Gracias a los medios de transporte y a las tecnologías de la información y de la comunicación los ciudadanos actuales conviven en una aldea global. Esta terminología fue introducida por McLuhan para simbolizar que, hoy en día, las personas pueden establecer relaciones próximas y directas independientemente de las distancias físicas que las separen. Pero, obviamente, esa vecindad que se introduce no es efectiva, no es real, si no es posible conseguir un dialogo entre los aldeanos y ello requiere que estos compartan un lenguaje a través del cual puedan trasladar sus inquietudes e ideas y comprender y ser comprendidos por los demás, es decir, es necesario y obligado ser competentes en la emisión y recepción de mensajes de manera síncrona con nuestro interlocutor y que estos sean decodificados correctamente. El dominio de una única lengua, la materna, genera brechas y circunscribe el desarrollo personal sólo a un entorno cuya extensión es dependiente de su difusión, del número de hablantes de la misma. Actualmente la ciudadanía en este mundo digital no puede desarrollarse plenamente sin el dominio de al menos un segundo idioma. Y esta limitación es muy evidente en el contexto multilingüe de la Unión Europea. Hace ya más de una década que desde la Comisión Europea se abordó el establecimiento de un indicador de competencia lingüística que permitiera conocer y estimular el aprendizaje de idiomas y también que facilitara la toma de decisiones en política educativa para conseguir su mejora. Ese indicador se ha implementado y desarrollado a través del EECL. En 2008 ya se puso en marcha en España, pero el estudio principal se realizó en 2011, buscando evaluar la competencia del alumnado en una lengua extranjera al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria. En España se evaluaron dos lenguas: francés e inglés. El detalle de este estudio puede consultarse en la publicación del INEE “EECL, Informe español”. En él se detalla y desglosa:
Las preguntas y audios utilizados en este estudio están accesibles en los siguientes enlaces:
Con la traslación y presentación de estos materiales como recursos TIC se busca aprovechar estas tecnologías para conseguir una amplia difusión del trabajo realizado y, adicionalmente, contribuir a que el alumnado y el profesorado dispongan no solo de una fuente informativa, sino que esta sea también formativa.
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