Diálogos Revista Electrónica de Historia ISSN 1409- 469X Vol. 9 No. 2 Agosto 2008 - Febrero 2009. Dirección web: http://historia.fcs.ucr.ac.cr/dialogos.htm ( página 273 de 291) p. 273 monedas se dejaban al arbitrio de las fuerzas del mercado [en el caso de Florencia en el siglo XVI, de allí que]...las autoridades monetarias solían indicar el peso oficial que debería pagar el gestor de la ceca por el metal (es decir, la ‘entrega’), pero cuando se trataba de comprar metal en forma de monedas extranjeras o prohibidas, la ceca no se consideraba vinculada por este precio oficial, y, como dicen los documentos de la época, ‘hacía mercado’”. 15 Aún así, se dio la defraudación, mediante el proceso de adulterar la acuñación incremento de las deudas, al poner una mayor cantidad de metal base, de poco valor, y mediante la acuñación de una mayor cantidad de monedas. De esta manera se saldaron las deudas, pero el resultado fue un proceso de inflación: los receptores de las monedas adicionales las gastaron, totalmente o en parte, y esto provocó un aumento neto en la demanda; la demanda extra hizo subir los precios y la "...adulteración de la acuñación produjo un incremento en el nivel general de precios". 16 Existe un número importante de casos históricos en los cuales descubrimientos de yacimientos de oro y plata produjeron inflación; uno de los más famosos fue la conquista española del “nuevo mundo”. Debido a la experiencia anterior, se formuló por parte de los economistas, la teoría cuantitativa del dinero y de los precios, de acuerdo con la cual "...un cambio en la cantidad de dinero conduciría a un cambio en el nivel de precios en la misma dirección". 17 Esta situación se complementó con la puesta en práctica de la Ley de 15 Cipolla, Carlo. El gobierno de la moneda. Ensayos de historia monetaria, Barcelona: Crítica, 1994, pp. 76-78. Todos los paréntesis [ ] son nuestros. 16 Lipsey y Harbury, op. cit., p. 483. 17 Ibid., p. 483. Esta teoría, enunciada en el siglo XVI, se puede formalizar esta teoría de la siguiente manera: P=(M·V)/y, donde P es el nivel de precios, M es el stock de dinero, V es la velocidad (la tasa con la que la gente demanda dinero) y, finalmente, y es el producto real de la economía. Esta ecuación de los intercambios fue elaborada por el economista estadounidense Fisher (1867-1947) constituye una evidencia contrable por lo que esta ecuación es una simple tautología por lo que algunos autores, como Rockoff, proponen dos variaciones para la ecuación original. Por una parte, una modificación consiste en introducir la inversa de V, representada “k”, de allí que: M= k·P·y , y de esta manera contestar a la interrogante ¿qué determina el monto de dinero que la gente quiere mantener? “k” en este sentido apunta hacia la fracción de ingreso que la gente tiene como dinero y la ecuación permite tomar en consideración, además, el papel de las tasas de interés sobre la demanda de dinero. A pesar de esto, sigue existiendo resistencia por parte de los historiadores para utilizar esta teoría en sus explicaciones sobre el pasado. Cfr. Rockoff, op. cit., pp. 180- 181. Esta desconfianza puede deberse al hecho de que: “La teoría cuantitativa sostiene que: (1) T es exógena (T no puede alcanzar más que un solo nivel porque las "leyes del mercado" son consideradas como garantía del pleno empleo de los recursos, particularmente del trabajo); (2) V es exógena (depende de los