Enanas blancas 

 

Constituyen la clase VII. Aunque pueden tener una masa comparable o mayor que nuestro Sol, tienen un tamaño tan reducido que brillan mucho menos que las estrellas ordinarias. Son estrellas que ya han quemado sus reservas de hidrógeno y pasado por la fase de gigante roja, expulsando sus capas exteriores. Solo queda el núcleo caliente de lo que antes fue una estrella ordinaria. Son difíciles de ver por su escaso brillo y se suelen detectar mejor las que forman parte de un sistema binario. Tanto Sirio como Proción tienen compañeras que son enanas blancas muy difíciles de observar por el gran brillo del astro principal. Con un telescopio de aficionado es posible ver la enana blanca que acompaña a la estrella Omicron2 de Eridano, con una magnitud 9,5.