Los complejos metálicos son compuestos, cuyas entidades elementales son moléculas en las que está presente uno o más átomos de metal (en su forma neutra o catiónica) conectados a uno o más ligandos.
Los ligandos son átomos, moléculas o iones capaces de interaccionar con los átomos metálicos, formando enlaces covalentes dativos.
Todas las moléculas con pares electrónicos solitarios (como es el caso del agua o del amoníaco) pueden ser ligandos, cuando entran en contacto con los cationes metálicos. Para que esto ocurra, es necesario que el catión metálico tenga capacidad de atraer los pares electrónicos de las moléculas que los rodean.