Implementar un sistema de VT e IC requiere seguir un proceso estructurado que asegure la eficacia y relevancia de la información recopilada.
Esta etapa inicial implica identificar las áreas clave donde la información será más valiosa y establecer los objetivos específicos del sistema de VT e IC. Un "Modelo de Vigilancia Tecnológica y Competitiva" publicado en el 2007, una planificación cuidadosa es crucial para asegurar que el sistema esté alineado con los objetivos estratégicos de la empresa.
La recopilación de datos debe ser sistemática y abarcar múltiples fuentes, tanto internas como externas. Estas pueden incluir bases de datos científicas, informes de mercado, publicaciones industriales, redes de contacto, y monitoreo de patentes. La clave en esta fase es la diversificación de fuentes para obtener una visión completa del entorno
La información recopilada debe ser procesada y analizada para transformarla en conocimiento útil. El análisis debe ser tanto cualitativo como cuantitativo, permitiendo a las empresas identificar patrones, tendencias y posibles disrupciones en su industria. Esta fase también incluye la validación de la información para asegurar su veracidad y relevancia.
El conocimiento generado debe ser distribuido de manera eficaz a los tomadores de decisiones dentro de la organización. La difusión puede realizarse a través de informes, presentaciones o sistemas de gestión del conocimiento. Es crucial que la información llegue a las personas adecuadas en el momento oportuno para maximizar su impacto estratégico.
Finalmente, el sistema de VT e IC debe ser evaluado y ajustado regularmente para asegurar su eficacia y adaptabilidad a los cambios en el entorno competitivo y tecnológico (Inteligencia Económica y Tecnológica, 2002).