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Cuando nuestro coche se cruza
con otro, la velocidad relativa de uno respecto al otro es la suma de
las dos velocidades. Del mismo modo, Si un coche nos adelanta, su
velocidad respecto a nosotros es la diferencia de velocidades de los dos
vehículos.
Con esta sencilla ley de suma de velocidades Michelson y
Morley trataron de medir, entre 1881 y 1887, la velocidad de la Tierra respecto al éter, la supuesta sustancia inmóvil que debía servir de medio para la propagación de la luz..
En su aparato, un haz de luz se separaba en dos al
atravesar un elemento semireflectante.
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Los dos haces seguían caminos diferentes que hacíamos
converger en un detector donde podríamos observar la figura de interferencia
entre ambos haces. Pulsando el botón Escena accederemos a una simulación del
aparato. las actividades A1, A2 y A3 nos permiten reproducir el experimento. El experimento logró demostrar algo no previsto: el éter no existe y la luz no respeta la ley clásica de suma de velocidades. |