371 Mi vocación como la de San Benito Lo raro era que no me desprendía completamente de desear llevar la vida de San Benito José Lavre. No obstante mi supremo dolor de las almas y el sentir el casi destructor peso de la santidad de Dios, que me ahogaba, me parecía que con las humillaciones del querido santo, mi corazón descansaría. Pero un día, después de la sagrada comunión, sentí de un modo particular y muy claro, que tendría el mismo valor, siguiendo mi vocación misionera. Por esto escribí lo que sigue: Siento que ante el juicio de Dios, mi vocación es igual a la de San Benito, aunque realizada al contrario. Él lo dejó todo para entregarse a la mendicidad; yo, sin dejar nada, tengo que arrastrarlo todo, abrazando también la humillación. Él casi no comía; yo, deseando y amando la abstinencia, debo vivir harta. Él no dormía; yo, para cumplir mi deber, tengo que tomar el necesario descanso. Él pasaba casi constantemente delante del Santísimo; yo, apenas puedo permanecer en la Iglesia una hora, cuando más. Él siguió el método de vida que amaba, yo el que rehuía. Él, finalmente, seguía la corriente de un llamamiento que amaba; yo voy tras un llamamiento, haciendo lo que no deseo. Ambos cumplimos la voluntad de Dios, aunque por opuestas vías, pero ambos humillados. Gracias Dios mío. Veo padre mío, que no sé expresar la idea que entonces me sació, el deseo de llevar la vida de este santo; pero ni al escribir supe decirlo. Inte- riormente sin embargo, comprendí que era una gracia que Dios me daba, en este modo de satisfacer mi necesidad. Una de dos: O Dios me daba lo que a san Benito, o yo me consolaba con pensarlo. De todos modos, tengo mucha gratitud con el santo y no volvió a turbarme este deseo. Una conversión El 10 de abril, estuve impresionada por una mujer que providencialmente me vio por una ventana y al ver, como decía ella, la paz de mi semblante, Capítulo XXIII. Mi vocación como la de San Benito - Una conversión