Fragmento literario sobre Don quijote de la Mancha
Don Quijote cabalgaba por la llanura, con su armadura reluciente y su lanza en mano, soñando con salvar doncellas y derrotar gigantes imaginarios. La tarde caía lentamente, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados, mientras los campos presentes en su horizonte parecían extenderse sin fin. A su lado, su fiel escudero Sancho Panza le seguía con una sonrisa cínica, preocupado por las locuras que su amo podría estar por emprender, pero sin poder evitar sentirle cierta admiración. En ese mundo de fantasía, donde todo era posible y nada cuestionable, Don Quijote se sentía el gran caballero destinado a redimir la justicia y el honor. Sin embargo, en el aire se percibía una mezcla de ilusión y melancolía, como si el tiempo fuera a devolverlo a la realidad en cualquier momento, rompiendo el hechizo de sus sueños caballerescos.
Mientras avanzaban entre los olivares, pensaba en la historia de un poeta que una vez escuchó en un bar: “Sólo los locos ven el mundo con claridad verdadera”. Esa idea se quedó flotando en su mente, alimentando sus justas pero desatinadas aventuras. De pronto, un grupo de pastorcillos pasó cerca, cantando una canción sencilla y alegre. Don Quijote los observó con atención, imaginando que quizás ellos también eran parte de sus historias heroicas, aunque en realidad solo buscaban dirigir sus ovejas. La línea entre la realidad y la ficción se difuminaba en su mente, creando una especie de realidad alterna donde todo tenía un significado más profundo. En ese momento, sancho le susurró: “Señor, quizás sea hora de regresar a casa”, pero la respuesta de Don Quijote fue una sonrisa enigmática y un gesto de que seguiría con su misión.
Al caer la noche, encendieron una pequeña fogata y compartieron pan y queso. La escena parecía sacada de un sueño, con las estrellas comenzando a brillar en el firmamento oscuro. Don Quijote habló de su idealismo, de un mundo donde la justicia prevalecería y no habría lugar para la tristeza ni el olvido. Sancho escuchaba atento, aunque sin creer del todo en las fantasías de su amo, sabiendo que en el fondo todas esas ideas aún mantenían una chispa de verdad. Cuando la luna se elevó, Don Quijote cerró los ojos con la esperanza de despertar en un mundo donde la valentía y la belleza fueran la norma. La noche lo envolvió en un silencio reverente, mientras la leyenda de aquel caballero seguía inscrita en las estrellas, inmortal como sus sueños.
---
Taller de Comprensión Lectora
1. ¿Cuál es el tema principal del fragmento? (Pregunta Literal)
2. ¿Qué representa el cabello del cielo en el fragmento? (Pregunta Inferencial)
3. ¿Qué actitud muestra Sancho hacia las aventuras de Don Quijote? (Pregunta Literal)
4. ¿Qué simboliza la luna en el fragmento? (Pregunta Inferencial)
5. ¿Qué intención tiene el autor al describir la noche y las estrellas? (Pregunta Crítica)
6. Según el fragmento, ¿qué caracteriza a Don Quijote? (Pregunta Literal)
7. ¿Qué podemos inferir del pensamiento de Don Quijote sobre la historia del poeta? (Pregunta Inferencial)
8. Desde la perspectiva del narrador, ¿qué valor tienen las aventuras del caballero? (Pregunta Crítica)