El
número
π
ha sido una de las primeras y más importantes empresas científicas
de toda la historia. Desde los inicios de la geometría era conocida
la relación que existe entre la longitud de la circunferencia
y su diámetro. El cociente entre ambas magnitudes es precisamente
π,
que toma su nombre de Pitágoras.
El
problema estaba en obtener el valor exacto de este misterioso
número y desde las épocas egipcia y griega se fueron dando distintas
aproximaciones. Una de estas
aproximaciones
es la fracción
22/7 y tras ella fueron
apareciendo otras, cada vez más cercanas al valor exacto. En 1768
el suizo Johann Heinrich Lambert demostró algo que se venía sospechando:
que π
no es un número racional, esto es, que no se puede obtener como
el cociente de dos números enteros.
Pero
el número quizá más famoso de la historia, es aún más especial:
resultó ser que π
no es tampoco un número algebraico. Esto quiere decir que no existe
ninguna ecuación construída con las operaciones básicas de sumar,
restar, multiplicar y elevar a una potencia, que tenga como solución
el número π,
como logró demostrar el alemán Lindemann en 1882. En la actualidad,
sabido ya que π
es un número compuesto por infinitas cifras decimales no periódicas,
existen proyectos para determinar sus cifras, de las que ya se
conocen varios millones. ¡Si tienes tiempo ... ya sabes!
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