ASTERISCO
ALUMNA: Venía para la revisión de mi examen de evaluación. Creo que puedo tener más nota de la que usted me dio.
PROFESORA: Seguro, seguro.
ALUMNA: En la pregunta de “Circunstancias medioambientales que rodearon la creación del Quijote”, mi respuesta es muy completa y usted solo me ha puesto un 1’43.
PROFESORA: Todo es posible en la viña de mi tía Goyita. Veamos. (Rebusca entre los exámenes.) Aquí está el suyo. Voy a releerlo. La tarde de aquel día de mayo se presentó con chubascos intermitentes y tarará tarará. Termina usted diciendo “la temperatura era ideal para pasear por la corte”. Un tanto impreciso, pero sí, es verdad que se puede entender. Bien, le subiré 0’38 centésimas.
ALUMNA: Estoy aprobada entonces, ¿no?
PROFESORA: Veamos, usted tenía un 4’157 milésimas, le sumamos 0’532 que le subo y tenemos un… 4’689.
ALUMNA: ¡Aprobado!
PROFESORA: Perdón. Aprobado es 5. Usted tiene (remarcando) un 4’689.
ALUMNA: Eso es prácticamente lo mismo.
PROFESORA: Pero no es lo mismo.
ALUMNA: No me diga usted eso. Mi madre me mata.
PROFESORA: Al menos, tiene usted un asterisco.
ALUMNA: Un asterisco. ¿Qué es eso?
PROFESORA: ¡Parece mentira! Un asterisco es que usted está casi aprobada, que tiene derecho a una nueva prueba. Los que no tienen asterisco no tienen derecho a ella; debería estar contenta con su nueva puntuación. Mire, todos estos lo tienen, y estos de aquí, no. ¿Dónde prefiere estar usted?
ALUMNA: En el montón del asterisco, sin duda. Siempre habrá una posibilidad.
PROFESORA: Así es, chica, el futuro está en el asterisco. El asterisco es el túnel con luz. El brote verde de una hierba enterrada. Es..., ¡la leche!, ¡la leche es el asterisco!
ALUMNA: ¡Alabado sea el asterisco!