En el apartado anterior hay un detalle que no hemos tenido en cuenta: la contracción de Lorentz de los cuerpos en movimiento, que mencionamos con la experiencia de Michelson y Morley. En la escena adjunta corregimos este defecto. Dando a la velocidad del tren un valor alto (próximo a c) podemos ver que la longitud del tren, para el observador externo, se hace muy pequeña en la dirección del movimiento, aunque se conserva la anchura. En resumen, la longitud de un cuerpo en movimiento se ve determinada por la
expresión : l = γ · lo donde lo es la longitud propia del objeto (la
longitud en el sistema de referencia en que está en reposo) y γ es el coeficiente
relativista ya empleado al hablar del tiempo.
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