Inicialmente, el calorímetro contiene 200 g de agua a la temperatura de 20ºC.
Tras añadirle 100 g de agua hirviendo, el equilibrio se alcanza a una temperatura de 42ºC
Después tomamos un bloque de aluminio de 100 g que ha estado sumergido en agua hirviendo tiempo suficiente para que esté en equilibrio con esa agua.
Finalmente, añadimos ese bloque de aluminio al calorímetro, que sigue a 42ºC. La nueva temperatura de equilibrio resulta ser 45,2 ºC