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Cuando en alguna ocasión Dios me cerró completamente los caminos
para emprender la obra de la Misión, se me ocurrió que tal vez se me
abriera el camino, ofreciéndole a Dios algo que ya no le hubiera entrega-
do: Quise ofrecerle la vida de ella; lo hice de un modo condicional, porque
no había pedido la licencia debida para tal ofrenda. Consultando al confe-
sor, me riñó diciéndome que quién me autorizaba para dar las vidas aje-
nas. Verdaderamente no me doy mucha cuenta del motivo por el cual creo
que este afecto haya sido purificado desde su fuente.
Capítulo V. Referencias de mi madre