimos que la fama de esta rada no era gratuita. Nos entreteníamos con la bahía, con las construcciones nuevas y antiguas, con el oleaje, con las gaviotas… el paisaje era alucinante.
Hicimos un recorrido por las atracciones del cerro, juegos mecánicos, la casa del terror, una torreta antigua, el río misterioso, son algunas de las atracciones del cerro, además del funicular.
Finalmente decidimos comprar una botella de vino y sentarnos a contemplar y disfrutar de una las maravillas de esta tierra vasca. Entendimos porqué se constituyó en uno de los centros turísticos de toda Europa.
En 1914, y con el inicio de la 1ª Guerra Mundial, San Sebastián (la capital guipuzcoana) se convierte en la ciudad más cosmopolita de Europa. En su Casino se darán cita todos los personajes de la vida europea, Mata Hari, León Trosky, Ravel, Romanones, Pastora Imperio, el torero de fama, el banquero ostentoso...; son los tiempos de la "belle epoque" donostiarra, y en San Sebastián actúan la compañía francesa de opereta, los ballets rusos, cantantes de ópera y muchos otros artistas famosos (https://es.wikipedia.org/wiki/).
En la Figura 27 se aprecian algunas fotos de nuestro día de paseo y descanso.
Hoy mis compañeros han salido a hacer ejercicio, se fueron a trotar a un parque cercano. Yo también salí trotando, pero a la Cátedra. Le había prometido a Andoni un primer documento a primera hora de hoy. Nuestro desayuno fue frugal, con nuestras salidas del sábado y domingo, la despensa daba lástima. Tinto antes de salir y una manzana en la Cátedra. Nuestro almuerzo también fue parco.
A las 5:30 pm fui a mi cita con Andoni, hice el trasbordo recomendado, ruta 13 y luego ruta 5. En la avenida Eroski se presentó un retén policíaco que hizo el flujo vehicular muy lento. Un coche patrulla se ubicó en el lado izquierdo de la vía, diez metros más adelante, otra patrulla se hizo al lado derecho y, entre los dos coches, un piquete de policías bien armados y con pasamontañas, detenían uno que otro vehículo con algún asomo de sospecha. Quizá se trataba de medidas de precaución, hoy se definía la suerte de Iñaki de Juana. ¡Gora Iñaki! Es el graffiti más reciente en Donostia.
En la U aproveché el descubrimiento de una cabina telefónica (estábamos convencidos que no existían en la U), justo en la entrada, para llamar a casa. Fui a la biblioteca y saqué tres libros para esta semana: Risk and Rationality, World Risk Society y Cross-cultural Risk Perception de Shrader-Frechette, Beck y Renn respectivamente. Y luego Andoni…
Antes me había encontrado con Fernelly, estaba en la cafetería con la mexicana nutrióloga y el profesor Andreas Metzner. Fernelly está asistiendo al curso de este profesor alemán: Understanding knowledge and its socio-economical functions. Entre las lecturas recomendadas está la Ciencia Posnormal de Ravetz y Funtowicz, un artículo de Nicanor y tres de Metzner.
Ibamos en Andoni… pero antes quiero relatar nuestra extraviada. No podía faltar. De regreso a casa, ya la sentimos como nuestra casa (creo que ya lo había escrito), decidimos realizar el famoso trasbordo, una vez que el 24 se nos escapara. Tomamos la ruta 25, también recomendada. El trayecto de esta ruta iba por calles antes no vistas por nosotros, luego de un buen rato, el bus paró, retrocedió y se estacionó. Era la última parada. Fernelly le preguntó al conductor y efectivamente era el final de la ruta, nos recomendó esperar a que iniciara nuevamente su itinerario. Así lo hicimos, media hora después volvíamos a pasar por la U, por la calzada opuesta (la recomendación olvidó ese detalle). El caso es que salimos a las 8:20 de la noche y llegamos casi a las 10:00 a nuestra casa, a nuestro piso. Ir a Pamplona hubiera sido más fácil.
Cuando entré al despacho de Andoni, lo encontré sentado y bastante agripado, es decir, constipado.
¡Ah! Se me olvidaba, en el bus de regreso (la ruta 13), veníamos Fernelly y yo sentados juntos, cuando de repente un borrachín que estaba atrás de nosotros, empezó a hablar con alguien y lanzó la siguiente expresión “colombiano de puta mierda”. Obviamente nuestros oídos se agudizaron y todo nuestro cuerpo se puso alerta. El colombiano al que se refería el furioso borracho era un vecino de piso, habló del mucho dinero que tenía e hizo alusión a la palabra “pasta”. Sobran las interpretaciones. Durante sus improperios al colombiano, Fernelly y yo no cruzamos palabra, nunca miramos hacia atrás para conocer al sujeto, de vez en cuando me ponía la mano en la boca, tratando de ocultar mi bigote latino. Cuando llegó la parada destino del borracho, pudimos observarlo, su estatura era la mitad de la de Fernelly y su figura enclenque demostraba porqué insultaba al colombiano… a sus espaldas.
Con la seriedad que caracteriza a Andoni, iniciamos nuestra conversación, estaba preparado para que me destrozara con sus más severas críticas.
Andoni no me destrozó, sólo unas cuantas laceraciones, algunas un poco dolorosas. Andoni me hizo ver algunas fallas en mi documento y resaltó algunos avances en la forma de presentar resultados de investigación. Me resaltó la falta de aparato crítico, entendido éste como la ausencia de notas a pie de página. Antes creía que se refería a la falta de análisis crítico, por el contrario, me lo abonó como un avance. Discutimos durante 80 minutos, durante los cuales, nos propusimos una nueva meta para las próximas cuatro semanas. Luego de unas observaciones de forma, me dijo que estaban lanzando un programa de investigación con tres líneas básicas: gobernanza, riesgo y políticas públicas. En la segunda línea quiere que trabajemos juntos y me abrió la posibilidad de una publicación conjunta… Esa última observación, curó mis laceraciones. Un artículo Ibarra – Rivera, sería el segundo logro de este doctorado.
En el regreso con Fernelly, soñamos la posibilidad de que Héctor se hubiese apiadado de nosotros y nos hubiera preparado algo. El desayuno y almuerzo frugal, mas la extraviada, había abierto nuestro apetito como nunca en esta ciudad… Nuestro sueño se hizo realidad, Héctor nos esperaba con un plato de pastas bañadas en tomate frito (uno que nos había dejado Juan), algo de los fríjoles de ayer y huevo duro. Devoramos la cena preparada por Héctor. Nos preguntó que si queríamos repetir… y repetimos.
Ayer tampoco llegó el gas y Héctor ahora que está más aliviado, se está bañando todo los días. Cuando Héctor estuvo agripado lo habíamos convencido para que no se bañara, que le podía hacer daño. Además de cuidar de su salud, también cuidábamos el gas... de veras. Bueno, confiemos que no pase de esta semana (me refiero al gas, no a Héctor).
Hoy nos fuimos los tres para la Cátedra, llamamos las familias y nos fuimos a mercar al Todo-Todo, el que está ubicado en el barrio vecino a la Cátedra. Había una promoción de buzos sudadera (3 euros cada uno), aprovechamos y echamos unos cuantos a la canasta, mañana vendremos estrenando. Adicionalmente nos obsequiaron un maletín por la compra. Dice Liliana que nos cuidemos de la lluvia, no vaya a ser que nos quedemos atrapados en el buzo… una vez se encoja. Compramos nuevamente pizza para el almuerzo y un emparedado de jamón. Lea las instrucciones… parece que nunca aprenderemos, tanto el uno como el otro eran para calentar en el horno y no en el microondas. Héctor quedó aburrido, Fernelly y yo hicimos caso omiso y todo nos lo devoramos.
A las tres de la tarde me fui a cumplir mi cita con Mirta. Me estaba esperando. Me invitó a que me quitara la chaqueta y la colocara en el perchero. Luego, suavemente empezó a acariciar mi cabello, me preguntó que cómo lo quería. Le dije que hacía un mes no lo hacía, que quería algo que me permitiera aguantar otro mes. Ya lo había decidido, no podía aguantar más, tenía que ser ahora. Mirta me observó nuevamente y por su gesto, noté que ya entendía lo que quería. Fue un momento al rincón de la habitación y a su regreso, comenzó a cortarme el cabello.
Mirta es una peluquera cubana, de Santiago de Cuba, a su lado había una anciana de la Habana y otra morena, también cubana. Me habló de su tierra, de como ahora las cosas están mejorando en la Isla, gracias a la ayuda de Chávez. Adora a Chávez, supongo que todos los cubanos en la isla. Le hablé de mi visita a Cuba y de la grata impresión que me dejaron su gente y su tierra, así como la gran diferencia entre el cubano de la Habana con el cubano del interior. A pesar de las protestas de la anciana, Mirta estuvo de acuerdo conmigo. Habló con propiedad de Colombia, de Uribe, de la guerrilla y los paramilitares, parece que se mantiene bien enterada de nuestra tierra y de sus males.
Mañana estrenaremos, estamos cansados de salir en las fotos con los dos mismos buzos, parecen fotos tomadas el mismo día. Trajimos camisetas y camisas, pero siempre quedan escondidas por el buzo, aprovecharemos para lavar alguno de los buzos. El asunto de la ropa es también importante para nuestros sucesores, si es que les toca lluvia. Dicen, por aquí, que en Donostia llueve todo el año. Hay que traer mínimo dos chaquetas (por lo de las fotos), una buena sombrilla (doblemente reforzada y ojalá de lona) y acostumbrarse a nuestra rutina. Sólo lavamos a diario los interiores, las camisillas una después de tres posturas (dos al derecho y una al revés), las medias al final de semana, igual se secan con el calentador.
Las camisas y camisetas, las lavas cada vez que las sientas muy pegajosas, los bluyines luego de cada postura, es decir semanalmente y, los buzos, una vez compres uno en promoción.
Ya estamos en nuestra casa, haciendo lo que mejor sabemos hacer en la noche y cocinando lo que mejor sabemos cocinar. En la Figura 28… Héctor está estrenando buzo y yo... motilado.
Hasta mañana
El día de san Valentín no es un invento comercial vinculado a los enamorados y a los regalos. Tiene sus raíces históricas en fiestas paganas de la época de los romanos y asociadas a la fertilidad. Los romanos usaban diminutivos en los nombres, por ejemplo Valentiniano, que significa 'pequeño Valente' o 'pequeño fuerte'.
Muchos de los antiguos cristianos eran de descendencia romana y tenían nombres romanos. Dos de estos mártires se llamaban Valentinus o Valentín, el día en que se conmemoraba su memoria era el 14 de febrero, el día de San Valentín. ¿Pero donde está el amor? Esperad mis chavales, no acoséis. El problema de los índices de natalidad de los europeos, parece que viene desde la misma Roma, las personas que tenían pocos hijos o ninguno eran consideradas como malditas, debiendo someterse a algunos ritos paganos, ritos de fertilidad. Todos los 15 de febrero se celebraba la llamada Lupercalia, durante la cual se sacrificaban animales. Las personas enamoradas o no, pero que querían tener hijos, asistían a la parranda y luego corrían al motel más cercano a…, bueno, a tener hijos. He ahí el amor… y el sexo.
En 494, el papa Gelasio I prohibió esta celebración, claro que por pagana, pero la gente, parrandera por naturaleza, la pasó del 15 de febrero al 14 de febrero, día de San Valentín. He ahí la confusión. Resultó que San Valentín se convirtió en el santo de los enamorados. Pero aquí en Donostia pasó desapercibido, a ninguna fiesta pagana fuimos invitados.
Alguna vez un amigo en Medellín me decía: leer y estudiar mucho, agueva. Hoy Héctor y yo nos quedamos aguevados en el ascensor. Luego de entrar al ascensor, nos quedamos ensimismados, cada uno pensando en su propio mundo.
Pensaba en mi familia, en el doctorado, en el trabajo, en la agenda de los próximos días, en los euros en mi bolsillo y en mil cosas más. Al rato, muy al rato, nos dimos cuenta que el ascensor no se movía, no habíamos apretado el botón para el piso cero. Pero bueno, hoy íbamos con la esperanza de que las llamadas y los correos, cambiaran nuestro taciturno espíritu.
Nuestros días son muy cortos, ya lo había dicho antes, pero quiero precisarlo. Normalmente llegamos entre las 9:30 y 10:00 de la mañana a la Cátedra. Entre correos, llamadas, cortos, cigarros y alguna que otra línea del proyecto de tesis, nos sorprende la hora de la comida. Rápidamente llegan las 14 horas del día. Nos hemos vuelto muy europeos, no sólo con la ropa, también con la comida. A las 16 horas continuamos en nuestro trabajo. Rápidamente llega la noche. La temida, aburridora, laaarga y triste noche. Hoy decidimos ir a una conferencia para hacer la noche más pasadera. Hemos llegado cerca de las 23 horas a nuestro piso.
Hoy fuimos a Olazar. Mi primer plato fueron espaguetis a la boloñesa. Más bien parecían a la pimentesa. Odio el pimentón. Pero igual me los comí, con la certeza de que el bacalao, mi plato favorito, espantara tan horrible sabor.
La conferencia a la que asistimos trataba el tema de células madre, programada por la Cátedra Sánchez Mazas en el curso ‘Ciencia en Acción’. El lugar fue el auditorio Koldo Mitxelena, al lado de la catedral. En la catedral nos encontramos con una manifestación pro Iñaki, con un cartel que decía Heriotz zigorrik ez! Iñaki askatu!, luego Rakel nos tradujo No a la pena de muerte! Soltad a Iñaki. Lo curioso es que había un centenar de manifestantes, vestidos de blanco y caretas, pero sólo Héctor y tres fotógrafos al frente, yo uno de ellos obviamente.
La conferencia Células madre y medicina regenerativa: una revolución que no puede esperar, fue impartida por el prestigioso médico Bernat Soria, catedrático. Soria es Director del Departamento de Fisiología de la U de Alicante, del Centro Andaluz de Biología Molecular y del Instituto de Bioingeniería de la U de Elche. Su posdoctorado en Alemania fue realizado en biofísica, al lado de un premio Nóbel. Ha escrito cuatro libros y publicado más de 100 artículos en revistas internacionales de investigación. Además de varios premios, demostró en la noche de hoy, ser un excelente divulgador de la ciencia.
Sus trabajos en células madre, se ha centrado en la diabetes mellitus tipo 1 y 2, con excelentes resultados.
También expuso los resultados obtenidos con regeneración ósea, las aplicaciones en el cáncer de mama y muchas otras patologías, que demandan más que un simple diario como este.
De regreso tomé algunas fotos de la avenida José Elosegui, observadlas:
Ya estamos en casa. Cansados y con unas ganas de dormir. Sólo así la noche se hace corta.
¡Hasta mañana!
¡Hoy hace un mes salimos de casa!
Hoy tampoco ha llegado el gas. El día de hoy estuvo bastante caluroso, alcanzamos temperaturas de 22 grados. Mucho calor para nosotros, acostumbrados al frío. Lo curioso es el cambio tan brusco, en la mañana estábamos a 3 grados.
Nos propusimos darnos y darles (a los próximos pasantes) un regalo. ¡Compramos un móvil! Ya no aguantábamos más la bajada al parque para llamar, con el riesgo de no encontrar a quien llamábamos. Tenemos la posibilidad de llamar a la hora que se nos de la gana. Sentados o acostados hicimos nuestras primeras llamadas, es un lujito que teníamos bien merecido. Para la muestra, observad…
En la comida se habló bastante de la conferencia de ayer. De las patentes, de las células madre, de las farmacéuticas, del debate en torno al uso de células provenientes de embriones humanos. Al respecto, el doctor Soria decía:
En España la ley establece que una persona con muerte cerebral, está muerta. Nosotros (los investigadores de células madre) usamos células de embriones de 6 días, los cuales son un conjunto de unas 40 células, es decir aún no tienen cerebro, ni órgano alguno. Según la ley española entonces, no es un ser humano. Pero el debate continúa. Entra en juego la ética de los científicos, el eterno problema mente–cerebro, la iglesia, el estado, los moralistas… Aún es un problema sin resolver.
Hoy he hecho la cena. El primer plato fue arroz con callos, entendí el porqué del baño maría. El segundo plato, papas cocinadas revueltas con huevo. Sé que no es competencia para la gastronomía vasca, pero que quedamos llenitos… quedamos.
Mañana es nuestra sesión con Javier Echeverría. El sábado y el domingo son los carnavales de Donostia. Nos iremos de rumba, con nuestro móvil en el bolsillo.
Hasta pronto.
Hoy ha sido el día que con más ánimos nos hemos sentido. Tenía que ser así, llegó el gas (Fernelly estuvo tentado de abrazar al butanero, dice que su olor lo contuvo), la temperatura estaba en 22 grados, íbamos con nuestro móvil, nuestro monedero lleno y, teníamos clase con Echeverría. ¡Ah!, y carnavales.
Las fotos de la Figura 32 “representan” nuestra primera jornada del día de hoy. En la primera Fernelly, como los gallinazos, aprovecha los rayos de sol. En la segunda aparecen cinco de los seis que nos reunimos a comer hoy, Liliana, Mayelen (de espaldas), Fernelly, Héctor y Ariel, el aparatito negro que se ve en la parte inferior, es nuestro móvil.
En la tercera foto, aparece Mayelen mostrando la cara y, en la última están Mayelen y Rakel, esta última foto fue tomada en el bar del frente. Rakel es filósofa y actualmente está estudiando el primer año de doctorado, Mayelen es bioquímica y actualmente no está estudiando doctorado, vive en Hendaye y pronto se casará.
Hoy no quería trabajar mucho en mi tesis, a pesar de ello logré escribir una página con un buen aparato crítico… creo. Luego de comer, acepté la invitación de Liliana y Mayelen a tomar un café. En el bar nos encontramos con Rakel y Javier Castro, éste acababa de llegar de una reunión con Andoni en Bilbao.
Nos quedamos cerca de una hora hablando de coches y carreteras, parece que el coche de Javier venía presentando problemas en el regreso de Bilbao, dice que varias veces le hicieron señal de luces, ese fue el tema de conversación, además de unas recomendaciones para nuestro viaje a Biarritz.
Pronto llegaron las cuatro de la tarde, teníamos que marchar a clase. Conocimos por fin a Javier Echeverría. Este prestigioso filósofo español, autor de libros como Los señores del Aire: Telépolis y el Tercer Entorno y de cientos de artículos, resultó ser el director de tesis de doctorado de Andoni. Se notaba el respeto de Andoni hacia Echeverría.
Éramos 10 los integrantes de la reunión (ver Figura 33): Javier Echeverría, los cuatro paisas (Paula tomó las fotos), Rakel, dos ingenieros informáticos que están estudiando un doctorado en informática (uno de ellos aparece al lado de Fernelly), un veterinario (el que tiene menos poblada de cabellos la cabeza) y el filósofo Álvaro Santamaría (el melenudo al lado de Rakel). Echeverría expuso su plan de curso, en el cual habló del giro “praxológico” de la Filosofía de la Ciencia en la década del 80, en la cual se afirmaba que los filósofos deben ser filósofos de las prácticas científicas, se refirió entonces a Latour, Hacking, Pickering, Galison y Larry Laudan, entre otros. Lamentablemente no podré asistir a todas su sesiones, éstas van los martes y viernes, hasta el mes de mayo.
Paula también estaba muy animada, había comprado una bicicleta por 40 euros, aparece en una de las fotos. También hay una foto del bus de la ruta 5, estos buses son un 50% más largos que los normales, en el piso tienen un disco metálico y en las paredes una especie de acordeón, los cuales le permiten realizar los giros. Con Paula y Rakel, nos fuimos a un bar a tomar unos vinillos. Estuvimos allí durante dos botellas de vino. Una vez se hubieron marchado las dos jóvenes, nos fuimos para el centro… a los carnavales.
Estaba Donostia de fiesta, bandas, disfraces, música y no podía faltar la tamborrada. En el camino nos topamos con Ariel, iba en compañía de una de sus novias. Inicialmente nos comimos dos pintxos (pinchos), el primero lleno de pimentón, el segundo era una bola rellena de carne, también con pimentón. Luego de cenar, nos fuimos para la plaza mayor a beber otra botella de vino, ésta con unos grados más de alcohol. Allí nos quedamos hasta la una de la mañana, finalmente decidimos regresar al apartamento, queríamos madrugar para nuestro paseo de mañana... O mejor, para el paseo de hoy.
Hoy queríamos cumplir nuestro sueño truncado de conocer Biarritz, el pueblito francés a orillas del Atlántico. Desayunamos y una hora después comimos. Íbamos con los estómagos llenos para evitar los costos en Francia y no tener que cargar comida. Hace una semana teníamos planeado el viaje, primero Bayonne, nos devolvemos a Biarritz y finalmente Hendaye.
Fuimos a Herrera, nos subimos al topo y en Hendaye compramos los pasajes del tren a Bayonne (Baiona en euskera o Bayona en español), nos cobraron 9 euros por persona, incluía el tiquete de ida y regreso, además el del topo, de regreso a Donostia.
Llegamos a Bayonne, el día era esplendoroso, primaveral. Para evitar las extraviadas, compramos el mapa turístico, el cual traía muy bien detallado Bayonne y sus dos pueblos vecinos, Anglet y Biarritz. Miramos el mapa y nos dirigimos al casco viejo. Luego de unos 500 m, nos dimos cuenta que habíamos visto el mapa al revés. Nos regresamos a la estación (Garre) y antes de continuar nos tomamos dos vinillos en un bar. Exploramos de nuevo el mapa y partimos al casco viejo.
Luego de caminar unos 20 metros, vimos la catedral al fondo. Cruzamos el puente Saint Espirit, luego el Mayou y llegamos a la avenida de Marechal Leclerc, allí empezaba el casco viejo, la Grand Bayonne. Tomamos fotos de sus calles y callejuelas, de su gente y de sus antiguos edificios.
En esta ciudad también se iniciaban los carnavales, parece que es en todas partes. Se veían disfraces de trogloditas, gorilas, payasos, querubines, otros simplemente se pintaban la cara y, no podían faltar los tamborreros.
El día anterior, Javier Castro me había dicho que Biarritz estaba pegado a Bayonne, a unas 15 cuadras. Haciendo cálculos, la caminata sólo sería de unos 1500 m, es decir un Kilómetro y medio. Iniciamos la caminata, no sin antes mirar el mapa, ya éramos expertos turistas, sólo había que ir por el Boulevard. El día era primaveral.
En el camino sacamos nuestro móvil. Noté algo extraño en él, aparecía una pantalla distinta a la que conocíamos, decía… Movistar Orange. Tarde nos dimos cuenta por qué. No pude llamar a casa, Fernelly intentó con una llamada local, a una amiga de la U. Le funcionó. Luego de colgar, nos llegó un mensaje corto, el cual alargaré así: Acaban de hacer una llamada a España, a pesar de su cercanía, es una llamada internacional, así que acaban de agotar sus infelices 9 euros de saldo.
Hasta ahí llegó el móvil, al menos en Francia. Y seguíamos caminando…
1500 metros después (luego me di cuenta de esta distancia), compramos una tarjeta de cabina. Fueron siete euros. Se usa similar a las tarjetas españolas. Marcas un número de acceso gratuito, te hablan en francés, sólo tienes que esperar a oír la palabra pin y dale con los números de la tarjeta, luego sigue otra perorata en francés, no tienes que esperar, simplemente marcas a casa. Llamamos Fernelly y yo, para decirles a nuestros familiares, como buenos montañeros, te estoy llamando desde Francia… El día se estaba nublando y Biarritz por ninguna parte, ni siquiera Anglet que debería estar entre Bayonne y Biarritz.
Consultamos el mapa, nuestra ruta era correcta, no en vano éramos expertos turistas. Después de otro kilómetro (luego me di cuenta de esta distancia), consultamos el mapa. Estábamos en un intercambio vial y el mapa nos decía, sigan por el Boulevard y, seguimos caminando. En Bayonne y sus pueblos vecinos, todo el mundo tiene coche, por ello no se les ocurrió construir andenes o al menos senderos, para los expertos turistas como nosotros. Prácticamente era trocha la que teníamos que andar. El cielo estaba cada vez más negro y, seguíamos caminando.
Caminamos otros 1500 metros (luego me di cuenta de esta distancia), y estábamos en Anglet. Miramos nuevamente el mapa… Sigan por el Boulevard... y siga caminando. Un kilómetro después, llegamos a otra glorieta (rotonda), un aviso indicaba Biarritz y otro centro de Anglet. Abrí el bendito mapa completamente, dirigí mi mirada a Biarritz y comprendí que no estábamos ni en la mitad del camino. Observé la escala del mapa, hice cálculos. Habíamos caminado 50 cuadras de las 15 que Javier Castro me informó. Ya caían algunas goteras, no había sitio para guarecerse… ¡Nos embalamos!, dije.
Los expertos turistas corrieron a una especie de caseta que había en la rotonda. Era un paradero de buses. Les propuse a mis compañeros que nos dirigiéramos al centro de Anglet, en busca de la estación del tren o de alguna ruta de buses. Me dijeron que en todo el camino no habían visto un bus y, era verdad. Mientras discutíamos, apareció un bus, su letrero decía Biarritz Gare. Como dicen en la tierra … todo bobo es de buenas.
En la estación de Biarritz, nos sentamos en un bar, mis compañeros pidieron vino y yo un café, estaba verraco, con lo del mapa, con lo de Javier, con el tiempo primaveral… ya estaba lloviendo. Consulté el mapa, la gare que aparecía allí, nos indicaba que estábamos cerca de las recomendadas playas de Biarritz, así lloviera iríamos a conocerlas. Sin embargo, algo no me cuadraba. El mapa no mostraba una rotonda cercana al bar. Seguía lloviendo.
De tanto escudriñar el mapa, encontré la rotonda y la gare donde nos hallábamos. Estábamos a cuatro kilómetros de las hermosas playas de Biarritz. Tomamos una decisión. Al diablo Biarritz, vámonos para Donostia.
De regreso a Donostia, seguimos rumbo a Amara. Eran las nueve de la noche. En un bar repetimos la dosis. No tenía ánimos, me sentía culpable por mi torpeza o quizá mi excesiva confianza en la información suministrada o tal vez sea problema de comunicación, le preguntaré a Javier que es una cuadra para un argentino. Dejé que mis compañeros siguieran en carnavales, mientras tanto me vine a escribir el diario de hoy y a descansar un poco. ¡Oh París!, apiádate de estos expertos turistas.
A continuación, presento unas cuantas fotos que ilustran lo acaecido en este día de larga caminata.
Me he levantado temprano. Mis compañeros aún duermen su noche de carnaval. El día está frío y llueve como ayer. Decidí ir al centro a caminar un poco, he desistido del viaje a Tolosa, dicen que los mejores carnavales son los de Tolosa, pero el clima no es el mejor.
En Donostia aún quedan los vestigios de la parranda de anoche. Se ven algunos trasnochados, uno que otro borrachín y los que aún continúan con la fiesta. El Centro y la Parte Vieja están llenos de vida, nos habían dicho que los domingos no encuentras nada abierto en Donostia, pero aquí se rompen todas las normas.
Aproveché para comprar tarjetas de teléfono, compré la Orbitel que me había recomendado Juan, por 6 euros tengo 25 minutos para llamar a Colombia desde el móvil. También compré cigarros y me medí algunas chaquetas en promoción. Había muchos negocios abiertos, incluso navegué un rato por Internet, tratando de leer los correos, pero fue en vano, seguimos aislados. Tomé algunas fotos de los disfraces más llamativos, como la familia de payasos de la foto.
Luego me dirigí al monte Urgull alrededor del paseo nuevo, es una caminata agradable. En su recorrido se aprecian como las olas golpean con furia las rocas y los muros que contienen el paseo. Quería ir al acuario, pero en el camino me di cuenta que me había quedado sin baterías, así que continué hasta la iglesia Santa María, justo en una de las puertas de ingreso al monte Urgull.
Esta iglesia es del siglo XVIII, tiene un hermoso estilo barroco. Cuando la vi por primera vez era de noche, me había prometido regresar para tomarle algunas fotos, de las cuales presento dos en la Figura 36.
En mi búsqueda de las baterías para la cámara, fui detectando el restaurante más económico para mi comida, ya casi serían las dos de la tarde. 25 euros mas IVA, decía uno, otros aparecían con ofertas de 17, 15 y 12 euros, todos con el "mas IVA", cuando ya estaba casi decidido por el de 12, observé un restaurante chino con el siguiente aviso "Menú a 7.75 euros" y sin IVA. Ese era mi restaurante.
Ingresé y me recibió una linda chinita, me preguntó algo entre chino y español. Dije "comida". Me respondió en un claro español… "vale". Parece que esa es la primera palabra que se aprende todo extranjero en España. Mi comida fue toda una grata experiencia. Orazal parece que pasará a la historia de este diario, no se trata del precio, sino de las exóticas comidas de este restaurante y que, en lugar de dos platos, te ofrecen tres. Me presentaron el menú.
De primero, aparecían sopas de los más variados animalejos, reconocí uno, pedí sopa de aletas de tiburón. Luego de quemarme (se me olvidó soplar), me encontré con una muy espesa sopa de múltiples sabores concentrados en uno solo, no podría describirlo, porque no conozco sabor parecido. De segundo, pedí un arroz chino frito, era un arroz con algo de huevo, trocitos de zanahoria y jamón, bolitas de arvejas y las tradicionales hierbas chinas, me sirvieron un plato lleno hasta los bordes, todo me lo comí. De tercero venían las carnes, me ofrecieron chuleta de ternera, bacalao, pollo,… Traicioné a mi bacalao y me fui por cerdo agridulce. Creí que mi estómago no soportaría un bocado más. Apareció la chinita con un plato lleno de bolitas de carne de cerdo, bañadas en una salsa especial, especialmente con pimentón. Probé la primera bolita. Esas bolas de carnes eran irresistibles. Amo el pimentón. Ya entiendo que el problema no es del pimentón, es de como se prepara. Ahora venía el postre, pero ya no soportaba más, estaba embriagado, así que pedí un café y la cuenta.
Una vez acabé el café, un joven chino me trajo la cuenta acompañada de un chicle sin azúcar, de tres extrañas botellas y una tacita pequeña de porcelana. Escogí una de un líquido transparente, me tomé de un solo trago la bebida ofrecida, fue el clímax de esta comida. El chino sonrió y me preguntó ¿un poco fuerte? No era solo fuerte, sino la forma como calienta tu cuerpo instantáneamente. Todo por 7.75 euros.
Ya he regresado al apartamento, quiero descansar el resto de este domingo, viendo el clásico de hoy Barcelona–Valencia. He venido con una gran sonrisa, estoy contento, estómago lleno…
Bueno, hasta mañana.
Antes de continuar, propongo el siguiente puzle para encontrar una de las fotos mostradas anteriormente.
Hoy el sol vuelve a alegrar nuestra estadía en Donostia. Fernelly ha decidido irse todo el día para la U, nosotros nos fuimos para la Cátedra, no sin antes apertrecharnos de cigarros y tarjetas telefónicas.
En los medios de comunicación, sigue el dabate en torno a la liberación de Iñaki. La foto de la derecha, fue tomada para el TIMES, lo cual generó un gran disgusto en las autoridades españolas. Lo curioso del afiche no es la foto en si, sino el letrero que lo acompaña: Democracia a la española… Iñaki De Juana Chaos, preso político vasco, condenado a muerte por la democracia española. Condenado a 12 años y 7 meses por dos artículos de opinión. Está en huelga de hambre indefinida desde el 7 de noviembre de 2006. Por el contrario, la prensa española habla de las 25 muertes que se le achacan y de las amenazas en sus artículos de opinión.
En la tarde, invité a Héctor a conocer el restaurante chino, quedó encantado. Él comió el menú que pedí el día anterior, yo cambié el primer plato por una sopa de fideos y, el tercero por pollo frito. Quedé embriagado.
El resto del día nos la dedicamos a trabajar el proyecto de tesis. En la noche, preparé una mezcolanza de arroz con alubias amarillas, mis compañeros quedaron satisfechos. Este experto turista, se está volviendo un experto chef.
Hace rato que nos acostumbramos al frío, a tal punto que ya no usamos pantaloncillo largo ni buzos y mucho menos, los guantes.
Hasta mañana.
Hoy el día fue frío y lluvioso. Es increíble como cambiamos de un día soleado y caluroso, a uno gris y frío. Me había puesto una camisa y un suéter, ya era un experto para el frío, pero a eso de la una de la tarde, re-aprendí que los expertos también se equivocan. Corrí al Todo-todo por uno de los buzos de tres euros.
Hoy la comida estuvo muy concurrida, los cuatro argentinos, los tres paisas, el barranquillero, el mexicano, las dos jóvenes vascas y el filósofo Igor. Hoy el tema central fueron los nombres. El sin tocayo Fernelly, el de Mayelen que traducido al español es Magdalena, el de Ariel que reconocimos en un detergente, en una editorial y en la sirenita de Disney.
No alargamos mucho la comida, a las tres teníamos que partir al seminario de Echeverría. Hoy su clase estuvo dedicada al surgimiento de lo que Latour denominó como Tecno-ciencia. Una frase que me llamó la atención fue la siguiente: el canon de la ciencia fue Newton, el canon de la tecno-ciencia fue el proyecto Manhattan. Además de este megaproyecto se refirió a otros proyectos de la "Big Science", tales como el ENIAC y la NASA. Habló de los sistemas técnico y tecnológico descritos por Quintanilla, delimitando sus diferencias a través de una caracterización propia, la cual difiere un poco con el de Quintanilla, en especial en el concepto de agente. En una de sus caracterizaciones habló del riesgo. Obviamente entré en la discusión (entre otras cosas, los únicos que hablamos, fuimos los paisas, con alguna excepción en Rakel).
El tema de "la noche menos pensada", fue el problema en España de la vivienda. Desde que llegamos, se nota un gran descontento por los precios (tanto de compra como de alquiler) de los pisos. Mayelen, por ejemplo, vive en Hendaye, huyendo de la escalada alcista de los arriendos.
En el programa de la Radio Nacional Española, se entrevistaron a algunos españoles inconformes, me llamó la atención una observación de uno de los entrevistados, no por su queja a la política de vivienda, sino por las costumbres familiares en Europa. El entrevistado decía "con los costos que tienen los pisos, es imposible que nuestros hijos logren su emancipación". La tal emancipación la conocía como costumbre gringa, pero parece que es cultura en los llamados países desarrollados. El primer sueño de estos jóvenes es poder conseguir un piso y emanciparse o liberarse de su familia. A cierta edad empiezan a estorbarse las dos generaciones.
El problema de la vivienda ha llegado a tal punto que existen miles de pisos desocupados. En Donostia vi un cartel hace poco que decía "Tenemos 14 000 pisos desocupados y estáis construyendo 15 000 más". La construcción en Donostia está en pleno auge, por donde pasas ves un edificio en construcción. En la "noche menos pensada" se dice que este auge se debe a la migración de otros países europeos, especialmente los pensionados.
No es más. Hasta mañana.
Hoy también fue un día frío, lluvioso y gris. La foto de la derecha la tomé ayer, al salir de la U., también en un día gris, se observa el paradero de buses de la ruta 24 en la avenida Tolosa, a todo el frente de la puerta principal (haz clic sobre la imagen para verla en un tamaño mayor).
Todo el día estuvimos en la Cátedra, excepto por Fernelly que se fue para la U., se siente más cómodo allí, no lo culpo. La próxima semana, también emigraré de la Cátedra, en realidad hay demasiada distracción, el teléfono, la copiadora y la red. Cómo eludir una conversación (Chat) con un compañero o la familia. He decidido quedarme en el apartamento para lograr la meta propuesta del resto de la pasantía.
En la comida me hicieron una precisión. En España los chavales no están tan afanados de su emancipación. Prefieren la comodidad de su familia, el dinero de sus padres y el cuidado de su "amá". Aquí, igual que nos los paisas, dicen amá. Ya lo había escuchado a algunos niños en el bus. Maialen (resultó no ser mayalen o mayelen), nos pidió que la acompañáramos al Koldo Michelena (Mitxelena) a la penúltima charla de Ciencia en Acción, estaba sola y necesitaba de alguna colaboración nuestra. Nos pidió que le lleváramos los carteles y unas encuestas. En el teatro nos turnamos Héctor y yo en la portería, entregando las encuestas. A las 7:30 p.m., Rakel inició la presentación de la charla en euskera y luego en español. En el país vasco, la mayoría de los jóvenes hablan euskera y prácticamente todos los niños, no ocurre lo mismo con personas de más edad, la culpa la tuvo la persecución del franquismo.
Una política implementada para recuperar el euskera es la condición obligatoria de dominarlo para aspirar a un cargo público. El gran sueño de los españoles, es ser funcionario público.
Hoy el tema fue nuevamente las células madre, una mirada desde la experiencia clínica. El expositor era un médico traumatólogo (osteólogo). Explicó todo el proceso de captura, cultivo e implantación de las células madre. Como ya conocía el tema, aproveché para pegarme una dormidita, hoy estaba bastante cansado. La dormida tuvo dos aspectos a destacar, primero porque era la primera vez que dormía fuera del apartamento y segundo, porque recibí un buen codazo de mi vecina, una vez comencé a roncar. La miré, era una anciana que no despegaba los ojos de la exposición, no me devolvió la mirada. No me volví a dormir. El auditorio estaba repleto, la mayoría de gente de la tercera edad, de la cuarta… y hasta de la última edad. En la Cátedra, Anhot me había dicho que normalmente van los jubilados, es más barato que ir a un cine. Es gratis.
Hasta mañana.
Hoy el día es nuevamente primaveral, la temperatura volvió a subir. La foto es una muestra de ello, el árbol florecido y yo solamente con un suéter ligero. Nuevamente hemos dedicado todo el día y parte de la noche a investigar… Investigar… Es una palabra recurrente en la cátedra, todos son concientes que su rol es "investigar". Gabriel, luego de fumarse un cigarro con nosotros, dice "Esteee… voy a subir a investigar". Cuando mi prima me llama, Gloria dice "No se encuentra, está investigando". Sólo nosotros, no lo habíamos interiorizado, decíamos: estoy estudiando o estoy trabajando en mi proyecto de tesis. No, la realidad es otra… estamos investigando.
Luego de investigar en la mañana, fuimos a comer a Olazar, esta semana no mercamos, nuevamente nos hemos indisciplinado. En la noche, un poco agotados, le propuse a Héctor que camináramos hasta la "casa". Me dijo que ya era tarde y prefería tomar el bus. El que no quiere caldo, se le dan dos tasas, veamos por qué.
Por error tomamos el bus 14 a Bidebieta. Yo había observado el bus de la ruta 13, pero mientras saludaba a la joven de Tabacos, el bus 14 se adelantó al 13, hecho del que no me di cuenta. Le dije a la joven que subiera ella primero, me dijo que no, que ella se iba en el 13. Esta última expresión no se la oí, Héctor luego me lo dijo. Esta sordera. En Bidibieta, le pregunté a Héctor si estábamos en el 13, él me dijo que nos habíamos montado en el 14, y que como me vio subir, creyó que esa ruta servía. El que no quiere caldo, se le dan dos tasas.
Hicimos por primera vez, la ruta Bidebieta – Larratxo… caminando. Ya sentía que era raro que no nos perdiéramos en los últimos días.
Tabacos es una red de tiendas, en las cuales se compran los cigarrillos, cigarros y tabacos, el precio es oficial, igual para todo España. Yo compro mi cajetilla de Kool por 3,10 euros, algo así como $9,000. Los cartones que traje de Colombia, sólo duraron un mes. Tarde entendí que debí traer el doble. En Francia es peor, allí cuestan, 4,50 euros.
¡Mañana nos graduamos!
Hoy es el día de investidura de doctores en Bilbao y de entrega de DEAS. Nos levantamos temprano, pero como siempre, salimos tarde. Llegamos a las nueve pasadas, a la Terminal de buses. En la empresa Alsa, nos dijeron que había acabado de salir el bus, el próximo salía a las 12, hora de graduación. Sentí un gran desaliento. Pero… la señora de la taquilla me instó a preguntar en la otra empresa, Transportes Pesa. Allí nos dijeron que el bus salía a las 9:30, faltaban 10 minutos… Todo bobo es de buenas.
En la salida de buses, nos encontramos con el mexicano Luís Carlos, iba también a graduarse. La ruta a Bilbao es similar a la ruta a Pamplona, ya descrita en un diario anterior. Luego de pasar el último túnel (1,350 m de longitud), llegamos a Bilbao. Primero fuimos al baño. El frío te envía frecuentemente al baño, más de una vez hemos estado tentados de buscar un arbolito, especialmente cuando no ves un baño cercano. Luís nos dijo que el palacio de eventos era cerca de la Terminal, sin embargo (para evitar extraviadas), preguntamos a una señora por el edificio, nos dijo que era cerca de la plaza del Sagrado Corazón. Nos fuimos caminando al lado de los rieles del tranvía de Bilbao.
Llegamos al palacio de "eventos y de la música", recién inaugurado en Bilbao, un imponente y moderno palacio de convenciones. En la cafetería del palacio, nos encontramos con Igor y su hermana, él también se graduaba.
Luego vino el acto de entrega de certificados DEA (Diploma de Estudios Avanzados), estaban presentes la vicerrectora de postgrados, el vicerrector de investigaciones y otro vicerrector, no escuché bien de qué. Se inicia con las palabras de la vice, luego una doctora invitada y después los otros dos vices. En resumen, nos aconsejaban "investigar" con entusiasmo y dedicación, hasta lograr nuestro titulo de doctor.
Decía el vice de investigaciones que el número de doctores es bajo, y su reconocimiento profesional va en alza, resaltó, además, que el único inconveniente es que la investigación, crea adicción.
Una vez terminada la entrega de diplomas, nos invitaron a escuchar al grupo de percusión de la U. ¡Excelente! Finalmente, en el hall de entrada a la sala de graduación, nos esperaban una gran cantidad de bocadillos y vino.
A propósito del vino. Había invitado a Luís a la cafetería a tomar un tinto, antes de entrar a la sala. Luís me advirtió que se debía pedir un "crianza" y no un "tinto", como lo veníamos haciendo. Luego Socorro me explicó por qué.
Me comí ocho bocadillos de atún y unas dos copas de vino. Ya ahíto, me retiré a uno de los patios a fumarme un cigarro. Allí me encontré con un navarro conversador. Pero, dejemos algo para mañana, hoy estoy cansado de escribir. Hasta mañana pues.
Hoy me fui de compras por Donostia, se me está acabando el tiempo de adquirir algunos recuerdos para la familia. Como buen paisa, iba con la disposición del regateo, pero no a regatear con los vendedores vascos, sino con mi bolsillo. Me fui con una lista de direcciones de jugueterías, en ninguna vendían "power ranger", "Mickey" o al menos un "hombre araña". Decepcionado me dirigí al casco viejo. En el camino, me acerqué a un bazar chino a comprar una sombrilla, estaba lloviendo. Vaya sorpresa, ese era el "sanandrecito" de Donostia. Compré la sombrilla, dos carritos, un helicóptero y unas gafas para leer, ésta últimas me costaron dos euros. ¡Que maravilla!, ayer se me habían dañado las últimas gafas buenas, las tenía en una terapia con pega-loca.
En la tarde fui a Garbera, sitio donde está Eroski y otras grandes superficies, entre ellas una de juguetería, encontré el Power Ranger. Mi nene se va a poner muy contento. Me ha recalcado varias veces que le voy a llevar regalitos. Regresé a "casa" con la sensación que da la "misión cumplida". El resto del día, me dediqué a adelantar el segundo documento, prometido a Andoni y el diario de hoy.
Volvamos entonces a Bilbao, ibamos en… Me comí ocho bocadillos de atún y unas dos copas de vino. Ya ahíto, me retiré a uno de los patios a fumarme un cigarrillo. Allí me encontré con un navarro conversador. Me dijo que su hija se estaba graduando, se le notaba el orgullo por su hija. El navarro era un mecánico.
Me contó que tenía varios clientes colombianos, se les notaba la pasta por encima (pasta para los españoles es mucho dinero). Le dije que tenía un Skoda, me respondió que ese coche es el hermano pobre de los volswagen. Hasta ahí llegó la conversación.
Salí con mis compañeros a buscar un bus con rumbo a Harriko, allí nos esperaba Mikel y Borja, nos habían invitado a comer. Por ningún lado vimos el bus. Un transeúnte nos orientó, hasta dejarnos en una estación del Metro, no sin antes decirnos que colombiano más Medellín es sinónimo de coca. En la estación de Harriko, nos topamos con Borja, razón quizá de que no nos perdiéramos. Nos acompañó hasta la facultad de económicas, al despacho de Mikel. Un rato después, los cinco nos fuimos al restaurante, allí nos encontraríamos con Socorro, una estudiante paisa, que se encuentra en su quinto año de doctorado, es profesora de la UdeA. Socorro es una mujer luchadora, que ha hecho grandes esfuerzos por culminar su doctorado, estuvo anteriormente durante tres años en la UPV (la U), ahora quiere terminar en julio y regresar a Colombia. Fue una velada agradable.
Durante la comida, Socorro nos explicó el porqué se debe pedir el vino como crianza. El denominado "vino de la casa" y otros vinos que venden en los bares, son mezclas químicas (según Socorro). Ni Mikel, ni Borja, contradijeron la versión de Socorro. Decía que a ella se le brotaba la piel. Le dije que a mi me daba dolor de cabeza. Afirmó que ese era otro síntoma. Desde ayer, estamos pidiendo crianza, con mucha propiedad.
Como primer plato, al igual que Socorro, pedí coliflor a la romana. La tal coliflor estaba bañada en cilantro. Odio el cilantro. Por respeto a nuestros anfitriones, comí un cuarto del repleto plato de coliflor y cilantro. Como segundo plato, pedí tiras de cerdo. Estuve tentado de pedir un tal zapatero, pero Borja me advirtió que era algo espinoso.
Fernelly, luego me confesó que casi no extrae una espina de su encía. Yo no salí tan bien librado. Me trajeron una especie de pastel relleno. Relleno de tiras de cerdo y tiras de cebolla de rama. Insisto, odio la cebolla de rama. Fue un gran acierto haberme saciado antes, con los bocadillos de atún.
En la Figura anterior (40), se muestran fotos del ingreso a una estación del metro, de la facultad de económicas y nuestra comida con Borja, Mikel (el de lentes) y Socorro.
Cerca de las 4:30 de la tarde, decidimos ir al Guggenheim y al casco viejo. Bueno, mañana continuamos. Estoy algo cansado y quiero ver el derby Real Madrid–Athletic de Madrid. Hasta mañana.
Me he quedado sin cigarros, me bañé y me dispuse a ir al casco viejo a conseguirlos. Sólo allí, los domingos tienen abierto. En el paradero de buses había un agente desviando los coches, me advirtió que no pasaría el bus, tendría que ir a la estación de Herrera. Alza estaba de carnavales.
Cambié de decisión, fui a mi piso por la cámara y subí a Alza. Era toda una fiesta. Estaban allí todas las comparsas de Donostia.
Se observaban todo tipo de representaciones. Vikingos, rockeros, mafiosos, trajes típicos de diferentes países, deportistas...
Tomé muchas fotos, recorrí todo el barrio vecino, detallando cada una de las presentaciones. El domingo pasado, la lluvia y la muchedumbre, me habían impedido el registro fotográfico. A pesar de la lluvia pasada y del frío inclemente, los comparseros no detenían su baile, algunos llevaban meses preparándose para los carnavales. Hoy hacía frío, pero la lluvia estaba ausente.
Las calles estaban abarrotadas de gente, los vecinos de Alza se volcaron a los carnavales. Conocí unos vascos diferentes, más joviales y sonrientes, algunos incluso, me hacían observaciones de algunas de las comparsas. Las chicas de minifalda (ver Figura 41), son bolivianas, Donostia tiene una gran colonia de bolivianos, la semana pasada compré unas artesanías, resultaron ser de Bolivia. En una de las carrozas se leía: "América Latina Unida" y tras la carroza venían los latinos… indígenas bolivianos.
Una de las comparsas curiosas, era de salsa. ¡Salsa donostiarra! Lo de la música me impresionó, pero aún más, al escuchar la letra… ritmo, ritmo, ritmo… soy el favorito, de mi tierra donostiaraaa…. No eran latinos los de la comparsa. Eran vascos. Los efectos de la globalización o quizá de la invasión latina.
En mi recorrido por Alza, aproveché para ir a su casco viejo y poder tomar fotos de su iglesia, que tiene una antigüedad de 697 años, fue construida en 1390, cien años antes de los viajes de Colón. Es más antigua que la iglesia de Santa María y la misma catedral de San Sebastián.
El casco viejo de Alza, se reduce a su iglesia y a un edificio que podría ser la antigua casa cural. A su alrededor están los modernos edificios de apartamentos.
En Alza, existe un gran descontento en la comunidad, por el auge de la construcción en su sector, ayer hicieron una manifestación, protestando por ello. Recuerdo un aviso en uno de los coches… El único color que queremos en Alza, es el verde.
En la tarde fui por mis cigarros, tuve oportunidad de estrenar mi sombrilla, me sorprendió un chubasco en el casco viejo de Donostia.
Bueno, ya estoy en "casa", mañana volveremos a lo ocurrido en Bilbao. Hay que descansar. El domingo es para descansar, así Andoni piense lo contrario.
Hasta mañana.
¡Un momento!, dije que tomé muchas fotos, pues aquí os comparto algunas de ellas (pon el puntero del ratón sobre la primera foto, para que aparezca el botón de desplazamiento.
Hoy se realizó la primera reunión del seminario PAFICYT de la Cátedra. Asistieron: Andoni Ibarra, Thomas Mormann, Andoni Eizagirre, Ariel Gordon, Gabriel Panceyra, Gloria Baigorrotegui, Hannot Rodríguez, Hector Eduardo Cardona, Igor Aristegi, Javier Castro, Juan Guillermo Rivera, Luis Carlos Medina, Maialen Montoya, Paula Restrepo y Rakel Arraiza. Entre las actividades, cada uno presentamos nuestro currículo, publicaciones y estado y avance de la investigación en el 2007. Luego de casi tres horas de reunión, salí a fumarme un cigarro, cuando regresé, me informaron que me habían programado para el 8 de marzo… Imposible, estaré en París. Este es el resumen del acta de hoy:
Pormenores de la reunión/Bileraren nondik norakoak:
Se ha seguido el orden del día pero, ya que se ha alargado más de lo esperado, han quedado pendientes de discutir los puntos 5, 6 y 7.
Se ha acordado la primera reunión del Seminario Permanente PAFICYT para el día 8 de marzo. Dado que Juan Guillermo Rivera es el que debería hacer esta presentación y no le es posible, esta primera reunión se dedicará a tratar los puntos pendientes de la reunión de hoy:
Seminario de Investigación (PAFICYT): Tema y calendario.
Hay dos estrategias posibles: que cada uno desarrolle su tema o que haya un único tema para todos (tal y como se hizo el pasado año). El tema propuesto por Andoni Ibarra es: La Gobernanza.
El resto de la tarde adelanté mi investigación. Hoy fue productivo, llevo siete páginas del segundo escrito, prometido en mi agenda de pasantía.
Volvamos a Bilbao. Luego de la comida, marchamos todos hacia el Guggenheim y al casco viejo. Como cosa rara, en nuestras salidas, comenzó a llover. De esa lluvia que llamamos "moja bobos", y el bobo de este diario... se mojó.
Al salir del restaurante, nos dirigimos a una estación del metro, la decisión fue de Mikel, ya que el Guggenheim estaba a unos 500 metros. El metro nos dejó a unos 200 metros de nuestro destino, fueron 300 metros menos de mojada.
En mi caminata, observé una mayor presencia de latinos, africanos e indigentes. Igual que en Pamplona, los semáforos para peatones anuncian el tiempo para cruzar la calle. Lo que más me impresionó fue el sistema tan variado de transporte. Tienes varias opciones: taxi, bus, tranvía o metro.
Bueno, es todo por hoy. Debo preparar unas lentejas con tocino para mi cena. En realidad solo me corresponde abrir la lata y calentarlas.
Hasta mañana.
Hoy me levanté con muchas ganas de escribir, en la noche leí un poco y se me vinieron algunas ideas. Prendí el portátil y dejé allí mis elucubraciones, corría el riesgo que después no las recordara.
En la Cátedra, el tema era la reunión del día anterior, se seguía discutiendo la propuesta para el seminario de 2007, Andoni había sugerido "la gobernanza" como eje central del seminario, algunos no estaban de acuerdo con él. Nosotros no quisimos tomar partido.
Antes de la comida, nos fuimos al TODOTODO a aprovisionarnos para el resto de la semana. La foto de la derecha, la tomé sobre el puente que nos comunica con Itxiaroundo. En Colombia, se necesitaría toda una flotilla de tracto-mulas para transportar esta carga (el tren lleva dos niveles de coches, sólo se observa el segundo nivel).
Luego de pagar el mercado, pedimos el regalo por la compra. Nos obsequiaron un radio. Como anillo al dedo, el mío quedó detrás de mi cama. Tendré que desbaratarla para recuperarlo. El resto del día continué en mi investigación, creo que lograré mi objetivo para este viernes. El segundo artículo para la revista y un avance significativo del primer capítulo de mi tesis.
Volvamos a Bilbao. Llegamos al Guggenheim, la arquitectura de este museo es espectacular, es reconocida en todo el mundo. Lástima que no permitieran tomar fotos de su interior. Columnas, muros, pasillos, escaleras, todos en un diseño en el cual, las líneas rectas brillan por su ausencia. Ignorando la prohibición, tomé una foto de tres bustos, inmediatamente apareció un vigilante, advirtiéndome de mi falta. En realidad, tomé la foto de la exhibición que más me gustó. El Guggenheim es famoso por su arquitectura, no por su contenido. En las afueras del edificio, hay una escultura (un seto vivo), que representa a un perro. La gente de Bilbao, jocosamente dice que es el perro y atrás está la perrera. El Guggenheim.
Al ingresar al museo, nos entregaron una especie de radio. Este dispositivo nos permitía escuchar la descripción de cada una de las exhibiciones del museo, bastaba digitar el número de la exhibición y a continuación, se relataba la biografía del autor, sus obras más relevantes y las obras exhibidas en el museo.
Al salir del museo, tomamos el tranvía y nos dirigimos al casco viejo de Bilbao. Fue todo un corre–corre por el casco viejo. Estábamos con el tiempo en contra. Corrimos por sus viejas callejuelas, entramos a la vieja biblioteca, tomamos fotos de sus viejos edificios, de sus viejas iglesias. Lástima que no le tomamos fotos a las viejas… Bilbao tiene mujeres muy hermosas. Finalmente llegamos a una moderna estación del metro, que nos permitiera ir a la Terminal de buses, en Sanmamés. Entras en un túnel y luego caminas un largo trecho, con ayuda de bandas eléctricas (al igual que en Barajas), hasta llegar a la estación.
En Sanmamés, ya mamados, compramos tiquete de regreso, a los diez minutos partió el bus, rumbo a Donostia. Quise dormir un poco, pero una joven, se la pasó hablando por celular, en voz alta y… en euskera. Cuando decía bye, bye (bai, bai), creía que se estaba despidiendo, pero no… seguía la perorata. Luego supe, que "bai" en euskera, significa ¿y?, diferente a "eta" que también significa "y", pero de conjunción.
Bueno, es todo por hoy. Hasta mañana,
Se acabó este mes. Fue lo primero que pensé hoy al levantarme. Sólo me quedan 14 días en estas tierras. Tengo una mezcla extraña de emociones. Tal como lo decía el vicerrector, me estoy enviciando a lo de la investigación y acostumbrando al actual estilo de vida, pero por otra parte, extraño verracamente mi familia y mi tierra.
Hoy Fernelly partió para la U., es su estilo de vida, gusta mucho de interactuar allí. Fruto de ello ha obtenido logros importantes. Su exposición (en inglés) en el curso de Andreas, fue elogiada, a tal punto que Nicanor le propuso publicar un artículo referente al tema expuesto. Vaya que se lo merece, le dedicó días, noches y hasta todo un fin de semana a esa exposición. Héctor y yo, somos los que más frecuentamos la Cátedra, sin embargo, en los últimos días, mis compañeros han sido Gabriel y Gloria, mis dos compañeros paisas, están asistiendo al curso de Broncano. Se que me estoy perdiendo una oportunidad de conocer de cerca, el pensamiento de este filósofo de la tecnología, pero he prometido entregar este viernes, el segundo y último documento a Andoni. En ello he estado todos estos días, desde que sale el sol, hasta muy entrada la noche.
Cuando salgo de la Cátedra, suelo venirme caminando, preparándome para las caminatas en París y para despejar mi mente. Hoy llegué un poco cansado a un minimercado, tenía que comprar leche para el desayuno, casi me da un yeyo. En la fila, quedé atrapado entre dos señoras, no sabía cual de las dos olía más maluco. Ayer Maialen, comentaba en el bar que muchos vascos no se bañan. Le pregunté que si lo que quería decir, era que se bañaban muy poco. No, simplemente, no se bañan, me respondió Maialen. Con razón, la baja tasa de natalidad.
Hasta mañana
Hoy nos encontramos con el butanero en el ascensor. Corrí a sacar la otra pipa vacía que teníamos. Ya no me preocuparé más por el bendito gas.
Hoy me sentí relajado, liberado de compromisos, había terminado mi segundo documento, prometido en mi agenda de pasantía. En la Cátedra le di los últimos toques y se lo envié por mail a Andoni. Con los dos artículos, doy por cumplida mi misión en estas tierras. En los pocos días que restan, recorreré la ciudad y pueblos vecinos, pero muy vecinos, los euros no aguantan para ir más lejos, excepto por París. Inicié con un recorrido por Itxaurrondo, nuestro barrio vecino a la cátedra, no había ido más lejos del TODOTODO. Itxaurrondo es un barrio de elite, con grandes mansiones, mucha zona verde y, con los coches de última generación, excepto por el "monoplaza" que se ve en la foto inferior. Es común encontrar este tipo de auto en Donostia, es un verdadero "bota suegras".
Luego de comer, nos fuimos a la clase de Broncano. Ahora si tenía tiempo para escuchar sus posiciones frente a la tecnología.
Broncano, a diferencia de Echeverría, no hace una distinción entre técnica y tecnología. Sus exposiciones son de mucho dinamismo, se le notaba la emoción cuando relataba uno de los diálogos de Platón, el de Protágoras, en el cual gracias al error de Epimeteo, al repartir los dones a los animales, nos tocó a nosotros el don de la técnica. Como siempre, los cuatro paisas (estaba Paula), éramos los que más interveníamos. Personalmente le plantee una discusión en torno a la distinción riesgo–incertidumbre, para Broncano no hay tal distinción, postura que no comparto. Pero esto lo tengo argumentado en mi último artículo. En este diario no hay espacio para esta discusión.
Terminada la clase, nos fuimos caminando hasta La Concha, allí compramos tarjetas para el teléfono e hicimos las llamadas correspondientes. Fernnely sugirió ir a comer hamburguesas.
Nos fuimos para el Mc Donald a comer hamburguesas. No había ido antes pensando que era muy costoso. Equivocada presunción, costaban dos euros y las patatas a un euro. Yo me comí unos nuggets de pollo, patatas (papas a la francesa) y una CocaCola, todo por cinco euros. Conclusión, hay que explorar, preguntar y sobre todo leer.
Por no leer, cometí el error de la Caixa, pero lo peor era que la había estigmatizado. Otro error. Hoy no pude sacar dinero en Larratxo, así que fui de nuevo a la Caixa, pero con la decisión de leer con detalle lo que aparecía en pantalla. Luego de solicitar el dinero, en la pantalla aparecía este mensaje, desea que traslademos su dinero a U$ (moneda americana) y luego en euros? En la ocasión anterior, había digitado SI. Obviamente, en esta ocasión, digité con fuerza NO, me dio los 100 euros solicitados. Luego de consultar mi saldo, sólo me había cobrado por la comisión bancaria, algo más de $2,000 (menos de un euro). Este banco no cobra una cuota fija por transacción, cobra un porcentaje del dinero transferido (menos del 1%). Amo la Caixa.
Bueno, termino hoy con una foto de Broncano y de tres paisas comiendo en el McDonald de Donostia (¿y el otro paisa?... el que tomó la foto).
Hoy no fuimos a la Cátedra, decidimos ir todos a la última sesión con Broncano. Trató el tema de las políticas públicas, el pluralismo, la democracia deliberativa y la confianza. En el descanso me topé con Andoni, me dijo que el sábado me haría las observaciones al documento que le envié ayer, pero que de entrada le había visto un nuevo aire, dijo que ya tenía el aparato crítico, que tanto reclamaba.
Luego de la sesión y despedida de Broncano, nos fuimos los cuatro paisas y la mexicana a tomarnos un trago en un bar cercano. Aprovechamos y almorzamos con un bocadillo, el mío lo pedí de lomo. Para los que no lo saben, el bocadillo es una barra de pan de unos 30 cm, con alguna preparación adicional en su interior: bacalao, lomo, chorizo,… y ensalada, especialmente pimentón. El pan español (supongo que el francés también), no es como el pan que consumimos en Colombia, es un pan menos blando, mucho menos, mas tostado y con menos aroma. Es común ver la gente, con su barra de pan bajo el brazo, como si llevara el periódico. No importa que falte leche, pero que no falte el pan. De hecho, no se para que utilizan la leche, excepto tal vez para el "cortado" (café con leche).
Fue una reunión agradable. Hablamos de cine, de los zapatistas, de Medellín, de los vascos, del doctorado, de la comida,…
Luego nos dispersamos, Fernelly partió para la playa a trotar, Héctor para la Cátedra y yo para el casco viejo. Finalmente regresé al apartamento a ver TV, la aburridora TV. Sólo me gustan los noticieros, a pesar de la perorata entre el gobierno y la oposición en torno al caso de Iñaki de Juana, el gobierno dice que fue un acto de humanidad, aunque otros dicen que temían un mártir en la ETA. Los del PP quieren hacer una especie de referendo para tumbar la decisión del gobierno, Zapatero responde diciendo que Mariano Rajoy y sus partidarios sangran por la herida.
Lo cierto es que Iñaki logró lo que buscaba, hoy se tomó un caldo, ha terminado su huelga de hambre. Espero que también, haya terminado para los noticieros.
Bueno, este día ha terminado sin mayores emociones, también se está terminando mi pasantía.
Hasta mañana.
En 11 días regreso a casa. Mi hija Daniela, me dice que falta una semana y cuatro días, parece que para ella contarlos así, se le hace menos eterna mi ausencia. Tengo tantas ganas de abrazarla y besarla.
Le propuse a Héctor visitar Hondarribia, le dije que me habían hablado bien de este municipio gipuzkoano, aceptó mi propuesta y partimos a eso de la una de la tarde. El País Vasco español (también hay País Vasco francés) está conformado por tres provincias: Gipuzkoa cuya capital es Donostia o San Sebastián, Alava cuya capital es Vitoria Gasteiz, y Biskaia o Vizcaya con capital Bilbao o Bilbo. Irún y Hondarribia son dos poblaciones gipuzcoanas que limitan con Francia. Desde Hendaye, ya habíamos observado una iglesia antigua al otro lado de la bahía, creíamos que pertenecía a Hendaye, no es así, se trata del casco viejo de Hondarribia.
El bus lo tomamos en Herrera. Nos cobraron 1,35 euros, nos pareció muy barato para un viaje de casi una hora. Nos bajamos en el paradero aledaño al casco viejo, allí tomamos las primeras fotos. En la subida a la iglesia, nos encontramos con una pareja de recién casados (ver Figura 49), lo curioso no era el matrimonio, sino su única compañía, un fotógrafo.
Entramos a un bar empotrado en alguna de las antiguas paredes del casco viejo. Pedimos dos cervezas e indagamos con el barman sobre la antigüedad de la iglesia, nos dijo que era la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y Manzano, construida alrededor de 1500, pero que durante muchos años se le hicieron varias modificaciones y ampliaciones. Es una iglesia que tiene mezcla de varios tipos de arquitectura, desde el gótico hasta el barroco. En la Figura 50, se puede apreciar parte de tal combinación, así como algunas callejuelas del la parte antigua de Hondarribia.
Luego de una llamada a casa, para decir como siempre… te estoy llamando desde…, decidimos bajar a conocer algo más de esta localidad.
Al igual que Hendaye, Hondarribia está atestada de coches en tierra y botes en la bahía. Eran las 3:30 de la tarde, todo estaba cerrado, excepto por los bares y restaurantes. Logramos encontrar un restaurante con menú a ocho euros, pero ya estaban cerrando. Si no comes antes de las 3:30, te quedas sin comida. Seguimos caminando y por suerte, encontramos otro restaurante, que aún no había cerrado. Héctor y yo pedimos lo mismo, puré de verduras, chuletas de cerdo y tinto. El postre… lo que hemos estado pidiendo últimamente, arroz con leche. Es una delicia. El tal puré, resultó ser crema de verduras, como la que nos dan en Olazar.
Luego de comer, dimos un paseo por la bahía. Al frente observábamos a Hendaye. Parecen dos ciudades hermanas. En nuestra caminata, nos sorprendieron tres conversaciones de unos transeúntes, primero venían unos hombres hablando en español, luego nos topamos con una pareja hablando en francés y a continuación un señor y un niño, hablando en euskera. Es una ciudad trilingüe.
Cerca de las cinco de la tarde, decidimos regresar a Donostia. Llegamos pasadas las seis. El bus tuvo que detenerse un paradero antes del boulevard. Había una manifestación. Nos dirigimos a la manifestación, mañana hablaremos de ella.
Acaba de hacer gol Ronaldinho, están jugando los líderes de la liga española: Barcelona y Sevilla, no quiero perderme este clásico. Agur, pues.
30 grados. Esa fue la temperatura máxima del día de hoy, el promedio estuvo en 28. Las playas se llenaron de gente. Surfistas y turistas, aprovecharon este extraño día de verano. Por donde caminaba, veía chicas con el torso descubierto, dorando sus blancos pechos de invierno.
Aproveché el domingo para visitar otros sitios de Donostia. Fui a la exposición del neolítico, en la cual tomé algunas fotos, entre ellas la única chica que me permitió tomarle fotos con el torso descubierto. La chica neolítica de la fotografía.
No me resistí captar una de las imágenes cotidianas de la ciudad. Las estelas de humo dejadas por los aviones que cruzan el cielo donostiarra, generalmente se observan entre tres y cinco rastros de polución (ver primera foto de la Figura 51).
Los extraños cambios climáticos en Europa, están confundiendo también a la naturaleza. Las plantas empiezan a florecer y los árboles a dar sus primeros frutos, dicen que luego, las heladas acaban con esta “ilusión botánica”.
Igualmente, se han observado algunas aves desorientadas, que inician su cortejo nupcial, también las heladas acabarán con su errado romance. Nosotros también estamos desorientados, ya no sabemos si portar paraguas y chaqueta.
Me metí a la playa para sentir más de cerca la alegría de un día de verano. Un padre estaba sepultando en la arena a uno de sus hijos, mientras que a su lado un perro cagaba. En Donostia, encuentras mierda de perro por todas partes, a pesar de los grandes esfuerzos del personal de aseo. Tienes que caminar siempre observando el piso. Los jóvenes corrían alegres con su tabla, rumbo a las olas. Las turistas… ya hablé de las turistas… y yo con esta abstinencia. Coches de bebé, ancianos y curiosos como yo, inundaban la playa. Este falso verano, sacó toda la población a las playas.
Los restaurantes también estaban atestados. Logré encontrar un sitio para comer mi arroz frito con tres delicias. Los bares, por su parte, arropaban a los beodos de la noche anterior. Todo el mundo optaba por la cerveza. Era obligado, había que beber algo frío. Yo me tomé un par de Kelers, tenía la boca seca, no sé si por el sol, o por que boté mucha baba, viendo las… las familias alegres (mal pensados). Me babeo por estar con mi familia. Así, alegres, disfrutando de una tarde de verano, de las risas infantiles de mis hijos, de la sonrisa de mi esposa.
Ya un poco cansado de caminar y de soportar los rayos del sol, me fui para la "Brecha". En este centro comercial del Boulevard, hay una cadena de cines, ocho salas en total para escoger. Entré a ver "Diamante de sangre" con Leonardo di Caprio, esperaba encontrar "Volver" de almodóvar, con la hermosa Penélope Cruz. Pero bueno, tocó cambiarla por Leonardo. Obviamente no es lo mismo. La entrada a cine cuesta seis euros. En la sala, estábamos una pareja, tres jóvenes y yo. Parece que la playa ahuyentó a los cinéfilos.
Las fachadas que se observan abajo, fueron tomadas en Hondarribia. Me gusta tomar fotos de fachadas, cada que salgo aprovecho y dejo unas cuantas en mi colección.
Lo de la manifestación de ayer, mañana lo registraré. Tengo la boca seca y quiero descansar un poco.
Hasta mañana.
Cada vez está mas cerca mi partida y el final de este diario. Al estilo Daniela, falta una semana y dos días. Pasado mañana será París y al regreso, despedidas y empacada de equipaje.
Hoy me fui para el casco viejo, no quiero ir a la Cátedra, deseo dar mis últimos pasos en la ciudad. Probé el bus 27, es todo un paseo. Su ruta va por unas autopistas que no conocía de Donostia, sube a Garbera (el gran centro comercial), luego se regresa y toma una ruta que pasa por un lado de Intxaurrondo norte; de allí se dirige a un barrio llamado Egía, cuyo casco viejo es más grande que el de Alza; luego desciende por una vía paralela al río Urumea, hasta llegar a Anoeta, al estadio del poco glorioso Real Sociedad, el colista de la liga. En Anoeta me bajé. Lamenté no haber llevado la cámara. Entre Anoeta y Amara, hay un poco más de 15 plazas: plaza del padre Donostia, de Ignacio Mercader, de los soldados, de los marinos, de los estudios, de Irún,… Todas con alguna escultura y su propio estilo, espero que los próximos pasantes, se den una pasadita por allí.
Me fui caminando, sin afán, por la avenida de Madrid, hasta llegar a Amara. En la plaza Pío XII, me senté y llamé a mi nena. Todos los días la llamo antes de su ida al colegio. Igual rito tienen Héctor y Fernelly. Me dirigí por la avenida de Sancho el Sabio, hasta llegar a la plaza de la catedral, la del Buen Pastor, allí entré a un bar y me senté a tomarme un cortado, dejando pasar los minutos, observando el transitar de los donostiarras. A esa hora, cerca de la una de la tarde, los transeúntes son de dos tipos, gente de edad o señoras paseando sus niños, o en su efecto, sus perros. El que no tiene niños, tiene perros. Algo que he detallado, es la cantidad de latinas contratadas para el cuidado de los niños. Raúl alguna vez nos había dicho que la mano de obra en Donostia es muy cara, lo están solucionando con latinos.
En uno de los locutorios que frecuento para enviar correos, pululan los latinos. Además de las llamadas y el Internet, tienen el servicio de envío de remesas. A veces me siento allí los domingos (día de descanso de estos trabajadores importados), sólo para enterarme de las tristezas y alegrías de estos inmigrantes. ¿Cuánto dinero recibirá mi madre si le envío 300 euros?, pregunta una paraguaya con cara de ansiedad. Estoy cansada de limpiarle la mierda a ese viejo, se oye en una de las cabinas. Risas y llantos, se mezclan con la música de fondo del locutorio. Siempre me había preguntado, cómo habían llegado estos latinos a Donostia, parece que el camino más expedito es vía “servicios domésticos”.
Cerca de la catedral hay otro locutorio, sin latinos, allí estuve una hora consultando en Internet y enviando el diario del día de ayer. Consulté el cambio de divisa y finalmente “hojee” el periódico El Colombiano, esperaba que la portada la encabezara García Márquez, pero no, la noticia del día eran los soldados y guerrilleros muertos, no quise leer donde. La Radio Nacional Española se la pasó toda la mañana hablando de los 80 años de nuestro Nóbel (Nació en Aracataca, Magdalena –Colombia- el domingo 6 de marzo de 1927, y no en 1928 como se creyó durante mucho tiempo, a las 9 de la mañana, según reza en su Autobiografía), y de los 40 de Cien años de soledad, y nosotros…
La radio española programó un evento para leer desde las nueve de la mañana, la obra cumbre de García Márquez. Empezó la lectura la vicepresidenta del gobierno de Rodríguez Zapatero, a los 15 minutos siguió otra personalidad y así… todo el día. Se me puso la piel de gallina, cuando escuché las primeras líneas del libro, volvió a mi memoria el perenne nombre de Aureliano Buendía.
La foto del lado derecho, la tomé en Hondarribia. Nos pareció curiosa la indumentaria del moreno de la cabina telefónica. Me sorprendió tomándole la foto, su mirada no fue muy amigable. Ya había escuchado, alguna vez, la creencia de algunos aborígenes de que las fotos de alguna manera les roban parte de su espíritu. Quizá ese fue el motivo de su enojo o simplemente pensaría que era objeto de mi mofa. Justo al lado de esa cabina, parece que hay una colonia de africanos, observamos muchos de ellos en nuestro recorrido por el lugar.
La manifestación. Casi lo olvidaba. El sábado cuando llegábamos al Boulevard de Donostia, nos encontramos con un gran desfile. Se oían estribillos en euskera, escuchaba: alternativa que… La gente me preguntaba por qué estaban protestando, me ven pinta de vasco. En la parte de adelante iba una especie de chimenea y detrás dos tractores, luego un grupo de personas de todas las edades, gritando alternativa que… Posteriormente aparecieron varios hombres a caballo y detrás otro grupo de personas, entre las cuales iban niños y bebés en coches. No podía faltar un grupo del ilegal Batasuna (dice el gobierno español que es etarra). Mas pancartas y alternativa que. Finalmente nos enteramos del motivo de su protesta.
En Lasarte, otro municipio guipuzcoano, piensan construir una incineradora. Lo de alternativa que, en realidad es una sola palabra en euskera… alternatibak, la k al final la pronuncian “ke”. Decían que había otras alternativas, que no contaminaran su municipio. Lo interesante de la protesta, es la acción popular como forma de rechazar algunas decisiones del gobierno, en este caso el gobierno vasco. En Colombia… bueno, sobran las palabras.
Hasta mañana.
Me excuso con El Colombiano, hoy sacó una excelente separata dedicada a nuestro Nóbel. España se había adelantado a la celebración, es hoy realmente la fecha de su conmemoración. Yo voy completando los “50 días de soledad”, una soledad acompañada, pero al fin y al cabo… Soledad.
Fernelly amaneció enfermo. Un espasmo muscular. No es capaz de moverse, de seguir así, no podrá ir a París. No se de que preocuparme, si de la salud de Fernelly o de dos paisas en París que de francés, ni mu. Le consulté a Juan algunas palabras en francés, especialmente el “métro” y “je mange”, “yo comer”, como buen montañero. El aborigen del diario de ayer, nada tiene que envidiarme. Espero con el mapa y un buen lenguaje de señas, poder defenderme.
La temperatura regresó a lo normal de un día de invierno. Frío, viento, lluvia y el gris, ese gris que revive la nostalgia. No provocaba salir. Opté por ir a la Cátedra para consultar unos artículos, previamente seleccionados. El resto de la tarde me la pasé compilando mis diarios en un solo documento, al final anexé las respuestas que me han enviado por mail. Voy a imprimirlo y guardarlo como recuerdo del viaje, para leerlo en un futuro con mis hijos y, recordar las angustias y las alegrías de una pasantía en España.
Hasta el próximo lunes, el TGV nos espera.
Nada especial. Nos dedicamos a los preparativos del viaje a París: comprar cigarros, mecato, gaseosas, empacar algunas prendas adicionales en la mochila. Revisamos pasaporte, pasajes, dinero, paraguas, mapas, despertador,…
Hicimos las compras en Eroski. El viento era insoportable, tuvimos que tomar el bus 27. Después nos enteramos que se presentaron velocidades hasta de 140 Km/h en los vientos del 7 de marzo. Se reportaron tres heridos por causa del temporal. Una señora fue arrastrada por el viento, lacerándose las rodillas, a otra le cayó una pancarta y otra persona fue herida por la caída de una rama de un árbol. Después del noticiero comprendí que no era broma la de Héctor, cuando decía que no podía dar un paso. Yo también sentí algo de dificultad para caminar. En los noticieros mostraban la gente arrojando los paraguas a los basureros, igual cosa hizo Fernelly.
Finalmente nos acostamos con los ojos bien abiertos, esperando el día D. ¿Qué tal, sino suena el despertador? ¿Y si se me olvida el tiquete? ¿Fernelly si podrá levantarse? Las estúpidas preguntas de la víspera de un viaje.
No se nos olvidó nada. Partimos a tiempo para Hendaye, allí comimos un sándwiche de desayuno. Fue el día de los sándwiches. Llevábamos dos adicionales para el viaje.
El tren estuvo allí puntual y partió puntual. Siete horas de viaje disfrutando del paisaje francés. Llegamos a París cerca de las cinco de la tarde. ¡La primera extraviada!
Esta vez los extraviados fueron mis compañeros de viaje. Yo iba con la mente fija en la ruta cuatro del metro. El tren nos dejó en la estación de Montaparnasse, allí cerca hay una estación del Metro. En realidad, en cualquier sitio de París, hay una estación del Metro cercana. Cuando llegué a la primera señalización de la tan buscada línea cuatro, me detuve a avisar a mis compañeros de mi hallazgo. Lo único que vi fueron centenares de viajeros, mis compañeros por ninguna parte. Esperé cerca de 15 minutos… nada. Regresé por el camino transitado, ya sólo estaban los trenes recién llegados con sus vagones vacíos. Luego de otro rato, decidí ir al hotel. Fernelly tenía dirección y reservación, así que lo más obvio era que nuestro punto en re-encuentro sería el hotel Jarry.
Venía el primer problema. Yo de francés… ni mu. Tenía que comprar tiquetes y una tarjeta de teléfono. Llamé a Juan con el resto de minutos de la tarjeta comprada en días pasados, cuando visitamos Bayonne. Me dio la pista… usa el inglés… y el inglés me salvó. En París, parece que todos hablan tanto francés como inglés, al menos los que atienden público. Al día siguiente me sorprendió una mujer con las siguientes preguntas: Do you speak english?, le dije que no. Parlez français? (creo que se escribe así, aunque lo dudo… yo de francés…) También dije que no. ¿Habla español? Sí… vino la historia triste de su familia con el remate de “la colaboración por favor”. Increíble, la primera limosnera políglota que he conocido.
Retorno al 8 de marzo... Me acerqué a una tienda de revistas y pregunté por la tarjeta de teléfono y por los tiquetes del metro. Mi burdo inglés fue comprendido y fueron atendidas mis solicitudes. Con el plano dejado por Juan y Raúl, me dirigí a la estación del metro. Era un mar de gente. Diversidad de razas, idiomas, vestimentas, desfilaban a mi lado. Todos de prisa. Corriendo para no perder el próximo tren. No tuve problemas para hallar la línea cuatro, la excelente señalización evita que un experto turista como yo, se pierda. No se necesita del francés, del inglés o cualquier otro idioma para “leer” la señalización del Metro de París. Quizá lo único es comprender que sortie es lo mismo que exit o salida. Entré sin problemas a un vagón del tren de la ruta cuatro. Antes había verificado que pasara por Chateau d’eau (Castillo de agua), ubicada a 100 metros de mi hotel de destino.
El tren estaba repleto, ya eran cerca de la seis de la tarde, me preocupaba llegar de noche a un sitio desconocido, sin hablar el idioma (aún no sabía que el inglés me ayudaría) y con siete horas de viaje encima. Además de la multiplicidad de razas, idiomas y vestimentas, la de los olores no se quedaba atrás. Desde la pecueca hasta el más pestilente olor desprendido por la también diversidad de axilas, aporrearon aún más mi ya alicaído ánimo y para remate… Chateau d’eau estaba sin servicio. Una gran preocupación rondaba mi humilde espíritu paisa.
Me bajé en la próxima estación, el Gare del’Est. Según el plano debía tomar por la avenida de Strasbourg. Al salir de la estación, me encontré con las luces de tres grandes avenidas, era de noche. Traté de ubicar un letrero que me indicara la avenida que mostraba el plano… fue en vano. Opté por el ensayo y error. Igual llegaría… pensaba. Partí hacia la avenida del medio. Crucé a la acera de la derecha y me fui buscando el hotel Jarry. Luego de tres cuadras, me fui al plan B. Please, le dije a un señor, where is y le señalé con el dedo un pequeño punto del mapa que decía Jarry. Excelente comunicación, el señor me respondió: HERE. Miré por encima del hombro de mi informador y vi el aviso del hotel. Toda mi tensión desapareció por encanto.
Entré al hotel y saludé… bonjour (sólo dos palabras francesas consideré necesarias antes de mi viaje, bonjour y merci, el resto se lo dejaría a Fernelly). Luego de la respuesta a mi saludo, mostré el número de la reservación, acompañado de un gutural reservation… Oh! Mister Fernelly, me respondieron… yo decía… yes yes… ¡Uf! Me dieron las llaves. Después aclararía la situación, una vez nuestro traductor apareciera. No hubo necesidad de aclarar nada, nunca se enteraron quien era yo, ni les preocupó. No pidieron nombres, ni exigieron firmas. Llegué al cuarto… frío como la noche… ¡Solo, en París!
Luego de descansar una media hora, decidí explorar los alrededores. Dejé las llaves en la recepción, avisando que my friends, arrive late. Me entendieron… creo. Salí de nuevo a la avenida Strasbourg, había una cabina de teléfono y al frente de ella a larga hilera de hombres de color, ya Juan me había advertido de esta colonia africana. El inevitable… “te estoy llamando desde París”. En mi recorrido me topé con un “ciber café”. Sólo dije… Internet… y me asignaron un equipo. Allí chateé un rato con mi hija Alejandra. Entre la llamada y la chateada, buscaba una forma de no sentirme tan solo. El único inconveniente era el teclado, no es del famoso tipo “qwerty”. El teclado francés tiene las teclas en diferentes posiciones, por ejemplo en el lugar de la “A” está la “Q”, fue un “chucigrafeo” en su máxima expresión.
Compré una Coca Cola (no requirió traducción) y solicité otra tarjeta de teléfono. El vendedor me ofreció una que decía Canadá y USA, le pregunté por una que dijera Colombia… no me entendió, le dije Venezuela… inmediatamente me ofreció una de nombre “latina”, esta vez fue Chávez el salvador. La tal “latina” te permite hablar desde una cabina hasta 300 minutos, es una maravilla, no necesité comprar más tarjetas en París.
Regresé al hotel y al rato aparecieron mis perdidos compañeros. Fue un gran alivio. Me dijeron que después de mucho caminar, decidieron tomar un taxi. La demora obedeció a que no encontraban el nombre del hotel… estaban peor que yo.
El cansancio nos venció y sin más palabras nos fuimos a dormir.
Hasta mañana.
Madrugamos… teníamos que madrugar, había mucho por conocer y el tiempo era nuestro principal enemigo. Bajamos a la recepción y pedimos tres petit déjeuner. Sabíamos que costaban cuatro euros por cabeza. El tal pequeño desayuno, era un chocolate con un croissant. No volvimos a desayunar en el hotel.
Nuestra primera cita era con la torre Eiffel. Consulté el mapa de nuevo. En el Gare del’Est, tomaríamos la ruta cuatro y nos bajaríamos en la estación St Denis, allí haríamos trasbordo a la línea ocho con dirección a la estación invalides. No hubo problemas, nos bajamos en la estación escogida. Invalides estaba ubicada a un kilómetro de nuestro objetivo, quizá habrían otras estaciones más cercanas (luego constaté que las estaciones mas cercanas son Bir-Hakeim, Trocadéro, Ecole Militaire), pero eso no nos preocupó, porque al salir de la estación, lo primero que vimos fue la famosa torre. La emoción que sentí no es posible transcribirla en este diario. Esa estructura metálica que tantas veces vi en películas y fotos, estaba allí, a unos cuantos pasos…
Empezamos a caminar por una avenida llamada rue de l’université… fue un kilómetro eterno, ansiaba llegar rápido a nuestro destino. Cuando estuvimos a una cuadra, emergió ante nuestros ojos la monumental estructura de más de 300 metros de altitud… las fotos obligadas, no de la torre, sino de nosotros con la torre. En París hay que tomar fotos de “yo en…”. Las fotos de los cientos de sitios turísticos se pueden bajar de Internet o, como en la foto de la Figura 56, pero lo que nos queda para la historia familiar son las fotos de “yo en…”.
Caminábamos alelados dentro y alrededor de la torre. Llovía y hacía mucho frío, nuestras manos estaban congeladas, pero no importaba, estábamos en la torre Eiffel. Cerca de las 12 del día, no pude resistirme para llamar y decir “te estoy llamando desde la torre Eiffel”.
Pero no podíamos seguir allí, necesitábamos optimizar nuestro tiempo. Partimos hacia Notre Dame. En el camino de regreso a la estación invalides, entramos a un café, no tanto por el café, sino para guarecernos del frío. Una vez pasada la emoción… sentimos el frío.
De invalides nos trasladamos en metro hasta la estación Châtelet. Seguían las emociones. Luego de caminar un rato, nos dimos cuenta que íbamos en dirección contraria (como cosa rara). Fernelly preguntó a alguien por Notre Dame. Una vez lograron entenderle, supimos hacia donde dirigirnos… y allí estaba. No me refiero a Notre Dame… allí estaba el Sena. No podía faltar la foto... “yo en el Sena”, y al fondo Notre Dame (ver Figura 58). La famosa “Nuestra señora de París”, no faltaba sino el jorobado, pero igual me lo imaginé en los grandes campanarios de la monumental catedral.
Nos quedamos un rato observando los alrededores, el río y los cruceros turísticos. Cerca debía estar el barrio Latino (Quartier Latin), recomendado por Juan por la variedad de restaurantes y porque previamente había consultado en Internet, con el siguiente resultado… bares y restaurantes de todos los lugares del mundo y para todos los bolsillos, pudiendo tener en pocos metros distintos restaurantes griegos, italianos, chinos o japoneses, y pubs irlandeses junto a típicos pubs al estilo fashion parisino. Sin la menor duda, el barrio Latino es uno de los pocos lugares donde se puede comer barato en Paris. Caminamos un buen rato leyendo los menús y los precios, finalmente decidimos no buscar más y entramos a un restaurante francés.
El que mucho escoge… La almorzadita nos costó 25 euros por cabeza.
Luego de almorzar, nos regresamos al Sena y de allí a Notre Dame.
Ya no era emoción… estaba embriagado… Sus fachadas, sus ornamentos, su interior, su historia… Quasimodo, Victor Hugo, la Francia de los Luises, la Revolución francesa, Napoleón, Juana de Arco y otros hitos históricos, artísticos y de la literatura que confluyen en esta catedral del siglo XII, desfilaron por mi mente. Ya no se trataba de lo que pudiera imaginar… era real, la catedral estaba ante mis ojos… No podían faltar la fotos, “yo en…”.
Partimos de allí a caminar por un costado del Sena, en búsqueda del monumento a la Bastilla. Mientras le tomaba fotos a la Columna de Juillet, pasó a mi lado Héctor un poco disgustado, murmurando lo siguiente: Con tantas bellezas que hay aquí y a este “man” le dio por tomarse una foto con esa moto, miré hacia donde dirigía su cámara y allí estaba Fernelly muy sonriente al lado de una moto de alto cilindraje.
Regresamos al hotel a dormir y recobrar fuerzas, en la noche queríamos ir al Montmartre (monte de los mártires).
A eso de las ocho de la tarde, nos dirigimos al famoso barrio. Ascendimos hasta la basílica del Sagrado Corazón (Sacré Coeur). Dos maravillas más para cerrar con broche de oro el día: la hermosa basílica del siglo XIX y la increible panorámica nocturna de París, en la cual se destacan la torre Eiffel y la torre Montparnasse. Nos quedamos un rato sentados en unas gradas, al lado de otros turistas y parisinos que suelen pasar el rato allí, escuchando música y tomándose algunos tragos.
De regreso al hotel, abajo de la basílica, compramos algunos regalitos, especialmente perfumes. Creo que no eran fragancias finas, por lo baratas que eran, pero igual podíamos decir... te traje un perfume francés
Hoy nos programamos para el museo del Louvre, los parques Elíseos y arco del triunfo. Mientras mis compañeros se levantaban, salí a comprar un jabón, el del hotel escasamente servía para lavarse las manos. Fui a un mini mercado cercano. Además del jabón, tomé unos jugos y unas naranjas. Al llegar al hotel noté que no tenía el jabón, compré jugos y naranjas y no lo que necesitaba para el baño. Al rato me di cuenta que lo tenía en el bolsillo de la chaqueta… no adrede, había hurtado un jabón en París.
Al salir del cuarto, una morena enojada se dirigió hacia nosotros, era la mujer que organizaba los cuartos. Fernelly (nuestro traductor), manifestó no entenderle, Héctor y yo… menos. En todo su alegato, alcancé a escuchar fumer y al final attention. En Francia, estaban aplicando la nueva Ley (2007) anti-fumador, la cual no permite fumar en los interiores de los edificios (En España se aplica desde 2006). Le dijimos excuse moi, por lo que haya sido el motivo de su disgusto y nos marchamos. Las dos noches anteriores habíamos fumado en el cuarto, dedujimos que allí estaba el motivo de su disgusto, quizá por lo de la Ley o por el olor dejado o, lo más probable, por algún rastro de ceniza. Por mi parte, me gustaba más fumar en la ventana, observando la vida nocturna de la rue Jarry.
En nuestra ruta al Louvre, en el trasbordo, ingresé solo al Metro, mis compañeros se quedaron atrás. A través de la ventanilla acordamos encontrarnos en la estación destino. Una vez me senté, recordé la advertencia de mi prima… Cuidado Juan que en París roban mucho. Al frente de mi asiento estaban varios africanos observándome… bueno, en realidad observaban a todo el mundo, sólo que la advertencia sumada a mi desconfianza típica de colombiano, me hacía creer que sólo estaban atentos a mi presencia. Con cierto disimulo oculté entre mis manos, mi anillo de matrimonio.
Los observé mas detenidamente y me percaté que portaban toda una mina de oro en sus dedos, muñecas y gargantillas… seguí ocultando mi anillo, no por temor a que me lo robaran, sino por que me acomplejaron totalmente.
¡Llegamos al Louvre!
Este museo alberga una de las más ricas colecciones de arte públicas del mundo. Tiene siete departamentos: antigüedades orientales, antigüedades griegas y romanas, pintura, escultura, objetos de arte y artes gráficas. La pirámide de cristal ilumina desde 1989 los nuevos locales subterráneos del museo, que se vio ampliado en 1993 con un ala anteriormente ocupada por el ministerio de Hacienda (Tomado del diccionario Babylon).
Al observar la pirámide de cristal recordé el final del polémico libro de Dan Brown, “El Codigo da Vinci”.
No me referiré a las colecciones en particular, para ello existen otros medios más especializados en el asunto y de fácil acceso, por ejemplo https://www.louvre.fr/es/ es un vínculo de Internet que permite una visita virtual al museo. Las fotos de la Figura 61 no entrarán a competir con los cientos de miles de fotografías profesionales que existen del Louvre, pues la mayoría de ellas son fotos donde aparecemos como testimonio de nuestra visita.
Hicimos la fila para la compra de los boletos, los cuales tienen un costo de 8,50 euros. Nunca me pidieron el boleto. Otra vez la confianza. Salimos dos veces del museo e ingresamos en tres ocasiones, sólo en la primera exhibí mi boleto, en las otras dos no lo saqué de mi bolsillo. El museo es enorme, así que programamos la visita para visitar algunas salas de acuerdo a nuestros intereses. Recorrí las salas de las esculturas griegas… ¡foto en el Louvre con la Venus de Milo!, luego fui a las salas de las grandes pinturas italianas, con la visita obligada al pequeño cuadro de la Mona Lisa.
Me desplacé finalmente al Egipto faraónico de Tutankamon y de Ramsés… ¡Foto en el Louvre con la gran Esfinge (la de Tanis)!
Salimos del Louvre e iniciamos una larga caminata al Arco del Triunfo. Inicialmente nos deleitamos con las magníficas expresiones artísticas que adornan el jardín de las Tullerías. En la plaza de la Concordia nos detuvimos a tomar algunas fotos del obelisco egipcio de Luxor, de la hermosa fuente de la plaza y de la gran multitud que transitaba los campos Elíseos. En el largo recorrido por los campos Elíseos, vinieron a mi mente las imágenes de la entrada triunfal de Hitler a París y en contraste, las llegadas de la última etapa del tour de Francia.
Miles de turistas nos acompañaban en nuestro recorrido, es el recorrido turístico por excelencia de París, con llegada final al Arc de Triomphe, construido por orden de Napoleón.
Aquí terminamos nuestro segundo día de turismo en París, nuestras piernas no daban más. Al pie del Arco del Triunfo se encuentra la estación del Metro Charles de Gaulle, regresamos al hotel. El resto de la noche la pasé en cabinas telefónicas, Internet y Mac Donald, sólo había comido un hot dog en todo el día. Mi estómago podía esperar, París no. Los restaurantes de comidas rápidas están abiertos toda la noche, en Mac Donald fui a comer a eso de la una de la madrugada.
Mañana es el último día, aún no hemos decidido como hacer uso de él.
Bonne nuit
Antes de continuar con lo ocurrido el 11 de marzo, comparto algunas fotos más del día de ayer, usando el magnífico presentador de diapositivas Flux Slider:
Me levanté a mirar el mapa de París. Muchos sitios para visitar, pero hoy era el último día y había que escoger. Les propuse a mis compañeros ir al museo de las ciencias y de la industria La Cité, recomendada por Juan y Raúl. Aceptaron la propuesta. Por su parte, Héctor propuso que fuéramos al cementerio del Père-Lachaise. Aceptamos su propuesta.
En uno de los trasbordos en la ruta al museo, cometimos el único error en el metro de París. Nos salimos de la estación. Me dio rabia conmigo mismo… no presté atención al aviso que decía sortie. Había dos opciones: comprar otro tiquete o colarnos… nos colamos. En las estaciones nunca vimos guardias o vigilantes, pero en nuestra ruta a la estación final de nuestra estadía en París, pude observar la gran cantidad de cámaras de vigilancia… fue una travesura que pudo habernos costado caro.
El museo está situado en el parque de la Villette (la estación del metro, tiene el mismo nombre), es una gran obra arquitectónica de colosales dimensiones, presenta un panorama completo de las ciencias, técnicas e industrias. Tiene diferentes secciones: Explora, con diferentes conjuntos temáticos y recursos interactivos; la ciudad de los niños (de 3 a 12 años), con 4000 metros cuadrados para el goce y aprendizaje de los niños; el planetario con animaciones y espectáculos; un domo cuya curvatura es idéntica a la de la bóveda celeste.
El simulador "starball" que proyecta más de 10,000 estrellas en movimiento; el cinaxe, una sala de proyección con simulaciones; y la Géode, una inmensa esfera cubierta de espejos que reflejan el paisaje que la rodea y que contiene una sala de proyección hemisférica.
Igual que en el Louvre, había que escoger las secciones a visitar. A diferencia del Louvre, los costos nos indicaron que secciones visitar. El tour completo tenía un costo de 58 euros, optamos por dar un recorrido en los alrededores y por la Géode con un costo de 13 euros.
Vimos una película en tres dimensiones de un safari en África… fue espectacular, pagó la entrada.
Salimos del museo y empezamos a buscar comida. A una cuadra nos encontramos con este aviso… Cocorico, acompañado de un pollo. Al final del aviso aparecía la palabra pizza. Yo afirmaba que vendían pollo, mis compañeros afirmaban que era pizza.
Dimos un recorrido por los restaurantes vecinos (era una zona de comidas), estuvimos a punto de entrar a un restaurante africano, pero dudamos de la carne, que tal que fuera mico. Finalmente, entramos al restaurante italiano cocorico. No comimos pollo ni pizza, fue un delicioso bistec, no de mico, sino de la más exquisita carne probada en nuestra estadía en Francia.
A eso de las tres de la tarde nos dirigimos al Père-Lachaise, el cementerio más grande de París. Otros cementerios son el de Montmartre, el de Montparnasse y el cementerio de Passy.
La capilla y la entrada principal del Père-Lachaise fueron construidas por el arquitecto neo-clásico Étienne-Hippolyte Godde.
Héctor compró un mapa del cementerio, era tan grande que incluso con mapa a bordo, tuvimos la segunda perdida en París.
¡Nos perdimos buscando tumbas!
Sin embargo logramos encontrar la tumba de Honorato de Balzac, Oscar Wilde, Pierre Bourdieu (según Héctor, el papá de la sociología) y finalmente la de Auguste Comte (según otros sociólogos, el papá de la sociología)Auguste Comte, cuyo nombre completo es Isidore Marie Auguste François Xavier Comte (Montpellier, Francia, 19 de enero de 1798 - † París, 5 de septiembre de 1857). Se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la sociología aunque hay varios sociólogos que solo le atribuyen haberle puesto el nombre (wikipedia)..
La tumba que nos hizo perder en el enmarañado cementerio fue la de Comte. Mirábamos el plano repetidamente y no la podíamos ubicar. Finalmente recordé que Comte había vivido sus últimos años sumido en la pobreza, así que buscamos tumbas sencillas y no monumentales como la de Wilde o la de Balzac. Efectivamente, en un sitio discreto, apareció una tumba discreta, la de Auguste Comte.
A las seis de la tarde nos echaron del cementerio.
Nos fuimos a un bar a tomarnos una cerveza. Nos sentamos en el exterior, el día aún era esplendoroso. Todos los días en París, excepto en la torre Eiffel, fueron esplendorosos, primaverales, París nos acogió como nos merecíamos. Allí nos quedamos una hora descansando y hablando. A nuestro lado estaban dos parejas, nos llamó la atención la pareja con el bebé, la mujer blanca y el hombre negro, el bebé… moreno.
Se que no es cosa de otro mundo, pero allí estaba la representación de dos fenómenos interesantes en París: la alta inmigración de africanos y la ausencia de xenofobia en los gentiles parisinos.
Partimos finalmente hacia el gare d’Austerlitz, la estación final de nuestra visita a París. A las 11:45 p.m. salió nuestro tren litera con destino a Hendaye.
Antes de abordar el tren litera (en la noche de ayer), un agente de policía estaba revisando tiquetes e identificación de los viajeros. Me sorprendió y agradó el hecho de no pedirnos identificación. Ya lo había dicho… París nunca se enteró de mi presencia.
Los vagones del tren litera constan de varios “cuartos”, cada uno con seis camas. Las estrechas camas son organizadas en dos camarotes de tres niveles. En las camas del primer nivel se instalaron dos españolas, a Fernelly y a mi nos tocó en el segundo nivel. A pesar del movimiento del tren y de algunos ronquidos de mis compañeros de cuarto, logré dormir en la mayoría del recorrido. Llegamos a Hendaye antes de las 7:30 de la mañana y a nuestro apartamento un poco antes de las nueve. A las 11 tenía cita con Andoni. Al llegar a Larratxo, nos encontramos con una sorpresa… habían instalado escaleras eléctricas…
Ya instalado en el apartamento, descubrí la causa de mi “rascadera”. No eran pulgas, no era emocional, no era el frío… era el tapete de la sala. En sentido estricto, los ácaros del tapete de la sala. No se trataba entonces de carranchil… era una simple sarna. Le dije a Héctor que corriera la mesa de la sala, cogí el tapete, lo enrollé y lo metí al balcón. Solución tardía para mí, pero no para los próximos pasantes.
Me recibió puntualmente Andoni. Haz avanzado bastante en aparato crítico, me dijo. Pero tienes los siguientes problemas… Y vaya que si eran problemas. Uno de forma, por culpa del este diario y dos de fondo, común a nos los incipientes investigadores. El de forma se notó al mezclarle el estilo de este diario a mi escrito de investigación, me dio vergüenza con Andoni. Agaché la cabeza, pero no le dije nada del diario.
Un problema de fondo, es nuestra manía de hacer varias afirmaciones en un solo párrafo… tienes varias tesis doctorales en este párrafo, me reconvenía Andoni. La segunda observación estaba dirigida a nuestra también costumbre de afirmar sin sustentar. De esta última no me preocupé, ya que era conciente que debía profundizar más en mis argumentos y que lo que estaba presentando era un borrador, como se lo había anunciado antes a Andoni. Me despedí de Andoni con la promesa de corregir el escrito y enviárselo luego.
El resto de la tarde quería estar sólo en Donostia, en la noche empacaría. Me fui a mis sitios preferidos del casco viejo, almorcé en un restaurante nuevo y económico que antes no había visto. Caminé un largo rato por la playa… era mi despedida de La Concha. Cuando el frío ya calaba mis huesos, regresé al apartamento a empacar y dejar lavadas al menos las sábanas que durante dos meses me acompañaron en las largas noches donostiarras.
En la noche Héctor me sorprendió con un exquisito sudado de pollo, incluido el consomé, como primer plato.
Hoy no desayunamos, nos fuimos temprano para la Cátedra. Era mi despedida de los integrantes de la Cátedra. Antes les había enviado esta carta de despedida:
A los compañeros de la Cátedra,
Ya pronto partiré de estas tierras. Quería darles mis más sinceros agradecimientos por la deferencia que han tenido con nosotros.
De cada uno de ustedes me llevo un recuerdo de lo que he podido o han dejado develar. En general cada uno tenemos nuestras propias luchas internas y externas. Quizá las externas sean más visibles y en medio de esas luchas, entramos nosotros.
Una Maialen y una Rakel peleando con rutinas administrativas desconocidas. Sumamente preocupadas por nuestro bienestar. Recuerdo que nos dieron un buen puñado de lapiceros, de los cuales escasamente escribía uno, el frío invierno que nos acogió, los había congelado. Lamento no haber podido interactuar más con estas bellas y jóvenes vascas. Gracias.
Los argentinos del segundo piso, o del uno como dicen aquí. Un Javier que no para nunca de hablar, ni siquiera comiendo. A su esposa es poco lo que le he oído hablar, pero es que su marido no deja. Cuando falta Javier a la comida comunitaria, Ariel lo reemplaza con propiedad. La única que se escapa a esta costumbre argentina, es Liliana, de quien me llevo un grato recuerdo.
Pero no lo tomen a mal, he disfrutado bastante de su compañía. He conocido un poco más de cerca a una Argentina, por nosotros distorsionada. Siempre había tenido una imagen de un argentino pedante, pero ustedes han derrumbado esa imagen. Ahora se que existen argentinos amables, acogedores, de buen sentido del humor, preocupados por los problemas propios y ajenos. Gracias.
El par de chilenos de la Cátedra. Me queda la imagen de una Gloria sentada en su pelota y dedicada de lleno a su cuento, corriendo desesperada cuando los comensales llegan con sus múltiples olores, protestando por los rastros que dejamos en su nicho de producción de conocimiento. Me encanta su acento. Se que ha escuchado nuestras llamadas a nuestras familias, solo ella se ha enterado, en parte, de nuestras luchas internas. De Javier es poco lo que he podido conocer, no hemos pasado más allá de un “hola”, lamento no haber interactuado mas con él. Gracias.
Luís Carlos, el mexicano, es todo un artista con su comida. Luego de dedicarle su buen tiempo a la preparación y decoración, se escapa un momento al baño, dándonos tiempo a que podamos contemplarla. Es toda una supertarea, no newtoniana, sino gastronómica.
Le tomé una buena foto recibiendo el DEA, él en cambio, tomó una excelente foto cuando yo recibía el mío, pero del trasero del fotógrafo. Gracias.
Los filósofos vascos. Escurridizos, pero no los culpo. Eso de lidiar con la “intencionalidad” o con el “riesgo”, no es tarea fácil. En mi trabajo de investigación abordé un problema de la mente, la percepción, al poco tiempo me lancé por la borda. Es una locura, me encontré con los correlatos neuronales, con las teorías del fisicalismo (lamento no haber conocido a Ekai), el aparente derrotado funcionalismo, e incluso traté de investigar de qué diablos hablan los neurocientíficos. Ahora entiendo por qué Igor, cuando come con nosotros, parece en otro mundo. Toma su pan, lo engulle con la mirada perdida, como si comiera en cada pedazo de pan, un objeto intencional. Hannot, clavado en su escritorio, agazapado entre sus libros y documentos, amablemente me dedicó algunos minutos, es mi par del riesgo. Pero ni modo, lo comprendo, está en una etapa crucial de su doctorado. Con Andoni Eizagirre, sólo pude compartir unos cuantos minutos mientras nos fumábamos uno que otro cigarro. Gracias.
Gabriel, el otro argentino. Mi compañero de cigarros en las largas tardes de invierno.
Silencioso, de voz apagada, algo taciturno. No se dejó tomar la foto para el recuerdo. Gracias por su compañía.
Finalmente, Darío. Un compatriota con su lucha externa más visible. Espero que logre sus metas, se lo merece.
Bueno, como dicen los filósofos, son apariencias, no es la cosa en sí. Quizá Julieta sea la que más hable en casa. Es posible que Igor tenga otras extrañas “intenciones” fuera de la Cátedra. Habría que ver que ocurre con Gabriel fuera de este edificio o con Maialen en su moto de alto cilindraje. En fin, como dice otro filósofo, pero de la salsa... caras se ven, corazones no.
Gracias de nuevo a todos por su acogimiento.
Juan Guillermo
Algunas de las respuestas las transcribo a continuación:
De Ariel
Muchas gracias Juan Guillermo por tus amables palabras!
Ha sido un placer tenerte entre nosotros, tenerlos a todos ustedes.
Espero verlos pronto, quién sabe, por Colombia o por Argentina.
Que tengas un feliz retorno.
De Darío
Espero tengas un muy buen retorno a Colombia. Imagino que tendrás muchos deseos de ver a los tuyos y reencontrarte con el calor humano de la familia y de los paisas. Seguro que este viaje te fue útil no sólo desde la perspectiva académica, sino como ser humano (estos son los aprendizajes más valiosos). Siento mucho que no hayamos tenido oportunidad de compartir más y conocernos mejor, pero de todas maneras puedes contar conmigo aquí, mientras continúe viviendo en el país vasco y también cuando vuelva a mi Barranquilla del alma.
Muchos saludos y abrazos.
De Javier Castro
Muy bueno tu mail. Nada mejor que el que mira desde afuera los grupos humanos (por eso la Antropología gozó en su día de un buen prestigio).
Si no alcanzo a verte, que tengas un buen regreso.
Saludos.
De Gloria
Un buen reporte Juan Guillermo. Claramente nos faltó compartir en otras instancias (académicas y no). A tu vuelta te espera la familia, el trabajo y por supuesto, tu tierra.
Espero podernos encontrar algún día en algún lugar cruzando el charco para solventar nuestra carencia. Hasta la próxima y feliz retorno.
De Julieta
Muchas gracias por tu tan dedicada despedida. No hemos hablado mucho, es verdad... mis luchas internas y externas me atosigan en este momento de mi vida. Migrar, criar niños y desarrollar una tarea profesional requiere mucha mucha energía y desdoblamientos... en eso estoy, y eso no me ha permitido compartir un poco más con ustedes vuestra corta estadía, tal vez tengamos una nueva oportunidad más adelante... Te deseo lo mejor y espero que haya sido una muy buena experiencia tanto profesional como personalmente. Muchos cariños.
Invité a Héctor a que almorzáramos en el restaurante que descubrí el día anterior. Creo que le gustó. El resto del día me dediqué a pasear de nuevo por Donostia. En la noche revisé mi equipaje y esperé con los ojos bien abiertos a que llegará el día del reencuentro.
Hasta mañana.
Fue un sólo momento en el que cerré los ojos. El despertador sonó y me hizo saltar de la cama. Fernelly me había prestado su celular, programado para la 5:30 de la mañana, hora inusual para levantarse en Donostia. Tiene que estar dos horas antes en el aeropuerto, me habían dicho el lunes anterior cuando reconfirmé mis tiquetes. Mi vuelo San Sebastián–Madrid estaba programado para las 10:45 de la mañana. El aeropuerto se encuentra en Hondarribia, así que programé la salida del apartamento a las 7:00… por si las moscas.
Siempre he sido celoso en mi actuar, he tenido en cuenta posibles alteraciones o imprevistos en mis planes… quizá por ello mi nerviosismo. El madrugón obedeció a que mis compañeros de pasantía querían acompañarme al aeropuerto. El día anterior, Rakel solicitó un taxi para que me recogiera a las siete. Mientras salíamos del apartamento, llegaba el taxi. Todo iba según lo planeado.
Llegamos al aeropuerto a las 7:30… tres horas antes. Me acerqué a una de las taquillas… entregué mi tiquete y pasaporte, solicitando tres cosas: aforo hasta Medellín, pasabordos de los vuelos siguientes y ventanilla Madrid–Medellín. Complacieron mis peticiones con una observación… en Bogotá es posible que le bajen la maleta para revisarla. Fernelly nos invitó a desayunar. Mientras desayunábamos, miraba los avisos de los vuelos… el mío tenía un retraso de 25 minutos… empezó mi nerviosismo.
Hice mis cálculos… 11:10 en Madrid… salida programada de Madrid a las 12 meridiano… me quedan 50 minutos para buscar la puerta R (esta vez no se trataba de la famosa puerta K), pasar inmigración, entregar tiquete y abordar… mi nerviosismo iba en aumento.
Salimos del aeropuerto a fumar. No quedaba sino un cigarro en mi cajetilla, así que decidimos ir al casco viejo de Hondarribia a comprar más cigarros… en el aeropuerto no vendían. Luego de una buena caminata llegamos a una tabaquería, la cual nos recordó que en España no abren negocios antes de las nueve de la mañana… eran las 8:30. Regresamos al aeropuerto, ya me había fumado mi último cigarro en España.
Luego de una calurosa y a la vez triste despedida de mis compañeros, ingresé a la sala de espera. El avión despegó a las diez de la mañana… eso me calmó un poco. Aterrizamos a las 11 de la mañana… no contaba con el carreteo por las numerosas y largas pistas de Barajas. No podía perder tiempo. Una vez se detuvo, recogí mis dos maletines, el del computador y el que portaba el Power Ranger para Juan Esteban… eran las 11:20. Una vez abrieron la puerta, salí como una exhalación en búsqueda de la puerta R. Lo primero que observé fue… puertas QRS a 35 minutos. No caminaba… volaba. Las interminables rampas eléctricas, los largos corredores, una que otra desviación errada, ponían mis nervios de punta. Bajé las escaleras que conducen del nivel 1 al -1, tomé el tren, seguí la señalización hasta que me encontré con cuatro grandes filas… estaba en inmigración. Faltaban 10 minutos para que despegara mi avión. Ya no eran nervios… sentía pavor al pensar que iba a perder mi vuelo.
En inmigración no falló la Ley de Murphy "La fila de al lado siempre avanza más rápido"; pero, "todo bobo es de buenas", abrieron otro puesto de atención, el cual logré advertir primero que todos los de la fila, pues cuando la señora empezó a avisar que estaba atendiendo, yo ya le estaba entregando mi tiquete y pasaporte.
Cuando le dije que en cinco minutos salía mi vuelo, me tranquilizó diciéndome que siempre esperan los pasajeros con transbordo, que tienen la información en tiempo real. Aún así, corrí a mi sitio de embarque. Al llegar, a las 12:10, observé que la sala estaba vacía, verifiqué si estaba en la puerta correcta y efectivamente así era, pues el aviso decía Avianca y, muy grande y en mayúsculas, "BOGOTÁ"... perdí el vuelo... me dije.
Antes que mi perplejidad me condujera al pánico, aparecieron varios pasajeros que venían, también, en transbordo y, obviamente, no corrieron como yo, con mucha naturalidad se dirigieron a la puerta de embarque e ingresaron... los seguí también con una fingida naturalidad y, para mi tranquilidad, una amable auxiliar de vuelo me dio la bienvenida al vuelo...
A diferencia del vuelo del 15 de enero, la ocupación del avión escasamente llegaba a la mitad, los dos puestos a mi lado estaban vacíos. Inferí que es el efecto de la migración colombiana a España, pues son muchos los que van y pocos los que regresan. En el puesto de adelante, estaba una señora hablando por celular y reiteradamente usaba la expresión "vale, vale...".
Tuve un vuelo tranquilo, incluso pude dormir un buen rato. Al llegar a Bogotá me sentí ya en casa. La señora de adelante, volvió a usar el celular, pero esta vez cambió la expresión por "ajá, ajá,..."... ¡la capacidad de adaptación!, de española a costeña.
Bueno... ya estoy en mi casa, ¡feliz con mi familia y mi tierra!
Fin del diario