Un polímero es una macromolécula formada por la unión de moléculas más pequeñas que reciben el nombre de monómero. Existen muchos políemros naturales: la quitina que forma el caparazón de gambas y langostinos, el algodón que se emplea en la confección de pantalones vaqueros o prendas íntimas o el caucho con el que se elaboran las ruedas de los automóviles, son todos polímeros.
También son polímeros las proteínas, como la hemoglobina, los ácidos nucleicos que contienen la información genética y el almidón o el glucógeno, que sirven como reserva de material energético en plantas y animales.
La mayoría de los polímeros naturales son heteropolímeros, polímeros formados por más de un monómero. Así, la seda o la lana son proteínas y están formadas por veinte monómeros distintos: los aminoácidos. Pero otros son homopolímeros, formados a partir de un único monómero, como la quitina o el almidón.
El hombre también ha producido polímeros artificiales, que nos rodean por todas partes, aumentando nuestra calidad de vida: PVC, nailon, poliuretano, poliésteres... Desde las bolsas de los supermercados hasta para el aislamiento de los trajes espaciales de los astronautas, sin los polímeros artificiales no podríamos imaginar la vida moderna.